Yoga: hacer una pausa y respirar profundo | La Nota Latina

Yoga: hacer una pausa y respirar profundo

El año pasado, mi hijo de ocho años empezó a tener dificultades con las matemáticas de segundo de primaria. Durante varios días, la mesa del comedor se convirtió en un lugar de tortura medieval cuando empezábamos a hacer las tareas. ¡Quién se iba a imaginar que la pregunta cuánto es 3+2 causara tanta angustia!

Por esta razón, decidí contratar un servicio de tutoría después del colegio. Luego de dejarlo en su primera sesión, vi el aviso del local adyacente y me di cuenta de que yo también necesitaba tutoría, pero de otro tipo.

Desde ese día y casi todas las semanas sin falta, he practicado yoga religiosamente con un simple objetivo: hacer una pausa en el afán de mi vida y respirar profundo.

La tradición del yoga es milenaria y mística. Sin embargo, debido a mi precaria ilustración sobre el tema, prefiero limitar mi opinión acerca de los beneficios, los cuales sí son científicos y los he podido experimentar de primera mano.

El yoga es una combinación de ejercicios de respiración y estiramientos que reducen la presión arterial y el nivel de las hormonas de estrés. Al mismo tiempo, promueve el drenaje de los vasos linfáticos, tonifica los músculos, fortalece las articulaciones y mejora el equilibrio, no solo físico sino también mental.

Además de los evidentes cambios en mi figura, el último beneficio es el que más impacto ha tenido en mi vida. Aunque tengo un camino largo que recorrer, la práctica de yoga me ha ayudado a encontrar el balance y por ende a aquietar mi mente.

Recientemente leí acerca de los avances científicos en la lucha contra el cáncer de mama en la revista Forbes. El artículo resaltaba la reconocida Clínica Mayo, la cual está desarrollando una vacuna para este tipo de cáncer.

Si bien ha producido resultados exitosos, la inmunización se encuentra en la fase de investigación y no llegaría al mercado antes de una década. Entonces me pregunté, ¿qué pueden hacer las pacientes mientras tanto para aquietar su mente?

En busca de una respuesta me acerqué a mi querida instructora de yoga, Suzanne, quien me sorprendió con su propia experiencia.

Hace cinco años tuve cáncer de colon y luego de la cirugía recibí quimioterapia. Practicar yoga me ayudó a mantenerme en el presente y dejar de pensar en las probabilidades fatales. La incertidumbre es un monstruo enorme que aparece con el diagnóstico del cáncer. La ansiedad es la peor enemiga de la cura”.

Suzanne lleva enseñando casi veinte años. Considera que el yoga es una práctica de la conciencia la cual ayuda a los pacientes. Aún así, considera que cada persona se encuentra en un momento de tratamiento y recuperación específicos y por ésto se debe tener una guía profesional.

Octubre, Mes de Sensibilización Sobre el Cáncer de Mama, siempre está en mi mente. Mi abuela materna es sobreviviente y recuerdo, como si fuera ayer, cuando la cuidé de su mastectomía durante las vacaciones de colegio. Yo tenía once años.

A pesar de que mi Abuelita es una mujer tan fuerte como el acero, el dolor que sentía en el alma se reflejaba en sus ojos, pero hace 28 años la ayuda sicológica y otras terapias eran incipientes. En la actualidad, el yoga está al alcance hasta en videos de YouTube y vale la pena  probarlo.

Foto portada: Kike Vega – Unsplash

 

 

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Xiomara Spadafora
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