Actualmente, se discute sobre el “odio a la poesía”, más bien decepción con ciertos poemas, en especial cuando relatan sentimientos que significa una huida trágica. Se valora aquello que sigue vivo en cada uno de nosotros de distintas maneras, que no se distancia de lo humano, de lo imperfecto. De ningún modo, como forma de conocimiento, es un intento de decir lo que se percibe no dicho en el presente o una manera distinta de decirlo.
Era tan poco
Fue visto varias veces
caminando por la orilla de la playa,
dicen que tratando de descifrar un misterio
escucharon que sólo necesitaba
cien centavos de felicidad para
comprarse una mañana luminosa
y alejar una pena.
A la mañana siguiente
encontraron su cuerpo frío
con sus zapatos sin amarrar
sus ojos mirando al cielo
como si quisiera encontrar un futuro.
Su persona
Ella pone su mito del
ritmo natural.
Su interior una cuerda
que vibra o se agita
o se rige por el pensamiento de “Dante”:
No basta romper el sueño con un trueno,
si se despierta la intención y no te lleva
al futuro.
No se borra el infierno del presente,
y no es por haber nacido pecadora
como alguien supone.
Quien no ha dejado algo inconcluso.
Es simplemente
el magnetismo interior.
Herencia
¡De dónde sacas lo que escribes!
¿Cómo lo has logrado?
Dije: cuando niño
jugaba en una plaza,
tenía dos amigos:
uno tenía un carrito y vendía fruta,
era genial para las matemáticas,
el otro reía todo el día,
no sabía leer.
Te recordarán por…
Y qué pensar cuando no tenía razón
ni dios lo convencía
Él decía saber todos los recorridos
cuanto era un poco más y un poco menos.
Y mintió, en su casa solamente
declaraba la mitad del sueldo,
Le encantaban los almuerzos y las cenas
que preparaba su mujer,
decía que sus nietos se comían todo
cuando estaban de visita.
Siempre, los domingos iba a la iglesia,
rezaba, había tanto que pedir,
decía que el sueldo era muy poco.
Todas las tardes copas de vino
y zalagarda con los amigos.
Las vecinas recuerdan esos tiempos
Y dicen: a veces hacía esto, a veces eso.
No fue un día más
Uno piensa que la vida
es camino estrecho y se sumerge
en la costumbre y respira como siempre,
baja las escaleras en sus únicos escenarios,
hasta que tropieza, se sacude,
un nuevo contrato establece con la vida.
Una línea más lejos de visión,
una franja contra el cielo,
El atardecer de hoy amanece
ciento diez kilómetros distante que
el de ayer, Ya no tendrán estación,
decenas de sí mismo descifrando jeroglíficos.
Una nube negra ha quedado en estado de coma.
La función no ha terminado
Aquí, ahora con mi antorcha,
una pulsación, no en un momento oscuro,
como todos, suposiciones, dudas.
Todo dentro.
Tal vez cansancio,
cada fragmento de piel repleto, lo que he
visto, lo que no me pertenece, lo que la espalda
ha sostenido.
Todavía tengo que mirar lo imperfecto,
tantos objetos de deseo con distinta textura y espesura
que todavía no se abren sobre sí mismos sin nosotros,
No quiero apartar mi vista, quiero atravesar mi
falso para comprender mi real (eso que no es todo),
seguir cautivo de lo frágil,
así sea con entusiasmo o aburrimiento.
Por el momento, con los obstáculos que me pone
el viento, el frenesí de los insectos,
amar sin giros equivocados.
Hasta que el finito se anuncie
y las metáforas se disuelvan.
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