El enfoque populista de Gustavo Petro el nuevo presidente de los colombianos, a partir de este 7 de agosto, ya tiene advertencias por parte de uno de los medios de comunicación más importantes de los EEUU: The New York Times. Este medio plantea que Gustavo Petro se enfrenta a dos situaciones que podrían llevar al país a un nuevo caos social como el vivido en el 2021. ¿Por qué? Porque las promesas de cambio del nuevo presidente de Colombia, giran en torno a los programas sociales que son del todo costosos, y que piensa financiar a base de impuestos sobre los ciudadanos y no ciudadanos más ricos del país. Por supuesto que ese dinero, y como ya lo habíamos dicho, saldrán no de la austeridad ni del ahorro del gasto público, y me refiero, por ejemplo, a disminuir los salarios de los congresistas en donde el Pacto Histórico, el partido de Petro, tiene la amplia mayoría, sino del incremento de los impuestos a las ganancias ocasionales que subirá del 10 al 20%. Y eso por hablar de uno solo de los gravámenes que afectarían a los inversionistas tanto colombianos como extranjeros.
En retrospectiva, miremos como esta Chile luego de que asumiera Gabriel Boric, otro izquierdista, en donde, según las encuestas más del 90% de la población, considera que la economía chilena se ha estancado, o en la Argentina con Alberto Fernández a la cabeza, con una galopante inflación que supero el 36% acumulado desde enero hasta junio de 2022. Y ni que decir de Perú, en donde el gobierno progresista de Pedro Castillo, tiene al país sumido en una crisis político-social, que necesariamente impacta en lo económico, y acusado de corrupción al más alto nivel. Las medidas populistas de Gustavo Petro en Colombia, que parten de un incremento sustantivo que directamente impacta en los inversionistas, con toda seguridad llevaran al país a un progresivo deterioro económico, porque si los impuestos suben sobre todos los pudientes del país y sobre los inversionistas extranjeros, la economía se verá afectada. Al principio decíamos que Petro se enfrenta a 2 situaciones que pueden llevar a los colombianos a un nuevo caos social, y una de ellas llegara por los lados del golpe a la burguesía colombiana y a los inversionistas extranjeros, con el incremento de los impuestos, porque la generación de empleo se va a reducir, y la otra por los movimientos sociales de quienes Petro, recibió el importante apoyo para salir elegido presidente. Estos ya hicieron su advertencia al nuevo gobierno, de que si no cumple con las promesas de campaña basadas en los programas sociales, ellos están listos para iniciar las protestas que, como ya hemos visto, se saben tornar violentas.
En pocas palabras, The New York Times advierte a Gustavo Petro, que el cumplimiento de sus promesas de campaña, con programas para los más pobres, no puede salir del aumento a los impuestos, sino que, aunque no lo dice, tendrá que salir de la disminución del gasto público, que significa ahorro, y de la lucha contra la corrupción para que justamente esos dineros, se inviertan en el bienestar de los colombianos más pobres. Son muchos los billones de pesos que han caído en manos de los corruptos, por falta de una verdadera política anticorrupción que cobije a todos los estamentos del gobierno, y no como sucedió en el gobierno saliente del actual presidente Iván Duque, en el que están perdidos unos 70.000 millones de pesos, por cuenta de la hoy ex ministra Karen Abudinen, quien entrego esos dineros a una unión temporal de empresas tecnológicas recién constituida, llamada Centros Poblados. Una fotografía y varios videos mostraron a Abudinen saliendo del país escoltada incluso por la policía colombiana el pasado 20 de octubre, luego de renunciar a su cargo. No existe ninguna investigación sobre quienes firmaron ese contrato, es decir, sobre la ministra, y sus colaboradores, quienes son los directos responsables de semejante descalabro, por el que hasta ahora, solo hay tres detenidos entre ellos Emilio Tapias. ¿Será entonces que veremos después de este 7 de agosto, cuando se posesione Gustavo Petro, nuevos casos como este y sin resolver? O ¿Será el nuevo presidente de Colombia quien destape este torcido?
Y ¿Qué hará el nuevo presidente de los colombianos para no entrar en conflicto con los movimientos sociales que exigen el cumplimiento de los programas populistas, para mantener el equilibrio con los inversionistas? El énfasis actual se encuentra, no en la austeridad ni en el ahorro en el gasto público, ni mucho menos en el control a la corrupción, sino en incrementar los gravámenes para gastar más, pero de la disminución de los salarios de los congresistas, que es uno de los temas por donde hay que empezar para ahorrar dinero, no se ha vuelto a tocar y con el paso de los días, pasara a un segundo o tercer plano.
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