El sábado pasado Purdue Pharma, la farmacéutica productora de OxyContin–el narcótico opioide recetado más popular y adictivo en Estados Unidos–anunció su decisión de suspender la promoción del medicamento a los médicos y eliminar más de la mitad de su fuerza de ventas.
¿La razón? Purdue Pharma, a través de su red internacional Mundipharma, lleva más de 10 años fortaleciendo lo que llaman “mercados emergentes” en Europa, América Latina, Asia, Oriente Medio y África.
Y yo que pensaba que había sido un ataque de conciencia retardado por los 35 billones de dólares que ha amasado luego de destruir las vidas de más de siete millones de estadounidenses desde 1996.
En otras palabras, los gestores de OxyContin (oxicodona), al ver que el mercado gringo se convirtió en un campo minado de demandas e imagen negativa, hicieron como el dicho después de una fiesta: “¡Apague y vámonos!”, pero no a dormir, sino a seguirla a otra parte.
El periódico Los Angeles Times publicó a finales de 2016 la tercera parte de una profunda investigación sobre Purdue Pharma y su brazo internacional Mundipharma titulada “OxyContin goes global-“We’re only just getting started” (traducido al español “OxyContin se globaliza. Apenas estamos empezando”).
En este reporte citan el ejemplo concreto de un comercial producido por Mundipharma–el cual salió al aire el 18 de octubre de 2003 en el Canal EFE Salud–protagonizado por celebridades españolas, quienes le dicen al televidente que hay que rebelarse en contra del dolor crónico.
Aunque el comercial no hace alusión a ningún medicamento específico, era el primer paso en el mapa del tesoro con el que Mundipharma empezó a introducir el concepto de “manejo de dolor” alrededor del mundo, de la misma manera que lo introdujo en Estados Unidos hace dos décadas.
El informe también hace alusión a los llamados “embajadores” que Mundipharma lleva pagando por más de diez años en México, Brasil y Colombia entre otros países latinoamericanos. La táctica de promoción son invitaciones a seminarios en lujosos resorts de la Florida–con todos los gastos pagos–con la misión de convencer al grupo médico objetivo de que los medicamentos opioides no son malos, sino que han sido mal recetados.
OxyContin fue lanzado en 1996 con la promesa de que un paciente con dolor crónico solo necesitaba tomar una de sus pastillas cada 12 horas, mientras que la competencia necesitaba una dosis cada seis u ocho horas.
No obstante, múltiples estudios presentados en las demandas en contra de Purdue desde el año 2000, han demostrado que el efecto de OxyContin, aunque eficaz contra el dolor, es más corto de lo publicitado lo cual provoca que el paciente lo tome más seguido contrario a la receta médica.
Las cifras más recientes publicadas en 2016 por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (o CDC por sus siglas en inglés) afirman que 46 personas mueren diariamente por sobredosis con analgésicos opioides en Estados Unidos.
A pesar de que en 2007 la compañía y tres de los más altos ejecutivos fueron obligados a declararse culpables y a pagar $635 millones en multas, Purdue Pharma continúa en la cima del mercado con más de 5 millones de prescripciones al año, solo en Estados Unidos, sin importar la negativa reputación.
Debido a que la intensidad del dolor es subjetiva e inconmensurable, Purdue Pharma encontró el nicho perfecto para que los médicos pusieran narcóticos analgésicos de alta potencia en las manos de más pacientes, no solo enfermos terminales. O, qué doctor le va a decir a su paciente “¡No sea débil, aguántese el dolor!“.
Antes de escribir esta columna le pregunté a la menor de mis tías, quien tiene artritis reumatoide desde los 16 años, su opinión acerca del uso de las codeínas analgésicas. Según ella, en el caso de enfermedades crónicas e irreversibles, el beneficio es mayor al costo ya que mejora la calidad de vida.
En el pasado, su tratamiento ha incluido opiáceos (otro narcótico de la misma familia derivado de la amapola) y actualmente está tomando medicamentos biológicos que también generan la dicotomía de costo-beneficio.
Luego de batallar con el dolor durante dos tercios de su vida, demostrándole a nuestra familia una tenacidad admirable, mi tía conoce más acerca de su enfermedad que los especialistas que la han tratado a través de los años y por esta razón, las decisiones que ha tomado sobre el protocolo de su tratamiento han sido cuidadosas y calculadas.
Para bien o para mal en Colombia hemos seguido muchos ejemplos estadounidenses, ya sea en cuestión de negocios, moda, música o estilo de vida en general. Para la muestra el botón de Mi Vida Gringa. Pero, la popularización de prescripciones de oxicodona es un peligroso modelo que no se debe copiar. Los pacientes no son clientes.
Los tentáculos de este tipo de drogadicción no discrimina clase social o grupo étnico en Estados Unidos y lo que más me alerta es que los casos de personas conocidas que mueren víctimas de esta adicción están cada vez más cerca.
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