En Venezuela se ha convertido en un dolor de cabeza conseguir el papel higiénico, muchos compatriotas han prescindido del artículo porque al mismo nivel de desabastecimiento también han llegado los alimentos, por lo que ir al baño ya no es necesario.
Me detuve a leer, uno de estos días, una información publicada en este portal de lanotalatina.com, en la cual se explica porque los ricos de Estados Unidos pagan menos por el papel higiénico, mientras que los pobres pagan 5% más por cada rollo que consumen. El estudio elaborado por un grupo de economistas de la Universidad de Michigan,Yesim Orhun y Mike Palazzolo, sostienen: “La razón es que pueden darse el lujo de ir a supermercados donde les venden el producto al por mayor y adquirir grandes cantidades, y por lo tanto a menor costo promedio”.
Obviamente que al transpolar la situación que vivimos en Venezuela, la información casi me hizo llorar, porque a diferencia de los norteamericanos, los venezolanos tenemos que hacer colas, tan largas como el papel enrollado para conseguir, si acaso, un rollito y distribuirlo en el núcleo familiar con criterio de escasez. A duras penas se puede obtener este producto básico, como tampoco otros que son de extrema prioridad para el aseo personal, como jabón, pasta dental, desodorante, toallas sanitarias y pañales o Pampers para los bebés y ancianos.
He considerado que la clase “pobre” de Norteamérica es privilegiada y deberían dar gracias al cielo porque al menos pagan un poco más, pero tienen el papel de cuerpo presente; mientras los venezolanos, cada uno inventa su aplicación, tiene que sortear las veces que va al baño y comenzar su ritual un tanto poco común para la necesidad que le ocupa y completar con un buen lavado.
Ah! Les tengo que informar que la odisea no termina allí, porque además de no contar con el papel, en nuestro “rico” país, tampoco abunda el agua en los grifos, de modo que la tarea se extiende a un artículo que le hemos llamado “totuma” o en su defecto un recipiente para alcanzar el ansiado lavado y completar la misión “hazlo como sea”.
“El estudio de Orhum y Palazzolo encuentra que los hogares (norteamericanos) que ganan más de US$100.000 anuales pueden comprar su papel higiénico en rebajas especiales el 40% de las veces, mientras que los hogares pobres solo consiguen comprarlo en rebajas en el 28% de sus viajes al mercado”.
En Venezuela la única rebaja que tenemos todos los días es de escasez de todos los productos de la canasta básica, incluyendo los de tocador o aseo personal. Las ofertas llueven cuando nos tropezamos en la calle con una clase de vendedor emergente que ahora los llaman “bachaqueros”, son vendedores que se aprovechan de la situación y por contactos “poderosos” venden la mercancía a precios descomunales. Es decir, el “bachaquero” de estos tiempos, es el mismo ladrón a.c. ¿Recuerdan a Judas? Bueno, él era un “bachaquero”.
No obstante, en Venezuela siendo un dolor de cabeza conseguir el papel higiénico, muchos compatriotas han prescindido del artículo porque al mismo nivel de desabastecimiento también han llegado los alimentos, por lo que ir al baño ya no es necesario, sino hay nada en depósito. Tal como los bancos cuando no recuperan la inversión y los clientes en mora, todos en Venezuela hemos caído en default.
@susanamorffe
http://susanamorffe.blogspot.com
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