Viaje a la montaña: Mi decisión de ser Astróloga | La Nota Latina

Viaje a la montaña: Mi decisión de ser Astróloga

Romayra
Romayra Arrieche, astróloga.

Sentada a la orilla del río esperaba que terminaran el terreno en el que harían el ritual. Había dejado atrás un sin número de asuntos, pagos por hacer, tareas que terminar, discusiones a las que se les debía dar una conclusión para poder avanzar, decisiones que tendría que tomar y una larga lista de cosas rondando en mi cabeza, mientras el agua acariciaba mis pies como preparándome para la experiencia que tendría al transcurrir de las horas. La magia se comenzaba a generar y la mente inquieta y perturbante le cede el paso a la experiencia espiritual, oigo los tambores, los cánticos, alrededor, comienza un frenesí, los hechiceros y magos del lugar entran en trance al compás de los tambores, y yo…yo solo escucho un sonido melodioso, plas plas plas, plas plas plas….con cada acople, mi corazón baja la intensidad de los latidos, la respiración se hace más lenta y más suave, comienzo yo en mi propio estado a sentir que estoy a punto de vivir un viaje inolvidable y único, huele a rosas, a inciensos, huele a hierbas y bebedizos, todo me parece extraño y a la vez, muy familiar, todo es nuevo pero me recuerda algo, comienza la marcha. Mi estado de consciencia se comienza a alterar y comienzo a ver todo con nuevos ojos, mis sentidos en general perciben todo cuanto me rodea con mayor intensidad, a la vez, muchas cosas comienzan a perder sentido, ya mi mente deja de torturar con pensamientos inútiles y cede el paso para que pueda comenzar a experimentar la razón por la que en esas tierras fui a parar.

 

Vengo de la ciudad, y como alguien que viene de allí, no había visto jamás la mayoría de las cosas que ocurren en una montaña; menos aún si es una montaña mágica. El Mago Mayor ha dispuesto un lugar para mí, el me llamaba astróloga, porque como Mago de Montaña, sabía y conocía de las Magias de otros mundos, porque también tenía la capacidad para hacerlas El mismo, sabía que existían Magos en todas las naciones, en todas las culturas, e incluso él hablaba de Magos de otras dimensiones. Pero su lenguaje en este plano terrenal es propio de quien nunca ha salido de la montaña y de quien toda su sabiduría viene de sus viajes astrales. Su lenguaje era sencillo y profundo, pues en su alma, contenía la sabiduría de muchas vidas, y en esta nos tocó iniciar un hermoso pero muy breve viaje.

 

Foto: www.hijasdelatierra.es
Foto: www.hijasdelatierra.es

El mago, a quien le llaman el guardián de la montaña, hizo un portal que adorno con flores, sirios de 7 colores, prendió inciensos y dirigió cantos y en el centro dibujo una pirámide sobre la cual colocaría mi cuerpo. Comienzan los cantos, invocan protecciones, seres de luz que están custodiándonos, guíen a este ser hacia un buen destino, iluminen sus pasos y denle sabiduría, no permitan que se lesione su energía, fortalézcanla en el plano físico y condúzcanla a un plano de luz en el que encuentre las respuestas que anda buscando. Nombra Dioses, nombra guías, convoca Maestros, Ángeles protectores todo a fin de resguardarme y hacerme sentir segura y cómoda para que inicie el viaje.

 

Una vez hubo mi cuerpo conectado en el portal, comienza la experiencia, mi cuerpo se hizo uno con la pirámide, que a la vez se hizo uno con la tierra y cual si fuera una nave espacial hizo un estruendo, sale la base de la pirámide y queda la punta, en la que me encuentro, acompañada de 4 guías quienes van describiendo constelaciones, lunas, y el cielo, igual a los navegantes leyendo sus bitácoras. Al tiempo, van describiendo para mi cada Cuerpo Celeste, explicando su energía, como funcionan, los elementos que le componen. En este punto el tiempo se detiene (o pierdo la noción del mismo). Solo mi Ser se recrea con esto que sucede; que no se parece a nada, pero que lo conforma todo. Veo desde lo alto el planeta que habito, veo al resto del sistema solar al que pertenezco aquí y ahora. Y aún puedo ver más allá, aunque no entiendo muy bien de que se trata, veo Lunas, Vacíos, veo Soles, Estrellas juntas, Cometas viajando, es TODO y es UNO y en aquella indescriptible vivencia, me van contando, la naturaleza de cada astro, la importancia en la vida humana y como cada Planeta trae consigo la posibilidad de mostrarnos un camino, una LUZ cuando nos sentimos confundidos. Y estos cuerpos, que los humanos hemos visto tan ajenos van teniendo identidad y me muestran con amor y benevolencia sus aspectos. Cada uno me va dando su personalidad, me va enseñando como leerlos, como entenderlos y qué quieren darnos a los humanos, cómo debemos ser guiados por ellos y cómo hacer Magia con ellos, me entregan su sabiduría. Yo así lo había querido, lo deseaba desde hace mucho tiempo, y desde muchas vidas atrás. Ya había terminado mi formación humana estudiando el Cielo y ahora; los astros en un acto de amor sublime a la raza humana, me entregaron todas las claves para entenderlos convirtiéndome en una traductora del cielo…En una guía turística celeste que ayuda a los viajeros a descifrar calles y caminos y a encontrar su mejor destino. Y así ha sido como esta señora que ahora leen se convirtió en astróloga.

twitter/Instagram: romayra26

facebook: Maga Galáctica

 

 

 

 

Romayra Arrieche
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