Hace ya dos meses que visitamos Nueva York, y esta semana que pasó volvimos a estar a merced del talento expuesto en las galerías de arte, en los pop shows donde las prendas del runway se dejan ver en maniquíes originales, en las obras que exigen un ambiente diferente para demostrar que la diversidad nos desempolva el alma y nos enriquece los sentidos. En las calles el caos es una necesidad que convierte a cada visitante en protagonista de un guión agitado, delirante, colérico, rabioso que te atrapa en una actividad de estado frenético.
New York nos rodea de tráfico en el primer día de arribo y para salir del tráfico implacable que acechaba al aeropuerto La Guardia tuvimos que caminar, subirnos a un bus y armarnos de paciencia hasta llegar a la estación de tren. Hay que verlo todo desde la óptica de aventura, es mejor así, uno se divierte y absorbe todo lo bueno, lo malo y lo feo de las ciudades grandes.
Para saciar el apetito y los antojos
En la columna anterior mencionamos algunos lugares donde se puede saciar el apetito después de una larga caminata y estos son Brooklyn Bridge Bistro con su acogedor ambiente y su menú descomplicado. No se pierda de probar el mejor pudin de banano del mundo acompañado de un café americano de granos recién molidos. Esta joya de la cocina americana también está disponible para eventos privados.
Para un desayuno o para un bocado de medio día les voy a compartir a Eataly en el sector de Flatiron o del centro donde puede abrazar la abundancia de la cosecha italiana en pleno Nueva York. Si es amante de la pasta pues no necesita buscar mucho. El Pastaio ofrece a sus comensales pasta fresca, preparada diariamente bajo una tradición artesanal y la cual ustedes pueden maridar con salsas suculentas y vinos vibrantes y variados. Otra opción en el mismo establecimiento es Il Pesce y La Piazza. No abandone este paraíso donde sirven diferentes especialidades. No se vaya de Eataly sin visitar Serra Alpina by Birreria que es un restaurante localizado en el piso 14, una imitación de un pequeño invernadero de atmósfera divertida y un menú que refleja la vida rústica italiana. Ir de paseo a la ciudad de los rascacielos en cualquier época del año conmueve hasta la médula, es vivir la experiencia de las chicas de mi serie favorita Sex in the City, donde el glamour y la gastronomía están a la orden del día, es por eso que me atrae y me induce a probar algo nuevo.
Hágalo en Union Square que ahora es el nuevo distrito del chocolate, donde Milk Bar ofrece todo lo que sabe demasiado bueno y uno de mis antojos se llama “cake de dulce de leche y calabaza” o el famoso clásico “Birthday chocolate cake” con el sabor asombroso de la crema y el chocolate juntos.
Las últimas noches me convertí en una asidua visitante de Little Poland y del restaurante ucraniano Veselka que me recibió con sus famosos pierogis de rúcula y queso de cabra, sus enrollados de col y carne de cerdo, la agridulce y a la vez picante ensalada de remolacha, el delicioso Bigos y su tradicional Kutya, postre casero hecho de trigo, nueces, miel, semillas de amapola y pasas. La decoración siempre es siempre invitante, en especial ahora, en la época de otoño.
La última experiencia fue hacer mi propio bar hopping cerca del área (East Village) e inmiscuirme en el ambiente nocturno de Copper Still donde existe una impresionante lista de whiskeys de reserva y otros inusuales, que son la base de la mayoría de los cócteles de la casa. Sus dueños son irlandeses de pura cepa que han logrado que su establecimiento sea un pub que cuenta con clientela selecta y asidua. The 13th Step es un bar donde la muchachada asiste por sus sabrosos especiales y su variedad de juegos de trivia.
Moda creativa
No solo voy a hablar de cafés, de comida o de lugares que visitar sino de moda. Esta ciudad multifacética y multicolor es donde conviven un sinnúmero de estilos, donde formas inspiradoras, sutiles, cómodas y sin demasiada complicación hacen de los conjuntos de vestir un campamento de guerrilla femenina y masculina que se transforman y se reinventan. Mi experiencia en los pop up shows de retail en especial de Pinkyotto me dejo exhausta por la creatividad, el buen gusto y los maniquíes únicos donde las piezas sencillamente combinadas con los nuevos colores de temporada se comienzan a difundir entre los visitantes locales y extranjeros.
No apto para miedosos
Cerré mi viaje recordando el complejo sentimiento de curiosidad que nos despierta Halloween y me encaminé a experimentar el aumento de adrenalina con las historias que se cuentan de La Casa de la Muerte, donde la fachada nos engaña al lucir como cualquier otra en el barrio Greenwich Village. Aquí vagan 22 fantasmas, dicen que uno de ellos era Mark Twain. No puedes ingresar, pero la historia solo te hace desear que tus acompañantes terminen de animarse por acompañarte a Blood Manor en Broadway o a The Morris Jumel Mansion, donde hasta puedes comunicarte con espíritus que la poseen.
De cualquier forma, New York es New York y, como dijo Dorothy Parker, Nueva York siempre tiene esperanzas. Siempre cree que algo bueno está a punto de suceder y debe apresurarse a cumplirlo.
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