Cada uno experimenta su vida como forma de luz, oscuridad, o claro-oscuro, entre silencios y tormentas, a veces perdido en la costa remota, casi Ulises de sí mismo o de su patria. Cada uno sabe de su morada, de la alegría de volver a casa o partir hacia otros descubrimientos. A veces, se vive la pena de lo que no regresa, aunque verdaderamente nunca parte. Es el pasaporte para interiorizarse en este poema.
Vivir también es un olvidar
No queriendo confundirte, queriendo liberarte de tu anti-historia, queriendo llegar al otro lado queriendo asir el amor que existe y el amor que no existe tratarás de trabajar tus paréntesis.
Y dirás: Tanto detalle que recortar Tanto paisaje que aislar Tantos silencios que borrar Tantos actos que condenar Tanta palabra dicha que olvidar. Tanto (…).
Donde hubo blanco teñirás oscuro. Tu sombra no podrás ver. Transformarás un punto en un infinito y un punto solamente es un tiempo del ayer. En ese punto hay tanto de verdad y falsedad, Tanto de realidad y fantasía, Tanto que dice y que no dice.
Una historia no necesita regreso, pero tampoco partida. En el ir y volver hay tantas cosas intermedias y las infracciones son parte de ellas. Es por ello que el pasado siempre requiere vigilancia.
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