¿Por qué los niños inventan amigos imaginarios? | La Nota Latina

¿Por qué los niños inventan amigos imaginarios?

Un lunes por la mañana reciente, Sasha, de 10 años, le contó a su madre sobre el drama actual entre sus dos mejores amigas. “Tentacles”, un pulpo gigante del Pacífico, le había dicho a Sasha que estaba enamorado de Coral, que también es un pulpo, pero que tiene “un tentáculo adicional que está aprendiendo a usar”, según Sasha. Coral no estaba al tanto del enamoramiento de “Tentacles”, pero le había transmitido un mensaje similar a Sasha: tenía fuertes sentimientos por “Tentacles” pero era demasiado tímida para decirle. Sasha estaba atrapada en el medio.

Este drama romántico fue noticia para la madre de Sasha, Charli Espinoza. “¡Oh, Dios mío, Sasha!”, Dijo Espinoza, de 39 años. “No lo sabía”.

Hablar de tentáculos y coral es común en la casa de Espinoza en el centro de California, desde sus aventuras intergalácticas hasta sus vidas amorosas. Aunque los pulpos viven con Espinoza, Sasha y su hermana de 12 años, Emily, solo Sasha sabe cómo son. Son, en términos de Sasha, “criaturas de imaginación” o amigos imaginarios.

La camarilla de criaturas de imaginación de Sasha también incluye a “Cherry”, el reno, “Vanity”, el manatí, y “Toua”, el mosquito de la terapia, que detiene la propagación de la malaria. “Tentacles” es el líder de la tripulación y fue el primer amigo imaginario de Sasha, que cobró vida después de que sombras como tentáculos bailaron en la pared de la habitación de Sasha una noche cuando tenía 6 años, dice Espinoza.

¿Por qué los niños inventan amigos imaginarios?
Los amigos imaginarios son un síntoma de desarrollar inteligencia social en un niño.

Con los años, “Tentacles” ha desarrollado una personalidad, reflexiva, tímida, y ha proporcionado consuelo físico y emocional a Sasha, que sufre de migrañas crónicas. “Le encanta contar historias, y esa es una de las formas en que maneja el dolor”, dice Espinoza. “Hablará sobre lo que está sucediendo con gran detalle y eso realmente la ayuda”.

Las criaturas de la imaginación se han convertido en una fuente de camaradería para Sasha, que tiene autismo, es educada en el hogar y a menudo no interactúa con otros niños. “Están aquí para ayudarme cuando no me siento bien y para hablar conmigo cuando estoy solo y Emily no quiere jugar”, dice Sasha, “e ir al espacio conmigo”.

Los amigos imaginarios son una manifestación común y normal para muchos niños en muchas etapas de desarrollo. De hecho, a los 7 años, el 65 por ciento de los niños habrán tenido un amigo imaginario, según un estudio de 2004. Stephanie Carlson, profesora del Instituto de Desarrollo Infantil de la Universidad de Minnesota y una de las coautoras del estudio, dice que el mejor momento para tener amigos imaginarios es entre los 3 y los 11 años.

Si bien los psicólogos están de acuerdo en que la presencia de amigos imaginarios no debería preocupar a los padres, lo que se entiende menos es qué impulsa a los niños a crear estas personas o por qué algunos niños los inventan y otros no, dice Celeste Kidd, profesora de psicología en UC Berkeley. y el investigador principal del Kidd Lab, que estudia el aprendizaje durante el desarrollo temprano. “En su mayor parte, no existe un consenso generalizado sobre lo que lo desencadena”, me dijo Kidd. “Sin embargo, existe un consenso generalizado sobre que sea una parte normativa del desarrollo. No todos los niños tienen amigos imaginarios, pero es muy común y no es problemático ni una señal de inteligencia adicional”.

Los amigos imaginarios son un síntoma de desarrollar inteligencia social en un niño. Para que los niños sueñen con sus compañeros, deben comprender que las personas poseen creencias y deseos y exhiben comportamientos que difieren de los suyos, un concepto llamado “teoría de la mente”, dijo Kidd: “Entender que alguien más puede querer algo diferente de lo que tú quieres o puede saber algo que no sabes es algo que no comienza a surgir hasta alrededor de los 4 o 5 años”.

Un puñado de pequeños estudios han tratado de profundizar en la psicología de los niños con amigos imaginarios. Uno sugirió que las relaciones con seres invisibles satisfacen la necesidad de amistad de un niño y son más comunes entre los primogénitos o los hijos únicos. La investigación también ha sugerido que las niñas tienen más probabilidades de conjurar amigos imaginarios y que los niños que tienen amigos imaginarios crecen para ser adultos más creativos que los que no lo hacen. En los estudios de Carlson, ella observó que las niñas pequeñas suelen asumir un papel enriquecedor y maestro con sus compañeros imaginarios, que a menudo toman la forma de crías de animales o bebés humanos. Los amigos imaginarios de los niños pequeños son con frecuencia personajes que son más competentes que ellos, como superhéroes o seres con poderes, dice ella.

Los amigos imaginarios ayudan a los niños

Los amigos imaginarios ayudan a los niños a cumplir con las tres necesidades psicológicas fundamentales establecidas en la teoría de la autodeterminación, dice Carlson: competencia, relación y autonomía. Los niños se sienten competentes cuando asumen un papel de liderazgo con sus compañeros imaginarios, es decir, describir a sus amigos invisibles como “tontos” o tener que enseñarles una habilidad. Aunque sus compañeros son imaginarios, los niños se relacionan con seres imaginarios de la misma manera que se conectan con amigos reales. (Aunque los imaginarios vienen con el beneficio adicional de permitir que los niños simulen situaciones sociales con cero consecuencias, dijo Kidd). Y los amigos imaginarios facilitan la autonomía cuando los niños usan su existencia para manipular una situación, como insistir en que los padres sirvan la cena a sus compañeros imaginarios o abróchelos en un asiento para el automóvil. “Los compañeros imaginarios les están dando a los niños una sensación de control”, dice Carlson. “Pueden conjurarlos, inventar historias, no están siendo molestados por otros. Es algo que pueden poseer todos para sí mismos. Es una forma interesante de recuperar un poco de control.

Puede ser muy frustrante para los padres

 Anna Sale, la creadora y anfitriona del podcast Death, Sex & Money, conoce muy bien este sentimiento. Cuando la amiga imaginaria de su hija de 3 años, June, “Salad”, una niña de 4 años con el pelo rojo, “apareció” por primera vez en su casa de Berkeley en febrero, ella era el miembro de la familia que impedía que todos salieran por la puerta a tiempo. June informaría a sus padres del deseo de “Salad” de unirse a las salidas familiares, pero que necesitaba un poco de aliento para apurarla. “Cuando apareció Salad por primera vez, hubo un período en el que no podíamos salir de la casa, por lo que todos tendríamos que decir ‘¡Vamos, Salad!’ Y esperar a “Salad” antes de salir de la casa”, dice Sale.

Pero en su mayor parte, “Salad” es una adición bienvenida y entretenida a la familia. “Salad” tiene una hermana pequeña llamada “Book” y padres llamados “Bobby” y “Eve” (Eve también es el nombre de la hermana recién nacida de June). Todos viven al otro lado de la calle, en una casa con un molino de viento. En su mayor parte, “Salad” no habla a menos que le hablen y es un acompañante mayormente omnipresente para June. (Mientras June y su familia estaban recientemente en un viaje por carretera, “Salad” se quedó atrás en Berkeley). Pero su existencia, cree Sale, está ayudando a June a aprender sobre la amistad y la narración de historias.

El hijo menor del novelista KB Hoyle, Edmund, se hizo amigo de un amigo imaginario llamado “Ed” poco después de cumplir 4 años. Hoyle, de 36 años, cree que “Ed”, que tiene la cabeza de un vampiro y el cuerpo de un pez, sirve como una forma de deseo de cumplir para Edmund, que solía ir por “Ed”. “Algo que Edmund dijo una y otra vez es que “Ed tiene una nevera que nunca se queda sin comida”, me dijo Hoyle. “Edmund comería 36 horas al día si lo dejara. Quiere que “Ed” tenga lo que no tiene, al parecer.

Aunque Hoyle y su familia viven en Alabama, “Ed” reside en Dakota del Sur, en una casa gigante ocupada por fantasmas. Hoyle atribuye este detalle a un viaje por carretera que la familia realizó al Parque Nacional Badlands el verano pasado. Para entretener a sus cuatro hijos durante el largo viaje, Hoyle tocó un audiolibro de El Hobbit. Una vez que regresaron a casa, Edmund señaló un póster de la portada de The Hobbit que cuelga en la oficina de Hoyle, lo llamó Badlands y afirmó que “Ed” vivía allí.

Muchos aspectos de la vida de un niño, desde personajes ficticios hasta experiencias reales, a menudo entran en juego, lo que incluye la amistad imaginaria. “Es una conciencia de lo que sucede a su alrededor”, dijo Kidd. “Eso puede incluir cosas como lo que está en las noticias, pero también puede incluir lo que está sucediendo en sus vidas”.

La vida de Ari, de siete años, es inspiración directa para su amigo invisible “Davin”. “Lo que sea que yo haga, él lo hace, así que nos copiamos”, dice Ari. “Davin” surgió por primera vez cuando Ari tenía 3 años, justo después de que su madre, Katie Trudeau, dio a luz a su segundo hijo, y con 2 pulgadas de altura, él es realmente el mini-yo de Ari. A veces, cuando “Davin” tiene frío, salta al bolsillo de Ari.

El cruce entre las vidas de amigos imaginarios y el mundo real puede brindar oportunidades para lecciones de vida. La existencia de “Davin” le ha permitido a Ari abordar temas delicados. Recientemente, Ari llegó a Trudeau con una situación difícil: “Davin” estaba molesto porque su padre, a quien Trudeau nunca había “conocido”, es un fumador. Hasta donde sabe Trudeau, nadie en la vida de su hijo fuma cigarrillos, por lo que el tema la tomó por sorpresa, “pero lo aproveché y dije que fumar es malo y por eso”, me dijo. “Y tenemos que agradecer a Davin por eso”.

Para padres como Trudeau y Espinoza, puede ser difícil imaginar un día en que los personajes imaginarios que han estado poblando sus vidas durante tanto tiempo simplemente dejen de existir. Espinoza se ha aficionado especialmente a los tentáculos, el pulpo. Ella ha sido una buena influencia para toda la familia, dice ella, enseñando a sus hijas sobre la compasión y la amistad, incluso si su hija menor es la única que puede verlo.

 

Fuente: The Atlantic

 

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Jose M Bianco
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