El síndrome de Burnout o de cabeza quemada, tiene que ver con el estrés laboral, el desgaste ocupacional, también se refiere a la fatiga crónica del trabajador o empleado, por factores estresantes emocionales, situaciones interpersonales o físicas.
El agobio al extremo en una persona, bien sea por trabajar en exceso o por la dificultad de manejar el estrés laboral, causa malestar físico, mental y emocional y en su estado crónico se le conoce como Síndrome de Burnout. A nivel empresarial, la productividad se afecta con el estado de ánimo fluctuante y la baja energía de quienes lo padecen.
Este estado patológico fue descrito por primera vez en 1969 por el científico H.B. Bradley como metáfora de un fenómeno psicosocial presente en oficiales de policía de libertad condicional, utilizando el término staff burnout.
Posteriormente sería desarrollado extensamente en 1974 por el psicólogo estadounidense Herbert Freudenberger a través de un estudio de campo al personal sanitario. Este autor utilizó dicho término basándose presumiblemente en la novela de Grahan Greene de nombre A Burnt-Out Case de 1960, donde se describe al protagonista como un sujeto que sufre de Burnout. En su libro detalla aquellos estados físicos y psicológicos que tanto él como otros colegas sufrían al trabajar con una gran cantidad de jóvenes drogadictos.
Los más vulnerables
Las mujeres y las personas menores de 35 años, sobre todos los solteros, son las más vulnerables a padecer de este síndrome. Los ‘workaholic’ o adictos al trabajo, que no cuentan con una dinámica extra oficina, también suelen estar afectados, pues en su búsqueda por sobresalir en una empresa o de lograr sus metas profesionales, ponen en riesgo la salud.
Pero no sólo se ve en el trabajo. El estrés entre balancear las labores de la casa con el trabajo, para muchas madres representa demasiado. Igual sucede con quienes cuidan de personas enfermas o seres queridos con discapacidad.
El síndrome de Burnout es muy frecuente en personal sanitario como médicos, nutriólogos, enfermeras/os, psicólogas/os, psiquiatras, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, terapeutas familiares y consejeros matrimoniales, así como personal administrativo y docente. Deportistas de élite, operadores de centros de llamadas, ingenieros, personal de las fuerzas armadas y policías, y hasta en áreas muy diversas como en el campo industrial, son muchas profesiones en las que actualmente, se observa un creciente repunte del síndrome.
Una forma de prevenirlo está asociada con un buen ambiente donde las personas se sientan valoradas, tanto como para tener ganas de ir a trabajar. Una cultura positiva de salud y bienestar en el trabajo donde la gente se sienta a gusto, tomada en cuenta, donde pueda compartir inquietudes, ayuda a mejorar la productividad y la reputación de la empresa.
Cómo afrontarlo y evitar quemarse
Son básicas las recomendaciones para afrontar este síndrome, seguro le son familiares: mantener un estilo de vida saludable, con buena alimentación, ejercicio y dormir bien. Todo lo que ayude a estar feliz, centrado y en bienestar, aplica. También es importante poner límites, decir no cuando ya no se pueda asumir más responsabilidad. Aprovechar cualquier opción para el manejo del estrés: yoga, meditación o cualquier práctica al aire libre, como ir a caminar, o simplemente descansar, apartarse de las labores cotidianas y tomarse un rato para un té, un café o una infusión, sin pensar en nada más.
Sobre el cansancio emocional: aprenda a no tomarse las cosas a pecho, ni asumir que todo es personal. Ayuda mucho consultar con un especialista, bien sea un terapeuta, un psicólogo, alguien que le oriente si siente que tiene demasiada presión encima y no puede manejarla adecuadamente. Un consejo a tiempo le evitará luego una enfermedad física o mental.
Si ve que las situaciones laborales no tienen una solución viable, busque otro empleo, quizás sea el mejor momento para alzar vuelo. Seguro hay empresas donde el equilibrio entre lo profesional y la vida personal sea un tema de interés y allí sí pueda echar raíces. Confié! Dios, el universo, o según su creencia, responde.
¿Cuándo estás quemado?
Si estás demasiado fatigado, cansado o agotado, si constantemente te resfrías o te enfermas porque tu sistema de defensa está debilitado, si sientes cambios en tu apetito o en los hábitos de sueño (más presencia de insomnio), dolores de cabeza o espalda y problemas musculares, trastornos digestivos, afecciones de la piel, problemas respiratorios o circulatorios, todos son síntomas físicos de Burnout.
A nivel emocional, si te sientes aislado, con sensación de derrota, fracaso o acorralado y sin opciones, si tienes muchas dudas o impotencia, pérdida de interés y motivación, negatividad, ira, hostilidad y cinismo. Todos estos son síntomas de Burnout. Estados de insatisfacción continua, ansiedad, angustia, tristeza y depresión están muy relacionados a este síndrome.
Las causas de este síndrome
Son muchas las causas del síndrome Burnout. Quienes están en áreas de trabajo y son expuestos a más de 8 horas diarias de trabajo o tienen horarios excesivos, tienden a presentar sus síntomas. Igual que los que están mucho tiempo en el mismo puesto de trabajo y además tienen una remuneración económica inadecuada. Igual desgaste ocupacional produce el estar inconforme con los compañeros y superiores por un trato incorrecto, un pésimo clima laboral o porque se trabaja en condiciones inhumanas.
Estudios con profesionales de la salud revelaron que en España y América Latina había mayor prevalencia de Burnout en España, Argentina, Uruguay, México, Ecuador, Perú, Colombia, Guatemala y El Salvador. Otro estudio realizado entre docentes latinoamericanos, estableció que en México hay mayor tendencia entre estos profesionales a estar afectados por Burnout que en Chile.
Evelyn Navas @EcnaproAsesoria
- ¿Cuánto trabaja un CEO? - febrero 24, 2022
- El nuevo capricho de Rauw Alejandro - febrero 9, 2022
- ¿Cuáles son los platos desconocidos de la cocina de Estados Unidos? - febrero 9, 2022