Cada año trae consigo un sinfín de emociones, desafíos y victorias. Pero este año, si lo pensamos bien, ha sido como esa montaña rusa que parece que nunca llegará a su fin: llena de giros inesperados, subidas emocionantes y caídas que nos quitan el aliento.
En medio de todo eso, quiero compartirles una reflexión. A veces, pareciera que estamos tan enfocados en correr, alcanzar metas, evitar fracasos, que no nos damos cuenta de una simple, pero poderosa verdad: el movimiento constante no siempre equivale a progreso.
Déjenme contarles una historia:
Había una vez un joven carpintero llamado Jorge. Durante años soñó con construir la silla más hermosa de su aldea. Trabajaba incansablemente, dedicando horas a cortar la madera, lijarla y ensamblarla. Pero cada vez que avanzaba, algo no cuadraba: las patas eran desiguales, el respaldo estaba torcido o simplemente la silla no resistía el peso.
Frustrado, decidió ir a ver a su abuelo, un maestro carpintero reconocido por sus creaciones impecables. Al escucharlo, el abuelo lo miró con una sonrisa y le dijo:
—Jorge, ¿te tomaste un momento para detenerte y revisar tus herramientas?
Jorge negó con la cabeza. Estaba tan enfocado en trabajar, en hacer y rehacer, que nunca pensó en afilar sus cuchillas o ajustar sus medidas. Ese simple consejo cambió su forma de trabajar. Se dio cuenta de que, a veces, lo que más necesitamos no es hacer más, sino hacer una pausa, reflexionar y reorientar nuestros esfuerzos.
Así como a Jorge, este año nos ha ofrecido algo valioso: la oportunidad de detenernos, ajustar nuestras herramientas y evaluar hacia dónde vamos.
Quizás no cumpliste todas tus metas. Quizás hubo más lágrimas de las que esperabas. Pero si este año te enseñó a valorar lo que ya tienes, a redefinir lo que realmente importa y a confiar en que cada paso cuenta, entonces fue un año de avance, no de pérdida.
Porque no es la velocidad a la que nos movemos lo que importa, sino la claridad con la que avanzamos.
A medida que damos vuelta a la página de este año, recordemos las palabras de La Biblia: «Examina los senderos por donde andas, y todos tus caminos serán rectos.» (Proverbios 4:26)
Tómate un momento para detenerte, reflexionar y ajustar tus pasos hacia el próximo año. Dios no se enfoca en cuánto corres, sino en la dirección de tu corazón y en cómo confías en su guía.
Gracias por caminar conmigo este año, por leernos y por esos comentarios que nos inspiran a seguir adelante. Los extrañaré durante esta pausa, y espero que ustedes también extrañen estas cartas que les escribo con tanto cariño. El 24 de enero, regresaremos para seguir construyendo sueños, ajustando herramientas y avanzando con propósito hacia un nuevo capítulo porque, juntos, hacemos de cada paso un viaje extraordinario. Que Dios sobreabunde en cada uno de ustedes y sus familias, porque se lo merecen.
¡Felices fiestas!
Gracias, gracias, gracias por leerme, compartir nuestros relatos y publicitarse con nosotras. Recuerden que aquí estamos para redactarles una nota de presentación, la entrevista que les ayudara a potenciar sus marcas, llevarles sus redes sociales desde cero o escribirles su historia y convertirla en un libro.
Pueden leer en La Nota Latina/La Nota-Latina.com
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