Barack Obama creó el primer monumento nacional submarino en la costa este de Estados Unidos para proteger un vasto ecosistema de desfiladeros y volcanes extintos. Es el hogar de miles de especies raras, pero también ha sido una fuente de controversia.
Debajo de las frías aguas del Océano Atlántico, a cientos de miles de kilómetros de la costa este de Estados Unidos, descansa un mundo desconocido de desfiladeros, elevaciones y volcanes extintos. El 15 de septiembre, Barack Obama designó el área «Monumento Nacional Marino de los Cañones del Noreste y Montes Submarinos», lo cual lo coloca en la misma categoría de la Estatua de la Libertad y el Parque Nacional Yellowstone. El área de 7.906 kilómetros es uno de los depósitos de vida más ricos del mundo submarino y estará protegida de la pesca y la minería.
Tres desfiladeros del Monumento Nacional Marino son más profundos que el Gran Cañón y sus montes submarinos tienen miles de metros de altura. El frío y la presión mantienen un lento ritmo de vida. «Los animales pueden vivir por cientos e incluso miles de años», dice el doctor Lance Morgan, presidente del Instituto de Conservación Marina. Se sabe que una especie de pulpo incuba sus huevos durante cuatro años. Las formaciones de coral en el fondo del mar, de las cuales hay decenas de miles, pueden vivir durante siglos.
En 2013, un submarino en los cañones del Atlántico detectó a un tiburón de Groenlandia. Este extraordinario depredador puede vivir más de 400 años. Los especímenes que se encuentran en el Ártico nacieron durante el reino de Jaime I en Inglaterra, casi en la misma época en que Jamestown, el primer asentamiento europeo en la costa este de EE.UU. fue establecido en Virginia.
El Explorador Okeanos está llevando a cabo una profunda nvestigación en los cañones del Atlántico. En 2012, 2013 y 2014, el barco pasó semanas en el mar, ocasionalmente en condiciones difíciles. Este trabajo preparó el terreno para la creación del Monumento.
Los mares de la costa de Estados Unidos contienen ecosistemas que se están calentando y cambiando, amenazando sus frágiles formas de vida. Según la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA), los mares de la costa de Maine se están calentando un 99% más rápido que las tasas globales, por razones que aún no se conocen. Las poblaciones de bacalao se han reducido en años recientes debido a este cambio.
Los pescadores de cangrejo están particularmente molestos por el Monumento Nacional Marino. «Soy un firme creyente en la acción medioambiental», dice John Williams, quien ha estado atrapando cangrejo en los cañones del Atlántico desde los 1990. «Pero este (santuario) nos perjudicará. Es un trofeo para Obama y su legado. Un trofeo a mis expensas y a las expensas de todos los pescadores de cangrejo en Nueva Inglaterra». Obama indicó que los pescadores pueden operar en los cañones otros siete años, pero Williams asegura que esta es una táctica para acallar las quejas.
El Monumento está ayudando a otras industrias. La observación de ballenas es una fuente importante de ingresos en toda la costa este de EE.UU. y contribuye con hasta US$450 millones al año a la economía local. La ballena jorobada, las orcas y los cachalotes en riesgo de extinción, probablemente se beneficiarán como resultado de la nueva reserva.
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