Se viven tiempos de muchos cambios, evoluciones tecnológicas, tiempos a toda marcha, como si no alcanzara el tiempo para todo lo que tienes que hacer, es como una velocidad sin parar que lleva a vidas sin pausas, manifestaciones abrumadoras en los núcleos familiares. Se perciben aires de soluciones a muchas situaciones humanas, pero aun así no logra llegar al corazón de la humanidad , ser parte de ese complejo mundo emocional, de la esencia que tiene la naturaleza humana: vivir, saber vivir y dejar vivir, dentro de un marco de respeto, conciencia amorosa para cada etapa, se va perdiendo en la rutina diaria, tomando importancia otros escenarios que desmejoran nuestra humanidad.
Para las diferencias como humanos, pareciera que todos quieren la excelencia, olvidando la calidad humana, que tan sencilla y valiosa va de la mano de la bondad y la bella benevolencia, pero son términos que se dicen, se hablan, pero realmente no alcanza el efecto tangible en el hoy, que tanto se manifiesta como evolutivo.
Todos desean cambios y cambiar a todos cuando no hay ese detenerse , observarse a sí mismo cada uno, realizar su propio trabajo de internalizar en sus corazones, aceptarse tal como es , buscar los medios ,herramientas por el cual fue dotado cada persona, las dificultades que cada uno transita es parte de su recorrido, las personas tienen la capacidad de mejorar y crecer
felicidad como sinónimo de una vida prospera a granel, una vida completamente llena de nada, sin ningún tipo de problema (apariencias).
Cuando realmente hay mucho trabajo por realizar cada uno en sus vidas, sanar su pasado, librarse de cargas ajenas, heredadas en ocasiones por cadenas emocionales de sus propias en tiempos de turbulencias, evitar caer en un modismo de la vida perfecta, donde se vende las familias, cada uno trae una historia para sanar. El valioso tiempo necesario para ir dentro de sí mismos, sin perder el tiempo queriendo cambiar a otros.
Podemos influenciar a otros en positivo o no, pero cada uno debe detenerse, contemplar sus potenciales, el mejorar un cambio en cada uno de forma consiente y amorosa, entonces hay si surge el primer paso al cambio, un cambio con responsabilidades asumidas en cada uno sin atropellar a nadie, sin perder el tiempo en que otros tengan que ser como cada uno desea, es una acción depredadora querer cambiar a otro como yo creo debe ser.
Así que la tarea es mejorar cada uno, ese vender entre todos el cambio como algo que otros pueden hacer por otros no es el enfoque positivo para nuestro mundo.
Cada persona tiene la responsabilidad en sí mismo, de su propio cambio, aprendiendo desde la cordialidad, el amor, la bondad.
Invita a otros a las posibilidades del mejorar, abrir paso al perdón en cada persona, sus espacios cotidianos. Desde ahí nacerá un cambio para el mundo.
Pueden leer en la Nota Latina/La Nota-Latina.com
La lealtad: ¿Por qué no todos pueden ofrecerla?
- La suegra: ¿Amiga o enemiga? - noviembre 6, 2024
- Aprender para crecer: La clave del progreso personal y profesional - octubre 9, 2024
- Rompiendo con el narcisismo: Señales de alerta y cómo sanar - septiembre 24, 2024