La condición humana con todos sus quehaceres, vive momentos complejos, nuestra salvación está en lo que verdaderamente somos y no en lo que se ha querido que seamos; es aceptarnos, saber qué decimos cuando hablamos. Porque el lenguaje es como una taza de té que admite líquido pero sólo un poco. No es mucho lo que podemos decir cuando hablamos. Es más lo que no podemos decir, aunque a veces lo podamos vivir.
Un ojo suave en la oscuridad, un ojo suave
El amor está lo más cerca de sí mismo
cuando aquí y ahora deja de importar
T.S. Eliot
Un santo y seña
abre la puerta:
Ingresas, agarras
el mapa de tu memoria
una serie de razones
para pronunciar
y
verter:
nuevas palabras unidas a la vida
/ocupan un lugar exacto
un oído más agudo / más empático
un cuerpo suelto en su efusión / si es necesario
/una maleta de contrabando
esquiva el horror / se oxidan
sus membranas retorcidas
despiertas lo tácito en lo vivo /
en su centro una rosa / sus pétalos abren sus alas
Somos un lujo no rutinario antes de la muerte
/promesa en abundancia
/ a menudo pronunciamos oraciones
sin gramática, sonreímos
con confianza, sin terquedad
más allá de lo confuso
y desordenado
Para entrar hay que salir:
Un paso más allá del espectáculo / Cambiar de soberanía
En el laberinto del tiempo,
decides habitar el sentido
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