Refugio de Dos...El escritor explora las imágenes, las palabras que permitan al lector optar por cualquiera de las posibilidades insinuadas, o bien, muchas más, según cada quien. Se trata de evitar que suene un disco rayado, sonidos estancados, y se perciba el ritmo y movimiento. Cada lector enciende su propio juego, determina la chispa que enciende, se trata de subirse a un carrousel que de algún modo sea misterio. En este caso el misterio lo da el nombre del poema “Refugio de dos”.
Sí, la rosa de pétalos con arcoíris.
Sí, la planta que acaricia la tierra.
Melodía de Mozart a la vida.
Paredes de castillo medieval con vitrales góticos.
La amante en un poema de Eliot que brilla.
El secreto de los pijamas
debajo de dos almohadas.
Una página escrita cada noche.
Sí, esplendor
silencios intermedios
quizás interferencias frágiles
sin decir diciendo palabra
se tejen texturas nada se pierde
miles de combinatorias
ensortijadas en la finitud
de los pasos
encuentran oxígeno en el paisaje
en línea lila como un bote
que flota está detenido
recostados alcanzan a ver
aquello por lo que nacieron
gota a gota
se llena cualquier vacío
no tanto de luz o de pájaro en vuelo
sino del palpitar de las líneas
de ambos
no hay orilla que no se tolere
cada uno se renueva
imágenes no se repiten
el éxtasis queda exhausto
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