Cuando se habla del Caribe, inmediatamente se piensa en sol, playa, arena y diversión… ¡mucha diversión! La capital de Quisqueya tiene múltiples opciones para disfrutar de lunes a lunes, entreteniendo a turistas y a quienes hacen vida en la República Dominicana.
Santo Domingo se ha convertido en una ciudad vibrante y cosmopolita en muy poco tiempo. Es frecuente caminar por sus calles y tropezarse con algún famoso, disfrutar de lanzamientos, cocteles, fiestas, desfiles de moda, teatro y mucha rumba. La fiesta o el “can” forman parte del ADN del dominicano, de su gentilicio y de esa pasión por atender a propios y extraños para que se sientan como en casa.
La capital —moderna y en constante crecimiento— se encuentra a la par de otras urbes, con la particularidad de estar anclada en el Caribe, lo cual hace única su esencia contagiante al ritmo del merengue. Los dominicanos no ponen excusas a la hora de pasarla bien y el poder adquisitivo no es una limitante cuando de “chercha” se trata. La movida comienza cada día cuando cae el sol en la avenida George Washington, a lo largo y ancho de todo el malecón, donde la música se desprende de los vehículos estacionados o de los pequeños establecimientos de alimentos y bebidas. Aquí, la actividad se intensifica durante el fin de semana y se extiende hasta la madrugada o incluso avistando el amanecer.
Los colmados también sirven a modo de predespacho para los que buscan acción desde muy temprano. Se trata de pequeños locales dispersos por toda la ciudad; son una suerte de abastos, algunos tienen mesas y sillas para disfrutar de una cerveza Presidente bien fría, la más popular del país, al ritmo del merengue, la bachata o el perico ripeao. Además de anticiparse a la rumba, los colmados también sirven de after party para los que sientan que la noche no les fue suficiente: muchos abren 24 horas porque no hay límite de horario para el consumo de bebidas alcohólicas ni para el cierre de los establecimientos, por lo que sus noches podrán ser tan largas como usted lo desee.
La turística y transitada Zona Colonial, además de albergar toda la historia de la primera capital fundada en el Nuevo Mundo, sirve como ecléctico escenario para irse de copas cuando cae el sol. En los alrededores de la plaza España, variados cafés y bares sirven como antesala a la larga noche dominicana.
Pero hay lugares emblemáticos que no deben pasarse por alto, bajo ninguna circunstancia… El primero: Lulú Tasting Bar, además de ofrecer una nutrida carta de platos internacionales y tapas, incluye deliciosos cocteles, música en vivo o DJ´s tocando lo mejor del estilo lounge dentro de sus instalaciones o en la terraza. Porque la comida también da una visión de los lugares, Buche Perico sobresale por lo original de la decoración y el esfuerzo de preservar la historia en un ambiente moderno y confortable; sirven platillos elaborados con ingredientes típicos pero elevados a la categoría gourmet. Una vez se cierra la cocina, el lugar es perfecto para subirle el volumen a la música mientras se disfruta de una buena conversación y unos tragos para darle sabor a la noche.
En esa misma onda, pero un poco más tradicional, destaca Jalao, un pintoresco restaurante-bar que abraza en su propuesta gastronómica clásicos de la cocina dominicana, la infaltable “mamajuana” y los sonidos del merengue en todos sus estilos, incluso en vivo, pues cuentan con un espacioso escenario y una pista de baile para los más osados.
Por último y uno de mis preferidos, recomendado para los que no saben parar de beber y siempre quieren amanecer, el Café de Toi, sitio que emerge como una propuesta casi clandestina, y que entre los entendidos y lugareños se conoce como “La Resistencia”; sin duda, un refugio para todos los que se resisten a llegar a casa antes del amanecer.
En una casona de estilo colonial ubicada en la calle José Gabriel García con esquina 19 de Marzo, Odalis Robles —la propietaria— también hace de anfitriona de “La Resistencia”. Su presencia es tan grata que entabla amenas conversaciones en la barra, complace peticiones musicales —la pegarán del techo si le piden flamenco, su género preferido— y se puede incluso bailar con ella sobre las mesas. Con una clientela variopinta procedente de todos los confines, cualquier cosa puede pasar, y sólo ustedes decidirán qué hacer o no dentro de ese espacio con aire bohemio y ese savoir faire que se respira a través de sus paredes cubiertas por obras, dibujos y carboncillos de maestros de la pintura dominicana contemporánea, lo que junto al mobiliario le da el toque final de buen gusto. Si estuvo en Santo Domingo y no lo conoció, “usté no tá en ná”.
Pero la rumba que estremece la Zona Colonial cada domingo, desde hace ya algunos años, se sitúa sobre las ruinas de San Francisco de Asís a partir de las cinco de la tarde. El son, la salsa, el merengue tradicional, la salve y todas las artes musicales se dan cita en este reencuentro popular, conocido como el “Domingo de Bonyé”, nombre del grupo musical homónimo, que pone a bailar a cientos de personas cada domingo y lo componen los músicos Félix Báez, Néstor Sánchez, Chino Méndez, Franklin Soto y Roberto Bobadilla.
Este encuentro cultural propio de las grandes capitales del Primer Mundo, no sólo es un punto turístico por excelencia, sino una referencia obligada para todo el que desee ver cómo convergen, de manera cívica, personas de todas las clases sociales con los turistas que acuden atraídos por el contagiante sonido o simplemente por la curiosidad.
Para gozar el Bonyé, ¡no hay reglas! Alrededor hay bares y colmados que, a sabiendas de la popularidad que goza el espectáculo, ofrecen sus sillas y mesas o las alquilan a sus clientes habituales, quienes hasta con semanas de anticipación tienen sus puestos reservados cerca de la pista para disfrutar con comodidad de la velada. Quienes no toman previsiones se sientan en la grama, invaden las escaleras o llevan sus banquitos y sillas portátiles para no perderse el acontecimiento. También se dan cita los despreocupados que acuden únicamente a hacer alarde de sus dotes como bailarines, hasta un “chin” pasadas las diez de la noche, cuando todo acaba dejando atrás esas ruinas ancestrales que esperan recobrar vida el próximo domingo.
En las exclusivas zonas de Naco y Piantini o en la avenida Sarasota están diseminados una gran variedad de restaurantes estilo lounge, que al terminar su servicio de cocina se convierten en deliciosos centros de reunión. Ideales para ver y dejarse ver, locales como Mitre, Sophia y Laurel son los mejores puntos para el adulto contemporáneo y poseedor de un gusto más exigente.
Los hoteles cinco estrellas también se han abierto para satisfacer la demanda del público residente, abriendo espacios como el recientemente inaugurado Bar Blu, ubicado junto a la piscina de borde infinito en el tercer nivel del nuevo Hotel Real InterContinental Santo Domingo, en la avenida Winston Churchill.
A 101 pies de altura sobre esa misma avenida se encuentra Vertygo 101 en el hotel JW Marriott Santo Domingo, conformado por una gran terraza con espectaculares pisos de cristales reforzados. Ambos lugares ofrecen increíbles vistas panorámicas al corazón de la ciudad, en un ambiente moderno y sofisticado. El Renaissance Jaragua Hotel y Casino tiene su recinto para el noctámbulo con el mítico Merengue Bar, con un corte un poco más popular y donde suena con desparpajo la música en vivo tocada por su banda residente.
Para los más intensos, la discoteca Gold se ha convertido en el after party por excelencia de la noche dominicana, gracias a su ubicación en el casino del hotel Princess en la avenida 27 de Febrero y a la ausencia de restricciones de horario. Abierto de miércoles a domingo, cada noche presenta una temática distinta, incluye un área VIP, ofrece desenfreno hasta al amanecer y cuentan con un gran equipo de seguridad. Uno de sus propietarios, Alex Tenti —de origen italiano— se dejó seducir por el encanto caribeño de Quisqueya y probó como empresario apostando a la vida nocturna de la ciudad y conociendo el gusto del dominicano a través de varios locales que han anticipado el éxito de Gold.
Luego de acudir a la tradicional misa de domingo, los dominicanos asisten religiosamente cada lunes a Jet Set, una sala show que le brinda a su fiel clientela los mejores espectáculos en vivo con los máximos exponentes de la música local. Artistas de la talla de Wilfrido Vargas, Millie Quezada, The New York Band, Kinito Méndez, Miriam Cruz y muchos más son algunos de los que los han acompañado a celebrar más de 40 años de historia y tradición. Los “lunes de Jet set” son icónicos, al punto que estrellas como Beyoncé, Jay-Z, Rihanna, Bruno Mars y Justin Bieber, entre otros, han bailado con las celebridades locales, entremezclándose con la gente asidua que para nada se sorprenden de verlos, porque saben que allí es la movida. Ubicada en la avenida Independencia, el único mandamiento impuesto por el establecimiento es que no se permite la entrada a hombres solos, así que si su intención es disfrutar hasta el amanecer, entonces, busque su pareja.
Desde hace unos años los jóvenes dominicanos han redescubierto y pulido la avenida Venezuela en la zona este de Santo Domingo, después del puente Duarte. Todos los días se encuentra un lugar, un bar, un restaurante con música en vivo, discoteca, pub o fast food, donde no pueden faltar los hot dogs o el chimi (una suerte de hamburguesa dominicana) y música hasta el amanecer. Una anécdota “del otro lado del puente” refiere la “euforia” que causó la llegada del rapero Jay-Z y su flamante esposa Beyoncé a la discoteca Euphoria, ambos invitados por el beisbolista de Grandes Ligas Robinson Canó. Se comentó que la visita de Jay-Z fue motivada por la búsqueda de nuevos talentos para un proyecto musical.
LAS NOCHES TAMBIÉN TIENEN ARCOIRIS
Para el público de la comunidad GLBTI las noches de ambiente también tienen su espacio en la capital dominicana. Hoy, estos lugares se han vuelto un punto de encuentro obligado para todos los que quieren pasarla bien, pero sobre todo sin prejuicios. Buena música, shows fonomímicos, gogo dancers, travestis o drag queens forman parte de la oferta nocturna de la movida, que igualmente recibe con beneplácito al público hetero y open mind. En estos locales no existen etiquetas; la libertad y la fantasía son las premisas para bailar hasta que el cuerpo aguante, en medio de musculosos y sexis bartenders.
Dentro de la Zona Colonial, en la esquina de Las Mercedes, se encuentra Esedeku, uno de los clubes más populares y de mayor tradición. Ofrece una amplia variedad de cocteles y se lucen con los ritmos que lideran las carteleras de popularidad en la categoría pop anglo. Se trata de un espacio íntimo y acogedor, que es frecuentado por personalidades de la escena dominicana. Ideal para socializar y conversar, pero también para contonear el cuerpo sólo por un rato, ya que abre hasta las tres de la mañana. De allí la mayoría enfila hacia Fogoo, ubicado un par de calles más abajo, en la Arzobispo Nouel.
Aquí la rumba es mucho más intensa, ya que —a diferencia de Esedeku, que es más estilo bar— Fogoo tiene todos los elementos de una disco convencional. Y como dice el famoso merengue de los años ochenta popularizado por Carlos Alfredo, “al lado, justo al lado…” se encuentra G Lounge, otra discoteca que ofrece más diversión para el público local y uno que otro turista que nunca falta. La rumba de ambiente se caracteriza por su buena vibra y por no detenerse, al punto que hasta los domingos son buenos para disfrutarlos.
¡A CANTAR SE HA DICHO!
En los últimos años, República Dominicana se ha convertido en una plaza de primera para artistas internacionales gracias a sus imponentes escenarios, a la receptividad del público local y por ser un destino turístico que proporciona gran afluencia de personas que planifican su viaje para disfrutar de su artista preferido en vivo.
Para este año se espera el Festival de Música Presidente, según informaron recientemente sus organizadores en rueda de prensa, aunque no revelaron las fechas ni los artistas que lo animarán. El presidente de la Cervecería Nacional Dominicana, Franklin León, destacó que el Festival celebra este año su vigésimo aniversario; dos décadas logrando el sueño de reunir a las más destacadas figuras de la música latina e internacional. Para esta ocasión, suena desde ya el nombre de Ariana Grande como una de las principales celebridades.
Con todas estas actividades, la próxima vez que Santo Domingo sea su destino, o cualquier otro dentro de la isla caribeña, no se quede en su habitación… Como reza el eslogan que identifica a la marca-país: “República Dominicana lo tiene todo” y como dicen los dominicanos, atrévase y salga dispuesto «a gozar».
@soyenzoesposito
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