Sí, todo lo daría por un poco de amor: un beso, un abrazo y hasta una palabra. Eso decimos todos cuando entregamos el regalo comprado en un centro comercial con una mueca zurda. Al margen esta lírica y este ritual, sin duda necesario para el próximo día de los enamorados, siempre he tenido la necesidad de hacer una reflexión sobre ello.
Todos sabemos el origen de San Valentín. Se remonta a la época del Imperio Romano. Hay varias leyendas. La más aceptada es la de San Valentín de Roma, quien supuestamente desafió las órdenes del emperador Claudio II. En contra de su voluntad, siguió casando a jóvenes enamorados en secreto, hasta que finalmente fue descubierto y condenado a muerte. Pero más allá de esto, ¿qué es el amor? En la filosofía hay varias respuestas. Platón hablaba del amor como un anhelo de la belleza y la perfección. Lo asociaba con la búsqueda del conocimiento. Aristóteles, por su parte, distinguía entre: el amor filial, el amor amistoso y el amor romántico, y los analizaba desde una perspectiva ética. En la filosofía cristiana, San Agustín reflexionaba sobre el amor divino y su papel en la vida humana, mientras que en la filosofía moderna pensadores como Rousseau exploraban el amor en relación con la naturaleza humana y la sociedad. Tras eso, Nietzsche veía el amor como una expresión de la voluntad de poder. También están las visiones más contemporáneas, como la teoría de los tipos de amor de Erich Fromm.
Pero el amor es un fenómeno más complejo aún que ha sido objeto de reflexión no solo en la filosofía, sino también en la psicología, la literatura, el arte y la religión. Cada persona puede tener su propia definición del amor además. Yo me quedo con la idea de que es un brote pasional desprovisto de racionalidad inicial y la de que el amor no solo existe dentro de una pareja. Como tal me parece un acto de entrega a algo, que hace que el existente (nosotros) existamos como hecho de existir conectado al mundo.
Pero, según Sartre, también es un acto de deseo que expande nuestra libertad en contra de la libertad del otro, lo que genera tensión. Aun así, el amor es el factor clave para el hecho de existir-en-el-mundo. Digamos la verdad. Hasta la filosofía es un acto de amor al conocimiento. Y sin amor, en la manifestación que sea, ¿cómo el ser humano puede ser precisamente humano? ¿Cómo vivir sin estar conectado a lo que no seamos nosotros?
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