Quienes han trabajado en medios, saben que la autocensura es el principal mecanismo que campea en cualquier redacción porque al final, es el criterio cultural de lo que es apropiado o inapropiado.
Este 7 de junio marca el calendario mexicano la celebración del Día de la libertad de expresión, un derecho constitucional que varios periodistas y hacedores de noticias en entornos tradicionales y digitales, siguen festejando con todo y la censura que han impuesto las diferentes estructuras de poder políticas, económicas o delincuenciales, en este país.
Y es que la censura es un gesto que acompaña al hombre desde que se constituyó socialmente, porque la censura es consustancial a la cultura, forma parte de las características esenciales que implican el criterio de lo apropiado y lo inapropiado.
Quien sea que se dedique a hacer noticias y en especial a la tarea de informar en la redacción de un periódico, sobre todo en las tareas propias de un editor, jefe de redacción y del mismo director, se enfrentará a circunstancias que lo ponen, todos los días, en situaciones de posible censura.
Y hoy se hace más evidente en el periodismo digital, porque la selección e inclusión de información para subir o publicar en la red, se determina en minutos, a la par del tiempo en que se hacen las noticias.
Y aquí es fácil acusar censura en alguien (o en el medio) cuyo trabajo consista en seleccionar la información apropiada para sus lectores. Sin embargo, el mecanismo es muy complejo.
Quienes han trabajado en medios, saben que la autocensura es el principal mecanismo que campea en cualquier redacción porque al final, es el criterio cultural de lo que es apropiado o inapropiado.
La censura es consustancial al discurso: donde exista una organización del discurso, una disciplina, diría Foucalt, habrá censura; de tal modo que si existe una organización periodística detrás de la información, existirán criterios y si hay criterios, habrá censura.
Aunque, por supuesto, también es el mecanismo político, de poder, que se establece en cualquier estructura social en la que un periodista o un hacedor de noticias se encuentra.
Y la censura sigue estando presente en esta era digital que ya cumplió más de15 años, con periódicos y tv y radios on line, medios formalmente constituidos como empresas informativas con estructura organizacional y una plantilla de trabajadores experimentada.
Es a partir de la censura que permea en los medios comunicación, que se ha generado en internet la expansión de cientos de espacios digitales que no requieren de una fuerte inversión de capital económico y humano.
Y es que como señala un informe de la ONU de 2013, cuando la libertad de expresión y la libertad de prensa son ahogadas y reprimidas, la gente tiende a buscar salidas alternativas en el ciberespacio.
Es el caso de los blogs o sitios de Facebook o Twitter. Con adquirir un dominio, cualquiera puede publicar noticias o información que un periódico formal y estructurado no publicaría por razones que tienen que ver con afectar su estilo de redacción, fuentes fidedignas de información, línea editorial o sus intereses.
Pero ni estos sitios web ni las redes sociales, se escapan de la censura. En Facebook basta que un usuario indique que la publicación de otra persona le indignó y argumente el daño ocasionado para que se censure esa libertad de expression.
Por ello es que las redes sociales son tan monitoreadas o vigiladas por los gobiernos y otras estructuras de poder, tanto o más, como los medios de comunicación tradicionales.
Lo único cierto es que la censura existe y es globalizada, pues en tanto hay países donde no hay muertes o encarcelamientos de periodistas, sí hay la manipulación a los responsables o dueños de medios, ya sea por parte del gobierno, por grupos de poder mediático, de poder económico o por grupos delincuenciales.
Sólo como dato, la organización internacional Reporteros Sin Frontera ubica a México como uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas y consigna en uno de sus informes que en la última década han sido asesinados más de 80 periodistas y 17 han desaparecido. La mayoría, originarios del norte del país y en los últimos años, del estado de Veracruz.
Toda esta evidencia empírica demuestra que el poder es una variable directamente implicada en la censura y que el temor por vulnerarlo ha nutrido un clima de violencia contra trabajadores de la información que muchos recordamos con indignación.
Por todo lo anterior es posible afirmar que aún en entornos digitales el contexto del trabajo periodístico está determinado por 3 elementos: poder, censura y violencia contra los hacedores de noticias.
Y para concluir, hay que decir que es indignante y doloroso para el gremio periodístico esta censura que se impone en las redacciones de medios tradicionales y en los entornos digitales.
ylia12011@hotmail.com
Reportera y catedrática de la Universidad Veracruzana
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Me parece que la censura hacia los medios es indignante, esa profesión es la que nos «acerca» con la política, la economía y nos hace accesible la información.
Excelente aportación y realmente como lo mencionas México se caracteriza por una de las zonas más peligrosas del mundo y más para el manejo y trato en la censura de la mayoría de la información que día tras día es recopilada, éste es un buen reporte muy completo y que nos hace valorar aún más nuestro país y hacia donde vamos… saludos…
Coincido con lo dicho en el artículo.
Esta muy bueno felicidades
LA GOBERNANTES DE ESTE PAIS POR MEDIO DE LA CENSURA CONTROLAN SU CARA BONITA.. EL QUE NADA DEBE NADA TEME…
Excelente articulo.