Carisma y derroche de alegría en sus shows son el lado opuesto de lo serio que son las injusticias que ocupan su atención, así como las soluciones que propone. Nos referimos en esta oportunidad a Enrique Martín Morales, conocido más como Ricky Martin, y quien ocupa nuestra mirada en esta oportunidad, como visible latino agente de cambio.
Comentábamos en nuestra anterior entrega que en la responsabilidad social es indispensable, para que pueda motorizarse y asentarse una verdadera transformación en una población en particular, el ejercicio del liderazgo. No sólo desde la práctica elemental de la provisión de fondos por la vía filantrópica, sino por el involucramiento emocional y existencial para el abordaje y resolución de un problema.
Esto aplica en la figura seleccionada como caso de análisis. Ricky Martin ha liderado desde su propia organización sin fines de lucro, la rickymartinfoundation.org un movimiento para desterrar de la faz de la tierra lo que se identifica como esclavitud moderna y trata de personas. Bajo una estructura técnica visible y una estrategia de abordaje y seguimiento a la temática, dicha Fundación se ocupa de acciones de prevención, indagación y sensibilización, con foco en su isla natal. Y más allá de ello, el artista se ha activado como vocero global, llevando mensajes e información relevante en foros y espacios públicos.
Tal interés no ocurrió como una táctica de mercadeo social para reforzar su marca personal, porque probablemente no lo necesita. De acuerdo a la historia que se relata desde su web site y que repite de cuando en cuando en los medios, hubo un hecho en particular que tocó una fibra especial en la humanidad de Martin y catalizó su proactividad como celebridad socialmente responsable. Cuando en el año 2002 visitó la India fue testigo directo del momento en el que tres niñas serían vendidas como prostitutas. En sus palabras, ese momento cambió su visión del mundo y su lugar en él, asumiendo la postura de querer ser parte de la solución de algo situado en el lado oscuro de la vida cotidiana urbana. Según cifras de Unicef, entre el 22 y 50% de las personas bajo condiciones de trabajo forzado y trata, son niños.
La anécdota es ejemplo de ese instante de conmoción interior que suele ocurrir en los agentes de cambio, antes de activarse como tales, bajo plena conciencia de contar con recursos capaces de incidir en una posible transformación. Tarea nada fácil cuando se trata del segundo hecho criminal más lucrativo del mundo.
Además de su ocupación por cambiar dicha problemática global, el popular ex-Menudo se suma a causas que conectan con la infancia, con el bienestar de sus paisanos en Puerto Rico y con la comunidad LGTB. Ricky Martin es un abanderado al liderar y crear nuevas estrategias con soluciones novedosas y eficaces, y podría decirse que es un catalizador, como precursor y proveedor de los recursos necesarios para la agenda de RSE. Y también un seguidor, cuando la acción de otras personas o instituciones, como UNICEF, le invitan a ser parte de algo con fines de transformación.
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