Waldemar Hermina Gerena recibió el pasado 14 de diciembre el Premio Nacional de Novela del año 2018 del Pen Club de Puerto Rico por su novela Muchos años de espera.
Su más reciente libro relata la vida de una mujer que tuvo que conformarse con la desdicha de vivir más que nadie. Estrella del Mar vive en un pueblito de pescadores y aunque ha alcanzado a verlo todo, desde la emancipación de la esclavitud, el telégrafo, guerras mundiales y hasta el televisor, vive en una época a la que no pertenece, y se siente abandonada por el tiempo y por la justicia divina.
Muchos años de espera es el segundo libro del autor, quien reside en la ciudad de Glendale, California y trabaja como Profesor de Educación Física para el Distrito Escolar Unificado de la ciudad de Los Ángeles y para Los Ángeles City Community College. En el 2013 terminó su primera novela histórica, Al garete.
Waldy, como todo el mundo le llama, comenta que la idea de escribir Muchos años de espera surgió cuando se embarcó en la última revisión de Al garete. «Mientras daba por terminada la última revisión, pasé algún tiempo reflexionando sobre los personajes que había desarrollado, en especial sobre aquellos personajes que se hicieron viejos en Al garete, o los que murieron de vejez, y me imaginé sus vidas en aquellos años prósperos de su juventud. Poco a poco fui desarrollando el tema y entrelazando sus vidas con las leyendas del pueblo y con los hechos históricos que precedieron la creación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Así es como surge Muchos años de espera. Al igual que Al garete, se basa en el mismo pueblo, pero unos cincuenta años antes», expresa.
-¿Qué te sirvió de inspiración?
Hace mucho tiempo atrás, cuando era niño, escribía cuentos en las páginas del medio de mis libretas, tal vez con la intención de que se me hiciera difícil volver a encontrarlos entre tantas páginas en blanco, o tal vez por miedo a que alguien los leyera. En las noches cuando me recostaba reaparecían, como si mi mente les hubiese reclutado de algún recoveco de mi memoria para proyectármelos, tal y como si fueran un cortometraje de cine mudo. De igual forma, las historias de mi abuela materna, las cuales personifico en el personaje de Antonia, se quedaron dando vueltas en mi mente hasta que despertaron la motivación para entrelazarlas en una historia que oscila entre lo real y lo imaginario.
-¿Qué significa este premio para ti?
Te confieso que aún estoy sorprendido. Muy contento claro. Esto de escribir es algo que se hace en solitario; como un secreto que se guarda con anhelo y, una vez se comparte, por lo general queda varado, a la deriva. Siempre a la espera de que surja un milagro y lo rescaten del anonimato. Predominan las dudas. ¿Gustará? ¿Valdrá la pena? ¿Será apropiado? ¿Me habré pasado de la raya? En fin, valió la pena y este premio me renueva la motivación para seguir escribiendo.
-¿Qué autores admiras?
Admiro a muchos: enumero los principales. Eduardo Galeano, Rosario Ferré, Magali García Ramis, Fernando Aramburu, García Márquez, Vargas Llosa, Allende, Esmeralda Santiago, Ivonne Acosta, Eduardo Lalo, Luis Rafael Sánchez, Chomsky, Hemingway, Jules Verne y muchos otros
-¿Cuáles son tus libros de cabecera?
Depende si el insomnio hace acto de presencia (jajaja), pero tengo tres. Uno de meditación Peace in every Step de Thich Nhat Hanh, La guerra contra todos los puertorriqueños de Nelson Denis y A Brief History of Nearly Everything de Bill Bryson.
– ¿Alguna próxima obra?
Sí, por ahí la llevo a buen ritmo. Espero que para fin del 2019 esté lista. Te adelanto que en Muchos años de espera surge un personaje llamado Tranquilino, dueño de una pensión donde se alberga un comerciante español que aparece un fin de semana de fiestas a vender pociones y ungüentos, pero también interesado en conocer a la leyenda en vida de Estrella del Mar. Llevo meses redactando la historia sobre Tranquilino, quien ya de anciano y viudo, y motivado por la historia de su inquilino perenne —un norteamericano a quien nunca le ha escuchado decir una palabra y solo conoce como Smith—, decide marcharse de su amada isla en un intento por tachar todas las cuentas de su vida y entregarse al olvido.
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