De monasterio a fábrica. No trabajan en ella los monjes, pero los empleados actuales siguen dedicándose a elaborar chocolate, no ya de manera artesanal sino mecanizada, para lo que Trapa ha invertido millones de euros en las instalaciones de San Isidro de las Dueñas, Palencia.
Cuando la comunidad monástica vendió la fábrica, lo hizo incluyendo antiguas recetas que en estas décadas se han ido reinventando. Sólo 4 años después de que el monasterio pasase a ser fábrica nacieron los primeros bombones elaborados en España. Son los míticos cortados: unos bombones de forma cuadrada con dos finas capas de praliné, chocolate y avellana. Ahora que este producto cumple 50 años, Trapa incorpora una fórmula renovada y nuevos sabores.
Para que el público tenga donde elegir, Trapa sigue ofreciendo sus clásicos cortados con avellana, café, naranja y el nuevo limón. La versión creación incorpora avellana, pistacho frambuesa y, ahora, también caramelo. Los amantes del cacao con sabor intenso pueden disfrutar con los noir, con un 70% de cacao; para quienes quieran evitar el azúcar está la versión stevia con avellana, noir y frutas del bosque y, por último, están los crujientes. A excepción de los crujientes, elaborados con arroz extrusionado y que se venden a granel, el resto de las versiones se venden en estuches de 115 gr con uno de los precios más competitivos en relación calidad-precio que existen en el mercado
Con más de 125 años de dulce historia, la trayectoria de esta primera fábrica de chocolate constituida como tal en los 60, ha pasado por periodos accidentados y de incertidumbre pese a estar rodeados de bombones y otras cosas ricas.
Con cada vez más capacidad de producción, Trapa ha presentado recientemente sus productos de cara a las Navidades, momento en el que sus elaboraciones se convierten en protagonistas de muchas mesas en las que no faltan los turrones, de los que la chocolatera tiene también una sabrosa oferta.
Y, si siempre apetece, cuando el frío quiere entrar en casa, un buen chocolate a la taza puede ser la mejor opción para hacer frente a las bajas temperaturas.
En la actualidad, Trapa cuenta con 150 trabajadores y tiene presencia en medio centenar de países. Entre ellos, se exporta a EE.UU., el país que más interés ha mostrado por sus productos. También importan productos de Trapa a los Países Árabes, los Países Bajos, Rusia o China; no en vano un tercio de la producción (más del doble proviene de las tabletas de chocolate de las que se elaboran 950 toneladas frente a las 390 de bombones y turrones) se destina a la exportación.
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Con esa imagen fui creciendo y, en la medida de mis posibilidades, descubriendo esos otros mundos relativamente cercanos. Así confirmé que estaba en lo cierto, que somos iguales y somos distintos. Que nos unen costumbres y nos separan hábitos. Que usamos los mismos condimentos y dan lugar a diferentes comidas.
Y seguí creciendo, al menos en edad. Las posibilidades para disfrutar de viajes y gastronomíahan sido desiguales en función de cada etapa vital, pero he aprovechado cada una de ellas. Y lo sigo haciendo sin dejar de ser periodista en la radio, profesión con la que también soñaba y que se ha convertido en mi sustento económico.
Lamento que por largos que sean mis pasos y larga mi vida, nunca habrá tiempo suficiente para conocer todas las maravillas que esconde nuestro mundo. Pero lo realmente terrorífico es que no sepamos conservarlas. Aprieto mi paso, planifico nuevos destinos y sigo en ello. Me queda mucho por conocer dentro y fuera de España, donde vivo. Me queda mucho por viajar, mucho por leer, mucho por vivir. Y ójala pueda hacerlo junto a mi familia, a la que quiero por encima de todo.
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