Descubre todos los rincones que ha convertido la provincia española de Ourense en un plató de cine al aire libre, ideal para recorrer sus escenarios donde se han filmado importantes peliculas del cine español.
En 25 años el Festival Internacional de Cine de Ourense -Ourense Film Festival- ha acercado lo mejor del panorama cinematográfico internacional a la ciudad no solo a las salas de cine, sino que ha convertido muchos de sus rincones en escenarios de rodaje de varios largometrajes.
Ourense: Historia de cine
Desde hace décadas, numerosos lugares de la provincia se han usado para la filmación de películas de todo tipo. La cinta que marcó un antes y un después en el cine gallego fué Sempre Xonxa (1989), ya que fue el primer largometraje de ficción hecho totalmente en gallego y rodado en Galicia. Su director, Chano Piñeiro, escogió para el rodaje de su única película la localidad de Santoalla, en Petín, un pequeño pueblo donde solo vivía una familia.
Décadas antes, filmes como Cotolay (1965) o El bosque del Lobo (1970) de Pedro Olea convirtieron a Ourense en un escenario al aire libre. Otros rodajes , ya en los 90 son La ley de la frontera (1995), que rodó escenas en la comarca de la Baixa Limia, o La lengua de las mariposas (1998) de José Luis Cuerda que convirtió a la villa de Allariz en un elemento fundamental.
Y es que en Ourense se reúnen paisajes de ensueño, áreas termales únicas, monasterios llenos de historia, bosques de ficción y muchas villas llenas de encanto que son perfectas para adentrarse en una ruta de cine.
Un ourensano de Albacete
El director de cine José Luis Cuerda, fallecido el pasado mes de febrero y al que se le ha rendido homenaje en la edición de 2020, se enamoró de esta tierra cuando rodaba en Allariz, uno de los pueblos más bonitos de España, La lengua de las mariposas. Tanto le gustó que compró una propiedad y creó su propia bodega en la comarca vitivinícola de O Ribeiro, de donde salen algunos de los mejores vinos de Galicia.
Allariz también fue el escenario de otra de las películas de Cuerda, Los Girasoles Ciegos, rodada también en los monasterios de San Clodio (en Leiro) y de Montederramo, porque en Ourense todos los escenarios posibles de reúnen en pocos kilómetros.
Escenarios para todos los gustos
En los últimos años, han sido numerosas las producciones audiovisuales que han aterrizado en este punto del norte de España para grabar el patrimonio cultural, arquitectónico, etnográfico y natural orensano.
A Esmorga (2014)
La acción transcurre por diversos puntos del Casco Antiguo de la capital y de los alrededores de la ciudad. De hecho, hay una ruta señalizada que recorre los escenarios principales, marcados con unas placas de cerámica que reproducen trozos de la historia de Cibrán, Bocas y Milhomes en sitios como la famosa fuente de As Burgas, la Praza do Correxidor o la Alameda de Ourense.
Elisa y Marcela (2019)
Isabel Coixet adapó para la gran pantalla esta historia sobre el primer matrimonio homosexual en España. Rodada entre A Coruña y Ourense, donde también se desplazó hasta Celanova conviertiendo el monasterio de San Salvador, en eje central de la película.
O que Arde (2019)
Oliver Laxe ha cautivado al mundo contando la especial relación de una madre y un hijo pirómano, que viven en la montaña lucense. Las imágenes de los incendios que se emplearon fueron tomadas en las salidas de las brigadas forestales de Allariz-Maceda, Ourense y Terra de Celanova.
Live is life
Esgos y, concretamente, el monasterio de San Pedro de Rocas, uno de los puntos más visitados de la Ribeira Sacra, acogieron hace unos meses el rodaje de Live is life.
Cuñados
La comedia tiene a la ciudad de Ourense como escenario principal, al que suma otros rincones como San Cibrao, Allariz y la comarca de O Ribeiro.
El desorden que dejas (2020)
En Celanova se ubica el instituto que sirve de eje central a la trama, aunque también se ha rodado escenas en Ribadavia y en los cañones del Sil Cañón del Sil.
Pueden leer en La Nota Latina/ La Nota-Latina
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Con esa imagen fui creciendo y, en la medida de mis posibilidades, descubriendo esos otros mundos relativamente cercanos. Así confirmé que estaba en lo cierto, que somos iguales y somos distintos. Que nos unen costumbres y nos separan hábitos. Que usamos los mismos condimentos y dan lugar a diferentes comidas.
Y seguí creciendo, al menos en edad. Las posibilidades para disfrutar de viajes y gastronomíahan sido desiguales en función de cada etapa vital, pero he aprovechado cada una de ellas. Y lo sigo haciendo sin dejar de ser periodista en la radio, profesión con la que también soñaba y que se ha convertido en mi sustento económico.
Lamento que por largos que sean mis pasos y larga mi vida, nunca habrá tiempo suficiente para conocer todas las maravillas que esconde nuestro mundo. Pero lo realmente terrorífico es que no sepamos conservarlas. Aprieto mi paso, planifico nuevos destinos y sigo en ello. Me queda mucho por conocer dentro y fuera de España, donde vivo. Me queda mucho por viajar, mucho por leer, mucho por vivir. Y ójala pueda hacerlo junto a mi familia, a la que quiero por encima de todo.
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