Últimamente, al salir a la calle e inclusive estando en sitios techados, he escuchado a más de una persona quejarse de sentir calor. Recuerdo hace algunas semanas atrás cuando (en mi preciosa Venezuela) tuvimos una ola de calor increíblemente fuerte. Yo sentía que salía al aire libre y ya me empezaba a derretir. A veces creía que mi condición de hipertensa aumentaba la sensación de que la temperatura estaba elevadísima, pero cuando entraba a cualquier red social y veía los memes que mostraban para graficar el mucho calor que hacía, me tranquilizaba un poco. Lo cierto es que –aunque ya está lloviendo de vez en cuando- el calor sigue persistiendo. Y no sólo en tierra venezolana, sino en muchos rincones del globo terráqueo desde donde tengo la bendición de saberme leída.
Recomendaciones
Por ello, voy a compartirles algunas recomendaciones para contrarrestar el calor, donde desde ya les adelanto no está incluida el uso del aire acondicionado. Mientras menos pueda usar el aire acondicionado en casa, para mí mucho mejor, pues prefiero las temperaturas naturales. Ahora bien, no les voy a mentir y decirles que en el carro no lo uso. ¡Ahí sí! Pero la razón va más allá del clima. Cuando manejo voy con todos las ventanas cerradas por seguridad personal. Así que para evitarme un sofocón por encerramiento, uso el aire acondicionado.
Sin embargo, hay maneras de refrescar la temperatura de nuestro cuerpo sin aire acondicionado y estemos donde estemos.
Una de esas formas, aunque tal vez les parezca tan obvia como encender el aire acondicionado, es mantenernos hidratados. Lo ideal es tomar mínimo dos litros de agua por día. Debemos consumirla aunque no sintamos sed. Cuando la sed se presenta, es un alerta de nuestro cuerpo gritándonos que ya está deshidratado, así que no permitamos que llegue a ese extremo. Por el contrario, vayamos tomando un poco de agua a lo largo del día. Si están iniciando el hábito, pueden programar su teléfono o reloj para que les recuerde tomar agua cada media hora. Hay varias apps para teléfonos inteligentes que nos guían fabulosamente para tomar agua. Ingresen “Drink water” en el buscador y le aparecerán varias opciones. He probado varias y me parece que la diferencia entre una y otra aplicación es mínima. Ustedes escojan la que crean más conveniente y luego me cuentan cómo les fue con la experiencia. Lo que no podemos perder de vista, con o sin app, es que debemos tomar agua ¡mucha agua!
Y si son de los que no les gusta tomar agua porque no toleran su ausencia de sabor, igual no tienen excusas para no refrescarse sanamente. Pueden agregarle a su jarra o termo de agua trozos de pepino, naranja o limón. Esto le dará un poco de sabor y seguirá siendo sin calorías ni azúcar. Otra opción un poco menos natural pero también saludable, es tomar una bolsita de té verde y dejarla verterse en unos dos litros de agua. Dejen el sobrecito ahí hasta que se hayan consumido toda la jarra. El saber a té será muy muy muy suave, pero lo suficiente para complacer a aquellos que aborrecen lo insípido.
Y hablando de sabor, también es recomendable evitar las comidas picantes o con muchas especias, pues éstas generan un aumento de la temperatura corporal. Es preferible consumir comidas ligeras con frutas y verduras, pues tienen un altísimo poder hidratante que permite que el cuerpo recupere las sales minerales perdidas por la sudoración.
Otra recomendación que no podemos dejar pasar por alto es la vestimenta. Procuren vestir con telas ligeras y frescas. Si eres mujer, aprovecha, saca del closet y usa tus vestidos o faldas. Además de que mostrar las piernas es parte de un atuendo super femenino, automáticamente sentirás menos calor. Igualmente, para nadie es un secreto que los rayos del sol aumentan nuestra sudoración cuando nos alcanzan directamente. Así que cuando estés expuesto usa un sombrero o gorra, según sea tu estilo o género, para protegerte de la inclemencia solar.
Si tienes la oportunidad, báñate con agua fría varias veces al día. El agua fría es muy beneficiosa para estimular nuestra energía, tonificar nuestra piel, mejorar nuestra circulación y, lo más obvio y que nos atañe en esta nota, es magnífica para refrescarnos.
Cuando de niña rezaba en el patio del colegio y el sol empezaba a hacer de las suyas, recuerdo con cariño que la Hermana Rosario –la directora- nos decía a todos que nos imaginásemos que estábamos en un sitio con mucha nieve y que hacía mucho frío, que eso haría que no sintiéramos el calor… Honestamente, no les voy a dar la misma recomendación, pero sí les invito a no enfocarse sólo en la temperatura cuando nos desagrada y empezar a quejarse casi de forma automática. Mejor traten de aplicar los consejos que les compartí y disfruten (¡Sí! ¡No estoy loca! ¡Dije “disfruten”!) del calor mientras esté. Seguro este cambio de óptica les ayudará a apreciar más cada clima y a pasar mejores momentos cuando estén en cada uno.
Albelidys Guzmán
albelidys@gmail.com
@EspacioChic
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