Los fenómenos políticos en el siglo XXI están a la vuelta de la esquina ¿Responsable? Las redes sociales.
No hay duda que Donald Trump entra dentro de los tres factores que dirimen el fenómeno, él como candidato; protagonista, los electores; quienes juzgan, y el Estado; el juzgado.
Esa interacción conlleva a una decisión. Trump de manera intuitiva leyó el patrón de muchos americanos originarios, el hecho de ser la nación más poderosa del mundo, como lo expreso en el último discurso sobre el estado de la unión el presidente Barack Obama, y que si bien la economía ha mejorado en los últimos años hay que pasarse, porque también parece ser la nación más vulnerable en términos políticos por la riqueza que ostenta, de allí el ángulo que usa el candidato para hacerse de adeptos, su argucia en el proceso de hacerse con la nominación republicana ha sido tomar en cuenta como individuo a cada americano, esto no tiene nada que ver con las reformas sociales recientes, en educación, salud, incluso, inmigración, de la administración demócrata, la idea va mucho más allá es tocar con carisma cada corazón americano.
EE.UU. es un país de inmigrantes, ha corrido mucha agua desde el arribo del Mayflower, se ve la costura, este tema no está sobre la mesa, parece olvidado, en la asimilación han perdido costumbres incluso la lengua madre, como es lógico. El arraigo es mucho más fuerte hacia la tierra que les dio cobijo.
Existe un lenguaje simbólico, velado, conservador, la supremacía blanca, no tanto en lo económico como en exaltar los valores del americano de la mítica ruta 66, la carretera madre, ignorados y marginados, en el contexto de la irracionalidad.
Como magnate y estrella del reality “el aprendiz “, le funciono como el partido sin reglas, es temerario y eso gusta al sector mayoritario. USA un país de oportunidades y riesgos, que como imperio con los mismos métodos pasa fácilmente a tratar la guerra y a la economía con los mismos parámetros. Trump usa la misma estrategia para captar electores.
Veladamente propone un cambio sobe el concepto de sueño americano “la igualdad de oportunidades y libertad lograr sus objetivos en la vida con esfuerzo y determinación”. Posturas racistas escondidas, un mensaje subyacente, donde ya la economía no es solo la base, sino entran otros factores para alcanzar la cima de la pirámide, desalojar la frustración por medio de un mensaje anti-status quo.
El Sueño Americano vende abundancia, oportunidades y destino, Trump asusta especulando con la idea de enemigos invisibles que quieren desalojarlos quítate tú para ponerme yo, y sobre todo les indica de manera tajante que no hay superación en sus sueños. El americano medio siente que está estancado, que no avanza, si bien no está mal entra en el mundo del conformismo le produce angustia, lo cual estimula a desear un cambio.
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