La mayoría de los días realizo mis rutinas, en especial algunos días en que todo está claramente claro y no se escapa nada. Tampoco puedo evitar medir dónde estoy en la vida. Este poema es uno de esos momentos de mayor conciencia que hace que lo aparentemente mundano sea profundo.
Rutinas
Si tan solo supiera toda la historia
Que vive en nosotros,
Tal vez comprendería los nombre falsos
Que pronunciamos. Las omisiones.
Podría usar palabras precisas
para entender los textos en el libro oscuro de la humanidad,
escrito antes de Cristo,
o podría leer la historia al revés o
corregir la palabra torturada para darle nueva luz.
Mas no interferiría en el mundo, el mundo es,
todo lo que no es, esta incógnita desconocida. en lo conocido.
Hoy me siento de cara al mar cortando un texto
tan grueso que parece pantano con olor a petróleo,
alguien disfrutando del cálido sol con sangre en su boca.
Imagino una tijeras para no citar a los testigos falsos.
Se corre una cortina y veo a un médico borrando
del diccionario una enfermedad. Enfermedad.
Ahora algo sé, dónde se cuelgan los pecados de
color amarillo y que no desaparecen en la niebla.
Las serpientes se retuercen en la cueva de su ingenio.
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