El Divino Masculino se refiere específicamente a la energía masculina en su vibración más alta; la parte masculina de la conciencia plenamente sincretizada en el Cristo y capaz de manifestarse a través del amor absoluto.
A lo largo de mis numerosos encuentros con la energía femenina, gracias a mis pacientes, alumnas, maestras y a los talleres del DESPERTAR DE LA DIOSA, he podido coparticipar del viaje de muchas mujeres hacia el descubrimiento y sanación del potencial femenino contenido en su energía sexual. Cuando la mujer se hace consciente de la importancia y significado de dicha energía y aprende a despertarla y manejarla a su antojo, puede beneficiarse de ella en los diferentes planos de su existencia. Dicho trabajo, efectuado cuidadosamente, parte de la sanación con lo femenino. Sin embargo, una vez curado éste, la otra mitad del ser aparece íntegramente y nos recuerda cuán profundamente herida está nuestra relación con lo masculino.
En algún momento de nuestra existencia, nuestra mente puede haber registrado huellas dolorosas en nuestros contactos con padres, compañeros, patrones, modelos masculinos, o la cultura patriarcal. Aparte de condicionamientos culturales, programaciones recibidas de nuestras madres o abuelas, heridas kármicas colectivas, creencias limitantes y resentimientos inconscientes, todo lo cual ha lesionado nuestra esencia masculina, que conforma el 50% de nuestra energía.
Como resultado, se manifiestan distorsiones energéticas en los diferentes ámbitos de nuestro ser, mente, cuerpo, emociones y espíritu, tanto en el ámbito externo, como interno.
Externamente, muchas tenemos problemas para funcionar con nuestras parejas. Incomprensión, impaciencia, anclajes emocionales de todo tipo y deficiencias comunicacionales y conductuales, conforman el mapa de interacciones generalizadas. Cicatrices emocionales en las matrices energéticas, causan en muchos rechazos abiertos al ser masculino, impidiéndoles atraer a una pareja, consolidar la unión o tener hijos.
Divino Masculino
En el ámbito interno, nos gobierna una energía masculina distorsionada, plagada de control, perfeccionismo, brutalidad, abuso, negatividad y criticismo. Todo lo cual nos aleja del placer y del logro pleno de nuestro desarrollo existencial.
Por su lado, el hombre también ha sido herido en su energía. Se le ha enseñado a suprimir sus emociones y a mostrar sólo su lado “fuerte”. Se le cría para ser competitivo, triunfador, vencedor, e implacable. En casos extremos se le enseña a infravalorar a la mujer. Tras siglos de condicionamiento, se ha multiplicado el modelo de castración emocional que consolida un desequilibrio existencial marcado y que mantiene al hombre atado a vibraciones densas y bajas. Algo muy alejado del concepto de masculino divino, lo cual se refiere específicamente a la energía masculina en su vibración más alta; la parte masculina de la conciencia plenamente sincretizada en el Cristo y capaz de manifestarse a través del amor absoluto.
El daño que a la raza humana ha ocasionado este condicionamiento social y genérico es inmenso y puede llevarnos a la aniquilación. En gran parte del planeta la mujer sigue siendo un objeto de intercambio, mientras la energía femenina contenida en Gaia (el planeta tierra) sufre los embates de la violencia, la contaminación y la guerra.
No podemos cambiar la realidad externa si no la corregimos primero internamente y para ello, tanto mujeres como hombres debemos sanar nuestro divino masculino. Haciéndolo, las generaciones venideras serán cada vez más sanas y la humanidad más equilibrada.
Luz y Paz para ti,
También pueden leer en La Nota Latina
Boris Izaguirre: Mucho más que un frívolo divino
Si desean conocer más, te invitamos a participar en nuestros talleres, diplomados y formaciones.
INFORMACIÓN: artesaludve@gmail.com
https://www.facebook.com/lidianesterint
- ¿Cómo energizarnos para recibir al Año Nuevo? - diciembre 29, 2019
- ¿Cuál es el mejor ritual para recibir al Espíritu de la Navidad? - diciembre 18, 2018
- Viveza criolla: trascendencia y evolución espiritual - febrero 2, 2018
