¿Por qué Panamá es diferente del resto de América Latina? | La Nota Latina

¿Por qué Panamá es diferente del resto de América Latina?

Un Miami latinoamericano, una Singapur hispanoparlante. Definitivamente se trata de un país distinto a otras naciones latinoamericanas, que se encuentra hoy con el dudoso honor de verse asociado con uno de los mayores escándalos financieros y políticos globales que se recuerden.

 

El presidente panameño anunció la creación de “un Comité Independiente de expertos nacionales e internaciones” que ayude a hacer más transparente un sistema financiero y legal duramente cuestionado a raíz de la filtración de los documentos de la firma Mossack Fonseca.

“Reconocemos que tenemos que seguir avanzando”, dijo Varela. “Pero no vamos a permitir que esta situación mediática nos defina como país”, agregó en un discurso en el que también defendió muchas de las cosas que hacen a Panamá diferente.

El país, y en particular, su ciudad capital, a menudo utilizan referencias extranjeras para explicar sus peculiaridades y diferencias frente al resto de la región latinoamericana.

Un Miami latinoamericano, una Singapur hispanoparlante, son algunas de las expresiones usadas para describir lo que busca ser este país en su papel de nodo económico internacional de primer orden.

El caso es que esas referencias externas son vistas como una manera útil de explicar la particularidad de un país distinto a otras naciones latinoamericanas, que se encuentra hoy con el dudoso honor de verse asociado con uno de los mayores escándalos financieros y políticos globales que se recuerden.

Panamá es vista desde hace décadas como un sitio donde individuos, empresas y hasta naciones poderosas arreglan sus negocios y sus demás asuntos de manera discreta y a veces muy controversial. En la década de 1980 compartía con Miami la reputación de ser el sitio preferido de los narco carteles colombianos para guardar su dinero.

Fue igualmente refugio de personajes tan problemáticos como el Shá de Irán, Mohamed Reza Pahlavi, después de haber sido expulsado por la revolución islamista de su país.

Pero también esa misma discreción y tolerancia que ha atraído a figuras polémicas hizo de Panamá el sitio perfecto para llevar a cabo negociaciones políticas trascendentales como la del Grupo de Contadora, que en esa misma década de 1980 ayudó a terminar las guerras civiles de sus vecinos centroamericanos.

Hoy esa conducta discreta frente a negocios e intereses de empresarios y políticos internacionales está otra vez en el ojo del huracán.

Algunos se preguntan si hay algo en la sociedad o en las instituciones panameñas que haya propiciado que el país esté en el centro del actual escándalo mundial de los Panama Papers. El gobierno panameño lo niega rotundamente. “Panamá cumple con los estándares internacionales”, le dijo a BBC Mundo el asesor de la cancillería Gian Castillero.

Panamá es un país que ha abierto como ninguno en la región su economía a intereses extranjeros, pero eso no impide que sea ferozmente nacionalista. En estos días, muchos telenoticieros aquí abren sus ediciones haciendo referencia a “los mal llamados papeles de Panamá”.

Todos aquí reconocen de un modo u otro que ocurrían negocios discutibles con capitales extranjeros, pero la furia contra los medios internacionales por usar el nombre del país en el escándalo parece real. En las redes sociales los panameños se preguntan si todo el escándalo no es una conjura de los países de la OCDE para quitarles el negocio bancario.

Esta mezcla de posiciones frente al mundo exterior es una constante en Panamá.

Es un país que aparenta ser extremadamente pro occidental, lleno de turistas y negocios de comida rápida con nombre en inglés. Pero que tuvo por décadas una colonia estadounidense, la Zona del Canal, incrustada en la mitad de su territorio. Y que libró una extendida batalla política para conseguir que Washington devolviera el canal y el territorio.

Hoy Panamá y Washington tienen buenas relaciones. Y como hace 100 años, la moneda nacional sigue siendo el dólar. Pero eso no quiere decir que los panameños no tengan un sentido fuerte de su nacionalidad, la que muchos sienten ha sido ofendida por el escándalo del momento.

Fuente: bbc.com

 

Redacción La Nota Latina
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