Llega la Navidad y el Fin de Año y es tiempo no sólo de regalar y de festejar. Más allá de los preparativos, otro calvario va en procesión para muchos. Evaluar y precisar qué fue lo mejor y lo peor del año no sólo conduce al estrés, también a la depresión y a la tristeza.
Aunque la publicidad y todos los medios nos digan que la Navidad es tiempo de felicidad, la verdad es que no es así. No para todos, no para los adultos. Quizás para la mayoría de los niños y los jóvenes lo sea, pero para el resto es también un tiempo de mucho estrés. Tiempo en que evaluamos el año, sacamos conclusiones y nos fijamos metas o cambiamos de rumbo. Tiempo en que recordamos a quienes han partido dejando una tristeza familiar. Tiempo también para seguir afrontando dificultades económicas, sobre todo porque se requiere más dinero para cumplir con los compromisos sociales. Tiempo en que pensamos en la salud si estamos encarando personal o familiarmente una enfermedad. Todos estos son detonantes de estrés, ansiedad, tristeza y pena.
Así que sí, Navidad… triste navidad. Tan blanca como una navidad en una fría estepa. Y la presión aumenta porque las invitaciones a fiestas y encuentros nos conllevan obligación, desde llevar un regalo hasta comida o bebida para compartir. Entonces, ¿cómo afrontar los sentimientos y las emociones?
Tiempos fríos incluso para el corazón
La música navideña latinoamericana narra esta situación con aguinaldos cuyos estribillos nos recuerdan que los tiempos navideños no sólo son festivos. Decir adiós al Año Viejo, como en toda despedida tiene su toque de tristeza. Mientras hay quienes están muy felices, compra, compra y compra –sin importarles que igual en enero el banco les pasará la factura de la tarjeta de crédito, y seguro estarán ese mes a pan y agua- habrá un grupo que sí se lamente. Y en ese sentido, es normal sentir la soledad, la pena y la decepción. A eso se le llama melancolía navideña, y es como en todo proceso, un cierre en un ciclo de vida y el comienzo de otro.
¿Qué se puede hacer entonces? No se trata de fingir sentimientos y andar eufórico cuando en realidad no se está. Si en una casa hay un duelo por muerte de un ser querido, ¿cómo pedirles que festejen o se alegren así tengan niños? Los psicólogos de Norteamérica reconocen el estado depresivo invernal, que tiene que ver con los días cortos con menos luz y el cambio climático, cuando hay nevadas o temperaturas muy bajas. Ese cambio medioambiental incide en el ánimo, puede variar el apetito, disminuir la energía y hasta se pueden dar casos de depresión severa. El sol incide en la sensibilidad y en países nórdicos es tal que se ha asociado con el aumento de la tasa de suicidio.
Hay muchos factores a considerar y entre ellos asoma uno que alarma a muchos: el económico. En esta época se registra la mayor voluntad de compra en todo el año. Sin importar mucho que se esté atravesando por una crisis económica a nivel de país o a nivel familiar o que haya incertidumbre por el futuro económico o político. Navidad implica asaltar los ahorros si es necesario para cumplir con los regalos y los demás preparativos. La ansiedad en ese caso es natural.
Otro factor y que toca las puertas de muchos latinoamericanos: la inmigración. Familias regadas por el continente o el mundo. Soledad para los que se van y para los que se quedan. Y finalmente, esta época atrae también una serie de incidentes nada positivos: asaltos, criminalidad, accidentes viales y muerte.
Son muchas las razones para que la depresión y la tristeza estén a la orden del día en estas fechas. Lo que sí es que no hay excusa para ahondar en lo interno y buscar las fuerzas de acopio y enfrentar esta situación, antes de que se vea en la obligación de visitar al psicólogo, más de uno en consulta y sin vacaciones en Navidad.
¿Sugerencias? En época festiva controle los excesos de alimentos y bebidas. Por más fiesta que haya, contribuya no bebiendo o comiendo sin límites. Eso sólo incrementa el problema, no es la solución. Busque ayuda de familiares y amigos. Ser sincero sobre el dolor que siente no debe ser motivo de vergüenza. Todos hemos pasado por circunstancias difíciles, incluso en Navidad.
Hay un refrán popular que reza A mal tiempo buena cara y es poderoso, porque tomarnos las cosas con ánimo nos puede ayudar. No es culpa de la Navidad, eso sí es una gran oportunidad para transformar nuestras vidas asumiendo el control por nuestra propia salud mental y nuestro estado emocional.
En tiempos de melancolía y tristeza lo que sí podemos hacer es evitar estar ociosos: buscar ayudar a otros puede abstraernos de nuestros sentimientos y pensamientos recurrentes. Colabore con su comunidad, con una Iglesia o un centro asistencial, o con una causa que le llame la atención. En estas fechas seguro necesitan de una mano amiga. Ayudar al necesitado en estas fechas es algo que Dios o el universo le va a agradecer y con creces.
Sea sincero consigo mismo, comparta sus sentimientos con familiares y amigos. A veces callamos con los más jóvenes, pero igual, ellos captan y sienten nuestra pena y angustia. Es una oportunidad para que los hijos o los más pequeños aprendan sobre sentimientos y reciban una dosis de realidad. No todo es felicidad, regalos, vacaciones, comodidad, y demás… no todos los años serán iguales. Para ellos es una oportunidad de saber que la vida tiene sus variantes y que cada momento vivido se agradece. Incluso los tristes o los más escasos económicamente. También es momento de inculcarles el valor de la esperanza, pues siempre, siempre el sol brillará más allá de cualquier circunstancia.
Lo importante es la unión y el compartir en familia. Y al fin y al cabo de eso se trata Navidad y Año Nuevo. Si no es éste el mejor año, si se pasa por un duro momento, es también tiempo para descansar, para despejarse, para evaluar lo bueno y lo malo y sobre todo, para recargarse con todas sus fuerzas llenándose de valor, coraje y agradecimiento. Un año por empezar le recibirá con mayor energía y seguro le traerá mejores días.
Feliz Navidad… y lo mejor para el 2016.
Evelyn Navas
@EcnaproAsesoria en Twitter y Facebook. Instagram: ecnaproasesoria
- ¿Cuánto trabaja un CEO? - febrero 24, 2022
- El nuevo capricho de Rauw Alejandro - febrero 9, 2022
- ¿Cuáles son los platos desconocidos de la cocina de Estados Unidos? - febrero 9, 2022