La imaginación poética permite concebir el nacer como un “desnacer”, en el sentido de que al nacer se clausura la puerta del existir total. Es como si al nacer, por el hecho mismo de comenzar a ser cuerpo mortal, se clausurara una posibilidad de ser en plenitud, por sobre las limitaciones de la materia, de la temporalidad y de la muerte. Así, vivir será una travesía hacia una búsqueda del ser que nos es vedada por nuestra condición de humanos vivientes. Los poemas permiten transitar, a retazos, por las profundidades esenciales del ser y del no ser; esto porque son el lenguaje hecho de memorias, sueños y vivencias en un amasijo inextricable, hecho que lo torna registro verdadero aunque, como siempre, incompleto del vivir nuestro entre este mundo y el otro.
Un poco de aire fresco
Si la vida no es más que el parpadeo de un ojo cósmico
libera la cuerda anudada
deja que la bondad humana desperdiciada termine aquí
no tienes necesidad de mensajeros
solo ingenio y formas de amor
e historias, mitos, historias, filosofías,
espejos que muestran la humanidad a sí misma
deja que los ojos miren hacia arriba
y con su energía chupen algo de cielo.
Deja que las miserias sean completamente imposibles,
y estallen como latidos del corazón en un cuerpo helado.
como escribe el poeta:
deja que esto sea la curación
sino, deja que sea
y ponerle el hombro a los grandes silencios
- El virus nos dejó en blanco, un poema de Eduardo Escalante - marzo 27, 2020
- El mal no se levantó del infierno, un poema de Eduardo Escalante - marzo 20, 2020
- Escribiendo cosas en silencio, un poema de Eduardo Escalante - marzo 6, 2020