A estas edificaciones construidas en el medio de Biscayne Bay se accede en lancha o por aire. Un manto de misterio y leyendas de todo tipo las envuelve.
De no ser por los colores pasteles de sus fachadas, las siete casas que se yerguen sobre el mar podrían haber pertenecido al escenario post-apocalíptico de “Waterworld”, la película de ciencia ficción protagonizada hace tres décadas por Kevin Costner, cuya acción deja al descubierto cónclaves humanos que han sobrevivido en los océanos.
Lo cierto es que esta colección de casas construidas en el medio de Biscayne Bay y bautizada con el nombre de Stiltsville, no sólo es una rareza arquitectónica: es un testimonio del ingenio perdurable y la imaginación del espíritu humano, parte de la rica herencia de la historia del sur de Florida.
A este singular urbanismo marino se accede en lancha o por aire. Llegar por agua toma unos 20 minutos saliendo desde la marina de Key Biscayne, Miami. Llaman la atención sus originales estructuras, nacidas literalmente contra viento y marea, sus techos inclinados y sus diversos estilos.
Sus origenes
Los orígenes de Stiltsville datan de fines de 1920 y principios de 1930, cuando la ley seca prohibía la venta y consumo de alcohol. La leyenda dice que el primer palafito de Stiltsville fue construido por Eddie Walker en 1933. Además de cerveza y sopa de cangrejos de río, esta casa flotante también ofreció juegos de azar, que era aparentemente legal si se encontraba, al menos, a una milla de la costa.
Esta historia, tal vez, sea la responsable de las leyendas urbanas que rodean Stiltsville, incluyendo la idea de que las casas deliberadamente se construyeron fuera de las aguas territoriales de Estados Unidos con el fin de formar una especie de estado libre frente a las costas del sur de la Florida. La idea de un escondite alejado, ubicado convenientemente fuera del alcance de la ley, atrajo otras almas pecadoras con la idea de crear sus propios hogares.
El lugar se volvió popular y más casas sobre pilotes empezaron a aflorar. Nacía el pequeño Las Vegas del sur de la Florida, que para 1959 contaba con 27 casas, algunas de ellas convertidas en clubes. El Calvert fue el primer club social oficial seguido por el Quarterdeck Club, que tenía salón de tragos y donde cenaba el jet set. Este lugar era una atracción turística en Miami para celebridades, incluyendo Ted Kennedy, uno más del clan que fue senador e hizo su fiesta de bachiller en Stiltsville.
En 1962 una barcaza encallada en esas aguas bajas se convirtió en un centro social llamado Bikini Club, que ofrecía tragos gratis para damas en bikini, y contaba con un solarium nudista. Por vender alcohol sin licencia, el club fue allanado en 1965 y cerrado por la Brigada Antivicio.
Pero más devastador que el peso de la ley fue la furia de la naturaleza. En 1960 el huracán Donna se llevó 20 casas, de las cuales 8 fueron reconstruidas. Cinco años después llegó Betsy; y en 1992, Andrew dejó en pie solo las 7 casas actuales.
Las hermosas estructuras que sobreviven están dentro de los límites del Parque Nacional de Biscayne y bajo la protección de la Fundación Stiltsville Trust. Se mantienen las expectativas sobre un plan de conservación y acceso público, incluyendo programas educativos y comunitarios.
