Hay hoteles cómodos, convenientes, llenos de amenidades. Hay unos muy lujosos, donde uno se siente como de la realeza. Y hay rincones del mundo que son, sencillamente, mágicos. Cuando ese tipo de lugar dedica su existencia a atender huéspedes, al arte, a la cultura, a la belleza, la combinación es única. Hace poco tuve el enorme placer de conocer un lugar como el que describo, en mi propia casa de San Juan, Puerto Rico, específicamente, en el casco antiguo del Viejo San Juan, y ha quedado grabado en mi memoria desde ese momento. Hay una canción del célebre compositor puertorriqueño, Rafael Hernández, que dice “si yo no hubiera nacido en la tierra en que nací, estuviera arrepentido de no haber nacido aquí”. Supongo que todos nos sentimos así sobre la tierra que nos vio nacer. El Viejo San Juan es la parte colonial de San Juan, y data de los años de 1500. Si me preguntaran un solo sitio para conocer en Puerto Rico, sin pensarlo dos veces diría “el Viejo San Juan”.
Los orígenes de una mágica hospedería
The Gallery Inn y su discreta entrada por la Calle Norzagaray, con vista al célebre barrio de La Perla (sí, el mismo de la canción de Calle 13 y Rubén Blades y donde se filmó el segundo video musical más visto hasta ahora, Despacito), podría casi pasar desapercibido, si no fuera por las esculturas que se ven desde la calle. Aún cuando las ves, podrías pensar que se trata más bien de un museo y no de una hospedería. Y la realidad es que The Gallery Inn es más que un hotel: es una galería viviente en constante evolución. El sueño de su propietaria, la artista plástica estadounidense Jan D’Esposo, creo que ella misma jamás se imaginó la obra que tendría en sus manos cuando llegó por primera vez a principios de la década del sesenta. Su intención al llegar a Puerto Rico era comprar una casa para restaurar. Para ese entonces, el programa de restauración del Viejo San Juan había comenzado hacía poco tiempo y era el Dr. Ricardo Alegría, conocido como el padre de la arqueología puertorriqueña y educado en Harvard, director del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Como en muchas ciudades históricas, para restaurar en el Viejo San Juan, hay que mantener las fachadas, seguir una paleta de colores, requisitos de materiales, etc. Este programa fue creado con el propósito de proteger el patrimonio histórico edificado de Puerto Rico, que incluye todas las edificaciones con valor patrimonial y cultural, designadas por la Junta de Planificación de Puerto Rico, según recomendación del Instituto de Cultura Puertorriqueña, registradas en el Registro Nacional de Lugares Históricos del Departamento del Interior de los Estados Unidos, aquellas incluidas en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO que conforman el patrimonio histórico-arquitectónico-cultural de la isla.
Atraída por el brillante color del Caribe, la luz exquisita, sus sabores, su gente, Jan D’Esopo hizo de Puerto Rico su hogar. Una riqueza prácticamente abrumadora de temas le serviría de inspiración para muchas de sus obras. Su estilo único de acuarela se hizo famoso en todo el Caribe y los Estados Unidos y se hizo popular entre los coleccionistas. Puedes encontrar piezas suyas en el Museo de Arte de Puerto Rico (Santurce, PR). En 1985 fue honrada con una gran retrospectiva en el Museo de las Artes del Bronx (NY). Se reunieron más de 90 pinturas de prestigiosas colecciones de todo el mundo para montar la primera muestra de estilo tradicional de acuarela que representa a Puerto Rico.
Arte y música
Lo que comenzó como un proyecto de restauración poco a poco se fue convirtiendo en un lugar que atendía huéspedes, durante las décadas de los setenta y ochenta. Mientras la mayoría de los turistas llegaban a Puerto Rico a hospedarse en grandes hoteles con campos de golf y cocteles con sombrillitas, los que se adentraban en el Viejo San Juan fueron descubriendo esta joya, escondida ante nuestros propios ojos. Amantes del arte, disfrutaban viendo el arte naciendo en vivo. Un dato curioso sobre la propiedad, que hoy comprende siete edificios y 20,000 pies cuadrados que se conectan entre sí desde la célebre Calle San Sebastián hasta la Norzagaray, es que cada cuadro está colgado en el sitio en el que fue pintado.
Esa armoniosa comunión de las artes con el hotel no se limita a las artes plásticas. The Gallery Inn es el único Steinway Society de Puerto Rico, y tanto músicos clásicos como otros usan el hotel como base cuando se encuentran en la isla. Como es obvio, un pianista no puede viajar con su piano y en el hotel tienen uso indiscriminado de los lujosos pianos Steinway que hay en toda la propiedad, incluyendo un piano Lang Lang. La misión del Steinway Society a través del mundo entero es promover la excelencia en el piano y la educación musical.
Al donar al Steinway Society, te haces socio del Cannon Club, el majestuoso piano bar ubicado en el número 215 de la Calle San Sebastián y que es parte del hotel. Ubicado en un hermoso edificio del siglo XVII, el Cannon Club tiene conciertos clásicos casi a diario, servicio de bar y tapas y el centro de atracción es, por supuesto, los dos pianos Steinway al centro del salón. Estar allí es como viajar en el tiempo a una época que solo podemos imaginar como mucho más esplendorosa. Otra curiosidad, mientras estás hospedado en el hotel, eres automáticamente miembro.
El residente más célebre
El hotel cuenta con 27 habitaciones y cada una tiene el nombre de un compositor. Cuenta además con una casa de playa. La casa de playa o el “beach house” es una propiedad que Jan tiene frente al hotel, en el barrio de La Perla. A pesar de haber sido casi destruida por el paso del huracán María, ya el beach house está listo para recibir huéspedes. Para los puertorriqueños no es un secreto que por años el barrio de La Perla ha cargado con un estigma muy grande. Jan nos comenta que cuenta con tres propiedades allí y que nunca ha tenido ningún problema con los residentes.
Con escaleras, pasadizos, una enorme colección de arte y antigüedades, resulta un tanto difícil describir la belleza de estas propiedades que parecen detenidas en el tiempo o sacadas de una obra literaria. El residente más célebre del hotel es Campeche, la cacatúa que da la bienvenida y no se pierde un concierto. Todos los empleados del hotel deben saber tocar al menos un instrumento, y poder manejar bien a los pájaros. Impresionantes jardines interiores, la piscina con bar, candelabros venecianos, esculturas, pinturas, cañones en funcionamiento y personal sumamente amable, The Gallery Inn es sencillamente un viaje único a través del espacio y el tiempo.
Foto portada: La artista Jan D’Esopo con Campeche. Fotografía de Josué Rivera Ríos
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