Padres divorciados, ¿Guerra por los hijos en fiestas decembrinas? | La Nota Latina

Padres divorciados, ¿Guerra por los hijos en fiestas decembrinas?

 

Las navidades pueden representar alegrías, fiestas, reuniones y disfrute para muchas familias, sin embargo, como he dicho anteriormente, para otras es un tiempo en donde se agudizan o se enfatizan problemáticas, unas de las cuales es con quién pasan las fiestas los hijos cuando los padres están divorciados.

Las circunstancias serán diferentes, según diversos factores. Uno, es el tiempo que dista de esta experiencia. Como todo proceso humano, el primer año luego de un evento de pérdida, va a conllevar a una mayor nostalgia por tiempos o personas que ya no están, en este caso, por rutinas y prácticas que se hacían en conjunto. Otro aspecto es la edad de los hijos, mientras más edad posean, pueden estar consciente e intervenir en las situaciones que rodean las decisiones sobre su permanencia con uno u otro progenitor. Pero el factor o variable más importante, será el modo cómo se dio la ruptura, la separación y partida del progenitor que salió del hogar y el posterior proceso legal. Mientras menos conflictivo haya sido, puede haber mejores condiciones para pensar en cómo y con quién pasarán los hijos, las fechas festivas. Sin embargo, a mayor conflictividad que haya rodeado la separación y proceso legal, la estadía de los hijos en las fiestas decembrinas, será un aspecto problematizado más dentro de la cadena de sucesos y elementos, que antes y después, mantienen la condición conflictiva entre los padres.

Mientras más haya sido un proceso de separación disputado y doloroso, puede nuevamente reavivar la disputa a través de los acuerdos o cumplimientos de los mismos, en estas fechas. Si existen “cuentas por cobrar” en las parejas, los hijos y estas fechas señaladas, son el mejor medio y el mejor momento para “cobrarlas”.

Sin embargo, aunque los adultos se empeñen en sacar sus cuentas y querer cobrarlas, los hijos no deben ser números en las mismas. Ya es suficiente para ellos el procesar nuevas circunstancias donde la familia, como la conocieron, no será posible tenerlas para estas fiestas. Por lo cual, en la medida que sea acordada por los padres los días que pase con una u otra familia, será mejor la experiencia para los hijos.

Se debe tomar en cuenta las características que tienen la familia materna y paterna para cada celebración, pudiendo quedarse acordado algunas fechas para cada familia, aunque lo mejor, es que las fechas señaladas, sus días previos y posteriores, sean alternados anualmente, entre familia materna y paterna.

Es importante no dejar a última hora estas decisiones. Es necesario que los hijos conozcan con antelación dónde irán en cada fecha, ofreciéndoles mayor certidumbre y disminuyendo ansiedades. Se hace mucho más sencillo cuando ambos padres viven en la misma ciudad, pudiendo estar en mayor contacto el padre que no estará con ellos en una fecha. Cuando significa que el hijo debe trasladarse de localidad, los preparativos deben hacerse con mayor antelación, como lo son las fechas de salida y retorno. El progenitor que vive fuera debe proveer con anticipación el medio y las fechas.

Es de principal interés que los niños se sientan libre de culpas por disfrutar de su espacio con el progenitor y sus familiares, sin la presencia del otro y sin que esto signifique una disminución del afecto o la importancia que el progenitor no presente, posee para ellos. Como el caso más común es que los hijos estén la mayor parte del tiempo con la madre, esta debe mostrarse tranquila y por lo menos conforme con el hecho que los hijos compartan con su padre y los familiares paternos. Debe hacerle entender a los hijos que estará bien con el plan que ha diseñado para ella, en los momentos cuando ellos no estén. Del mismo modo el padre, cuando le corresponda no estar con ellos, en la otra fecha.

Se debe recordar a los padres que los separados son ellos y no sus hijos, quienes siguen unidos afectiva y legalmente a cada uno. Los momentos vividos con cada progenitor son importantes, pero particularmente, en estas fechas donde se exaltan las reuniones familiares y a pesar de que ya los padres no están unidos, procurar que el mayor brillo de la navidad no sea el de las luces, sino el de la mirada de nuestros hijos y que los sonidos de los cascabeles se sientan tenues con las risas que su alegría de compartir con los seres queridos, les genere. Son regalos que todos queremos recibir y dar en esta época.

Twitter/Instagram: @crispaz05

 

 

Cristina Paz
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