¿Por qué ser feliz es un desafío? | La Nota Latina

¿Por qué ser feliz es un desafío?

 

Todos deseamos ser felices y andamos buscando la felicidad como si fuera un objeto que se nos perdió. Creemos que vamos a ser felices si tenemos más, o si logramos más, o si gastamos más (sin tener que preocuparnos por los recursos económicos). A veces asumimos que seremos felices si estamos en una relación, y en el caso de algunos que están atravesando situaciones difíciles con sus parejas, creen que la felicidad se encuentra en deshacer dicha relación para quedarse completamente solos.

No importa a qué grupo de gente pertenezcamos (ni la raza, ni la religión, ni la profesión u oficio que ejercemos, ni los recursos económicos que podamos tener), ser felices es una necesidad interior que nos motiva y nos impulsa hacia algo o hacia alguna dirección. Sin embargo, lo verdaderamente penoso es que siempre estamos enfocados a encontrar la felicidad fuera de nosotros, y es justo ahí, afuera de nuestro ser, donde es sencillamente imposible de encontrar. Esto no ha sido así por casualidad.

Uno de los grandes males que nos ha afectado y sigue afectando la sociedad a nivel mundial es la inconformidad inducida. Por un lado, fuimos bombardeados con historias y relatos sobre personas en nuestro entorno (qué han tenido, cómo lo han hecho, qué alcanzaron), y por el otro percibimos no valoración de aquellas cosas verdaderamente importantes porque muchos la tildan de “simples” o hasta insignificantes.

Miramos comerciales de televisión que promueven el “más”: Más de esto, más de aquello, más de lo otro. Modelos que lucen regias y cuyos cuerpos parecen de mentira. Hemos crecido oyendo historias de amor en las canciones que nos forman un concepto totalmente distorsionado del amor real. Y en todos lados se promueve que nuestro verdadero problema no es otro más que la “falta de dinero”.

Todo esto induce en nosotros una insatisfacción por la vida y nuestras circunstancias desde muy temprana edad. Es como si nos insertaran un dispositivo para no ser felices nunca. Y así crecemos, esperando nuestros finales de “cuentos de hadas” sin caer en la realidad de que los mismos nunca te presentan qué realmente pasó después de que se cierra el telón o se acaba la función.

Por esto, el mayor de los desafíos en estos tiempos es ser feliz. Es un desafío, porque presenta numerosos obstáculos emocionales, distorsiones arraigadas, patrones disfuncionales aprendidos y un constante deseo de negar nuestra realidad y escapar de nuestras circunstancias. Y lo que es peor aún, nos resistimos a soltar estos de una vez y por todas. Seguimos esclavos de nuestra inconformidad.

La felicidad no es un lugar al que se llega, ni es una persona en particular a quien se aprecia; no es un tipo de vehículo, o una marca de ropa, o una comida que disfrutamos. Todas estas cosas pueden hacernos sentir bien en forma temporal. Pero la verdadera felicidad es aquella que brota desde la conciencia de quienes somos, la gratitud ante la oportunidad de poder disfrutar la vida porque aún existimos, y la paz que nos produce la plena aceptación de nuestras circunstancias. Es eso que sentimos como resultado de accionar para hacer los cambios que nos corresponden cuando ya no nos sentimos a gusto en donde estamos.

Ser feliz implica ir en contra de todas esas mentiras que hemos creído a lo largo de nuestra vida, de que alguien o algo nos harían felices. Ser feliz implica decidir que ninguna otra persona tiene el poder de manejar nuestras emociones, a menos nosotros lo permitamos. Que el dinero es un recurso necesario, pero no es lo que nos hará feliz. Que el vacío que llevamos dentro por nuestras carencias afectivas, necesidades emocionales y los deseos normales de realización solo puede ser asumido por nosotros mismos de la mano de la conexión espiritual. Sí, muchos no quieren aceptar la necesidad de lo espiritual; pero es tan vital como cualquier otra necesidad y es importante que lo aceptemos.

Finalmente, depende de cada uno de nosotros cultivar la felicidad en nuestro interior y tener una actitud de alegría ante cada día, asumiendo con responsabilidad que la felicidad depende única y exclusivamente de nosotros mismos. Es el momento de mirar lo bendecidos que somos al tener vida y estar donde estamos.

Acepta el desafío de ser feliz independientemente de todo y no dejes que la inconformidad te siga robando ni un solo momento de tu vida. Aquellos que ya no están, hubieran dado todo por tener la oportunidad que hoy tú tienes y estar viviendo tu vida.

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¿Por qué el camino sale de tus pies?

Xiomara Mayo
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