Hay joyas que tienen una misión que va más allá del adorno. Es el caso de las piezas de la orfebre Susana Müller-Pfeifer, quien se inspira en las imágenes que crean la atmósfera intimista que tanto le agrada cuando se sienta a crear: el “happy budda”, las deidades chinas, el ojo turco, santos, vírgenes y ángeles, la estrella de David.
Todo un universo impregnado de espiritualidad que se refleja en sus cadenas “rabo de cochino” de oro adornadas con piedras preciosas y semipreciosas y dijes cargados de simbolismo. A su trabajo se suman también las personalísimas cadenas de oro con nombres y mensajes, tanto para adornar el cuello femenino como las muñecas de quien las luce. Es el universo de Alquemia, su marca.
Es así como esta orfebre residenciada en Miami, Florida desde el año 98, le ha forjado un espacio a su propuesta. Aprendió las técnicas en los años 90 con el reconocido artista Alexis de la Sierra en Venezuela, su país natal. Comenzó a elaborar desde entonces piezas para regalar a sus familiares y amistades más cercanas. A esta época corresponde la gargantilla que elaboró con el nombre de su primogénita hace más de 20 años. De los obsequios evolucionó a los pedidos, mientras daba forma al sello que distingue a sus creaciones.
Sus piezas destilan paz, armonía, belleza y buena vibra. Son sinónimo de bienestar y sanación en línea con su práctica del yoga. En sintonía con la onda positiva que se desprende de su trabajo, ella afirma “no puedo crear y mucho menos vender, una pieza que no ame y que no estaría dispuesta a lucir”.
@susanapfeifer
Instagram:@alquemia
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