Cuando Toyota lanzó su primer equipo de carreras de NASCAR en 2007, había un montón de fans molestos. Nadie quería una marca que no saliera de Detroit.
Pero al año siguiente, Joe Gibbs Racing, que durante años tuvo a Chevrolet como el motor oficial del equipo, cambió a Toyota. En 2015, el piloto Kyle Busch dio a Toyota su primer campeonato de pilotos, y al año siguiente, Denny Hamlin ganó el Daytona 500 y Toyota se llevó a casa su primer título de fabricante.
Según un informe de “IEG Research en ESP Sponsorship Report”, el año pasado, Toyota gastó más de 7,6 veces el promedio de los patrocinadores en NASCAR. General Motors gastó 7,3 veces el promedio y Ford Motor gastó sólo 2,9 veces el promedio.
Según una encuesta reciente de YouGov realizada a más de 30.000 fanáticos de las carreras de NASCAR, aparentemente todo ese gasto está dando sus frutos.
Geográficamente, las carreras de NASCAR acaparan aficionados del 24% en el Oeste, el 21% del Medio Oeste y el 19% en el Nordeste. Por grupo de edad, el 25% de aficionados son milenios, 32% están entre 50 y 65, 19% tienen entre 35 y 49; y el 24% de los aficionados encuestados tienen 65 años o más.
Los fanáticos de NASCAR viven principalmente en el sur (43%) y en el medio oeste (23%), y entre el Nordeste y el Oeste viven el 18%.
La encuesta preguntó a los aficionados lo que considerarían para su próxima compra: 35% respondió con Ford, 33% con Toyota y 31% para Chevy. Estos números de Toyota en este grupo de compradores era algo impensado hace dos décadas.
Pero a pesar de que comprarían los vehículos de la marca japonesa, sin embargo los aficionados de NASCAR, pusieron a Toyota por detrás de Ford y Chevy, empatados en 37% y sólo 23%.
Para algunos eso suena muy mal después de gastar todo ese dinero, pero un 23% en aficionados que odiaban a las marcas extranjeras no es un mal número, es más, es un excelente porcentaje en este grupo de aficionados.
Cuando se trata del cambio de marcas, Toyota lo hizo mucho mejor. Un 36% de los clientes de Toyota eran clientes de Ford y un 33% eran propietarios de Chevrolet. Sólo el 23% de los actuales propietarios de Chevrolet se cambiaron de un Toyota y sólo el 20% de los propietarios de Ford abandonaron a Toyota.
Otro tema que los aficionados de NASCAR están divididos es el mostrar la bandera de batalla confederada.
El presidente de NASCAR, Brian France, declaró la bandera como un símbolo ofensivo en 2015 y pidió a los oficiales de la pista que retiren las banderas, pero estas siguen en muchas pistas y muchos seguidores continúan mostrándolos también.
Creo que la jugada de Toyota hacia NASCAR fue una de las más inteligentes, ya que fue directa al corazón de los gustos por los autos americanos, y pudo cautivar un fuerte porcentaje de audiencia.
Me acuerdo en los 80 cuando viajaba en las presentaciones de los vehículos por el medio oeste. Ver un modelo japonés, alemán o coreano, era algo muy raro, y la persona que lo poseía estaba mal vista por sus vecinos.
El nacionalismo americano sobre el automóvil cambió cuando la globalización llegó al medio oeste, y demostró que producir automóviles japoneses en territorio americano, era más americano que los mismos americanos.
Si no, pregunten por qué el Toyota Camry es el automóvil más americano del país.
@purosautosus
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