Llegamos a Cruz Bay St. John o San Juan, la más pequeña de las Islas Vírgenes Americanas, en un ferri que tomamos en Red Hook (St Thomas). Por vía marítima es la única opción que se tiene para llegar a este tesoro de 50 kilómetros cuadrados ubicado en el Caribe. Los ferris, tanto para pasajeros como para automóviles, ofrecen salidas frecuentes. El último sale a las nueve de la noche, lo que significa que pueden hacer una ida por vuelta como nosotras. El viaje dura unos 20 minutos y el costo es de 18 dólares ida y el regreso.
Cruz Bay es la principal ciudad de la isla que agrupa a una población aproximada de cinco mil habitantes y es el punto de partida para explorarla. Por cierto, la mejor manera de hacerlo es alquilando un jeep, que se desplazan a la inversa, y que son muy útiles para recorrer sus calles empinadas y sinuosas. También sirven como ventanas a paisajes que te dejan sin aliento. En cada esquina, la mezcla de historia y naturaleza se despliega y nos recuerdan que la autenticidad y el respeto por el entorno son esenciales para mantener la esencia de este pequeño Edén. Los jeeps se encuentran estacionados a la salida de la terminal, que está rodeada de alegres bares, restaurantes y 45 tiendas esparcidos en unas pocas cuadras. A pesar de que es una Isla americana desde el año 1917, cuando fue comprada junto a St.Thomas y St Croix al gobierno Danés por 25 millones de dólares, en St. Jhon no existen las grandes cadenas de negocios ni de comida rápida americana.
Laurance Rockefeller, un visionario multimillonario, quedó cautivado por la belleza de St. John y en el año 1952, adquirió casi el 60% de la isla. En 1956, en un gesto generoso, donó gran parte de estas tierras al Gobierno federal, estableciendo la base para convertirla en un parque nacional. Su deseo era que este paraíso caribeño pudiera ser disfrutado por muchas generaciones venideras. Dos tercios de la isla forman parte de un Parque Natural protegido, ofreciendo acceso libre a sus fantásticas playas y exuberantes bosques.
Plantación Annaberg
Este rincón del Caribe está salpicado de lugares históricos entre su terreno montañoso y selvático. Antiguos petroglifos tallados por los pueblos taínos y ruinas de plantaciones de caña de azúcar, como Annaberg, narran la historia rica y diversa de la isla. En Annaberg, los visitantes pueden explorar las ruinas del molino de viento, la fábrica de azúcar, la destilería y las viviendas, aprendiendo sobre las técnicas de producción de azúcar introducidas por los españoles y posteriormente expandidas por los daneses. Los cuartos de esclavos en Annaberg sirven como testamento histórico, reflejando la realidad de la esclavitud en la isla. Estos sitios, junto con letreros informativos, cuentan la historia completa de este legado. Es un paseo obligatorio.
Descubrir St. John es sumergirse en la belleza natural, la historia cautivadora y las 31 playas que se extienden a lo largo de bahías protegidas en los que abundan arrecifes de coral. Tuvimos la oportunidad de comprobarlo con Trunk Bay destaca por su arena blanca y aguas turquesas cristalinas. Disfrutamos del verdor de sus árboles y del sol caribeño. El ingreso cuesta cinco dólares y te permite acceder a la playa y sus instalaciones que incluyen baños, un pequeño bar y puesto de alquiler de equipos para que puedas hacer esnórquel y buceo. Tuvimos la oportunidad de mirar bajo sus aguas porque si no lo haces no estuviste en St Jhon. El gobierno local protege mucho a las tortugas marinas y ese día estaban conos esparcidos por las blancas arenas que indicaban que pronto nacerían muchas de esa especie.
Bajo el Sol Gallery Art Bar and Rum Room
Un rincón imperdible en St. John es Sol Art Bae and Rum Room, un concepto ideado por una apasionada pareja. La curadora de arte, Priscilla Rivera, de origen puertorriqueño, se unió a su esposo, el escritor David Khight, nativo de St. John, para dar vida a esta extraordinaria galería de arte llamada Bajo el Sol Gallery Art Bar. Este lugar cuenta con un estilo híbrido único, ya que ofrece la oportunidad de explorar diversas experiencias para que los visitantes pueden conectarse con la dinámica cultural de la Isla
Sumérgete en la esencia del arte mientras disfrutas de la exposición artística, y al mismo tiempo, deleita tu paladar con una variada selección de rones exquisitos y además te cuentan el origen y el proceso de producción. Además, puedes saborear un café local de primera calidad y disfrutar de unas deliciosas empanadas y repostería. Todo esto en un ambiente que te invita a la relajación, ya sea leyendo un libro o simplemente absorbiendo la inspiración que emana de este espacio cultural.
No dudes en visitar Bajo el Sol Gallery Art Bar and Rum Room para que vivas una experiencia única donde el arte, la gastronomía y la cultura se entrelazan de manera armoniosa. ¡Te garantizamos momentos inolvidables en este cautivador rincón de St. John!
St. John ofrece una experiencia única llena de belleza y serenidad: Desde playas de aguas cristalinas hasta senderos naturales exuberantes. Te invitamos a que lo visites y disfrutes de su encanto.
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St Thomas: Vive entre montañas, historia, hermosas playas y el sabor hispano
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