Verdaderamente que todos se cansan de la agonizante crisis. Es agonizante porque es cargarla a cuesta mientras no se den los pasos para terminar de aniquilarla. Ella misma nos está indicando que cambiemos, pero no de afuera hacia adentro, sino todo lo contrario. Es sumamente desgastador continuar en una guerra declarada para imponer modelos con cifras de muertos en ascenso que al paso producen escalofríos. No es necesario para este momento revelar las cifras porque con ellas no brindamos solución.
Sin embargo, países incrédulos y otros conscientes de la realidad de Venezuela, dan cuenta de lo bajo que hemos caído. Estamos siendo avergonzados y la solución sana para levantarnos es terminando con los errores que hicieron posible la ruina del país.
El hecho de considerar a Venezuela el segundo país más violento del mundo, un poco más reciente publicar que Venezuela se está muriendo, como titular de la portada en la revista “Time”, es suficiente maltrato para quedar avergonzados.
No son descabelladas tales apreciaciones, pero los dementes del régimen son los que no se dan cuenta que en esta trampa los más creídos, arrogantes y predicadores de supuestas soluciones de empachos, son los primeros que deben procurar el cambio en su zona endógena.
A veces, tenemos que aprender de los grandes pensadores y hay uno que no pierde vigencia en este siglo. Aristóteles decía: “Es en nuestros momentos más oscuros cuando nos tenemos que centrar en ver la luz”.
El ejército destructor venezolano debe restituir el orden en el país y la única manera de hacerlo es despojándose del poder que ostentan, para dar paso a la voluntad del pueblo que exige un cambio en la coyuntural economía del país, sometida mes a mes a los más desatinados proyectos, resoluciones y decretos, descartando toda posibilidad de desarrollo y productividad.
La palabra de Dios promete:” Volverán a tener toda la comida que deseen y alabarán al Señor su Dios, que hace esos milagros para ustedes. Nunca más mi pueblo será avergonzado.” Joel 2:24-26.
El problema es que, muchos, con la lucha planteada por el poder no dejan visibilizar la salida. Tenemos más de una década viviendo detrás de una cortina de hierro que poco a poco ha ido mostrando su proceso de corrosión por las ideas que fueron derrumbadas años atrás.
Ellos destacan dándole la espalda al trabajo y el mejor ejemplo lo tenemos con el pasante de la gobernación del estado Nueva Esparta, al declarar día de júbilo no laborable una celebración religiosa. Prueba fehaciente del reposerismo apabullante extendido en todos los organismos públicos y la parálisis existente en el país.
Es un reto lo que está planteado en el país, un enfrentamiento entre la ciudadanía y el oficialismo. Si el liderazgo activo del país logró llegar a esa coyuntura política, entonces debe asumir los cambios de forma integral. Estamos, sin lugar a dudas frente a un nuevo ciudadano más exigente. El peligro siempre está cerca.
Como quiera que sea, junto a una gruesa mayoría de venezolanos, no queremos seguir viviendo con padecimientos por la falta de todo lo que externamente nos han estado quitando. Ahora tenemos que alimentarnos con decisiones de prosperidad y bienestar y la única manera de tenerlos es buscarla dentro de cada uno. Ahí está el potencial y la liberación de estas ataduras que nos impiden progresar.
Si enfrentamos la peor crisis de la historia, también es el mayor desafío para todos los venezolanos. Tenemos que decidir.
Hasta Dios debe estar esperando por esa enorme decisión.
@susanamorffe
http://susanamorffe.blogspot.com
Fotografía de portada: twitter
- El aborto y la fertilidad enfrentan a la humanidad - junio 5, 2019
- Clarivis del Valle Villarroel Millán: «Cuando dibujo soy feliz» - abril 9, 2019
- ¿Por qué debemos vivir con aceptación? - agosto 23, 2018