España y América Latina celebran la Navidad y Año Nuevo con mucho colorido y pasión. Una fiesta que se prolonga desde el 23 de diciembre hasta el 7 de enero. Días muy familiares, donde la festividad aún se observa desde la devoción religiosa, los cantos y las oraciones hacia el Niño Jesús.
Si bien Estados Unidos ha logrado permear en el mundo con una navidad muy diferente a la celebrada en América Latina, el sentido original sigue presente en nuestros países. Si es cierto que tenemos Santas por todos lados, imágenes de renos, bastoncitos de navidad y muchos adornos típicos de Norteamérica, en ningún hogar latino falta el pesebre en honor a la Sagrada Familia.
La estrella de Belén aún sigue guiando a los latinoamericanos y a los españoles. Como hispanos ansiamos el nacimiento del Niño Jesús como el mayor signo de esperanza y estamos atentos a la visita de los Reyes Magos. Más que regalos, pedimos bendiciones y abundancia de salud, amor, prosperidad y seguridad para todos. Y aunque sí seguimos el ejemplo norteamericano de ir de compras navideñas, queda ese sabor de tradición latina que aún perdura en nuestros pueblos, donde el estar en familia y llenarse de abrazos y compartir es lo más común.
En España, las calles durante navidad se llenan de luces, colores y mercancías. Adornos y juguetes para captar la atención de los compradores que esperarán hasta el 6 de enero para entregarlos a los niños y compartir ese día el tradicional roscón de reyes.
En México, la festividad navideña se desborda de alegría con fe religiosa. Las posadas, nueve días antes de navidad, muestran el peregrinaje de José y María buscando lugar para que nazca el niño Jesús. Las procesiones se iluminan con velas. La gente canta, en las puertas se recita ‘no hay posada’, mientras José sigue tocando puertas. Los niños llevan cargadas las piezas de un nacimiento de barro cocido. Los peregrinos y posaderos siguen a viva voz hasta que uno le dice sí a José y allí se reúnen todos con tamales calientes, atole de chocolate y golosinas. A los niños los espera una piñata rellena de caramelos, dulces y juguetes. Las calles resuenan de alegría.
El día de Navidad los mexicanos van a misa solemne y siguen acudiendo luego hasta la Epifanía, cuando los 3 Reyes Magos pasan en silencio dejando la noche previa al 6 de enero regalos para los niños que estén durmiendo en sus camas. México es el país con mayor número de católicos de habla castellana en el mundo.
Centroamérica tiene fiestas similares. Muchos países de la región celebran el 12 de diciembre el día de la Virgen de Guadalupe, Patrona de México y de las Américas. Como descendientes de los mayas visten a sus niños como indígenas, tocan un tambor característico hecho con caparazón de tortuga, mientras todos comen pasteles y beben un atole de maíz con chocolate o frutas. Las Pastorelas en El Salvador, dramas medievales que fueron traídos de Europa por los españoles durante la conquista, se siguen presentando. Son celebradas en parques, plazas e iglesias. El nacimiento de Jesús y la peregrinación de los pastores hacia Belén es el tema común. Otra costumbre es la cena de Nochebuena con pavo o gallina, previamente engordado durante meses. Se invita a la gente con tamales de harina con pollo o cerdo. No pueden faltar los cohetes y demás fuegos artificiales. La gente no falta a la Misa de Gallo a medianoche en Navidad.
En Costa Rica, la capital se llena de luces. San José se ilumina muy especialmente y su cielo se llena de luces de Bengala, cohetes y fuegos artificiales. Los parques de diversiones reencuentran a todos con espíritu festivo con atracciones tanto para chicos como para grandes. Corridas de toros mansos con toreros aficionados, partidos de fútbol y carreras de ciclistas. No faltan los bailes populares y familiares tras la cena de Nochebuena.
En Panamá se organizan concursos para premiar los esfuerzos de los ciudadanos en el ornamento navideño de sus calles y barrios, y se arman nacimientos en las calles. Hay desfiles y caravanas en las calles, lo que llama la atención de turistas extranjeros. La fiesta va desde el 24 hasta el 26 de diciembre, también considerado día festivo.
En Puerto Rico, República Dominicana y recién de nuevo en Cuba, la Nochebuena se celebra. En las tres islas hay Misa de Gallo. La cena con puerco asado, fricasé de pollo o de gallinas de Guinea, congrí (arroz con frijoles negros), plátanos verdes fritos, ensalada, turrones españoles y dulces hechos en casa.
La Navidad fue suspendida en Cuba desde los primeros años de la década de 1960 y eliminada oficialmente del calendario a partir de 1970. Posteriormente, en 1997, como preparación a la visita del Papa Juan Pablo II, el gobierno permitió una pequeña apertura religiosa. Aún así, la gente celebró calladamente en sus casas, anhelando tiempos de apertura.
En Colombia, los pueblos del Cauca tienen una costumbre de origen muy antiguo. Trovadores llamados chirimias recorren las calles entonando villancicos que son acompañados con música de flautas. Al terminar sus cantos, los oyentes les recompensan con algunas monedas y los trovadores continúan su jornada hacia otra zona.
Desde el 7 de diciembre comienzan los actos de celebración por todo el país. La Noche de las Velitas en la víspera de la Inmaculada Concepción de María reúne a las familias en las puertas de sus casas para alumbrar el camino a la Virgen María y para que sus bendiciones entren en sus hogares. Luego el 24 de diciembre comparten tras ir a misa, una espectacular cena en familia y se reparten regalos y los pequeños esperan al Niño Dios.
En Venezuela, el 24 de diciembre es un día para estrechar lazos familiares y amistosos, la gente se reúne en las casas y desde la cocina los aromas se extienden invitando a disfrutar del clásico plato navideño: la hallaca, un guiso muy aromático de carnes diversas en masa de maíz envuelto en hoja de plátano. La gente celebra, comparte con mucha música y ánimo. Desde temprano el mes se oyen las gaitas y más llegado el día, los villancicos, parrandas y aguinaldos.
Mientras que en Perú la fiesta la traen los Reyes Magos y compiten en carreras de caballo, representando las tres culturas dominantes. Si gana el rey blanco español, es señal de pobreza y malas cosechas. Si la victoria es del rey negro, el pueblo sufrirá terribles epidemias. Solamente la victoria del rey indio les asegura felicidad y abundancia. Perú, Ecuador, Bolivia, todos se llenan de luz, color, amor y esperanza en torno a la Familia Sagrada.
Argentina y Brasil cuentan más con el arbolito nevado de Navidad y el muérdago como adornos en sus calles y ciudades, así como también en el hogar. Por ejemplo en Brasil, un papá Noel en traje de seda –consciente del calor brasileño- se presenta la noche del 24 y reparte regalos. La cena típica cuenta con pavo, jamón, arroz multicolor, verduras y frutas. Los argentinos con calcetines en blanco y rojo esperan a Papá Noel también. La cena consiste en pavo y cerdo asado, tomates rellenos, pasteles de carne picada, pan de navidad y cremas. Se brinda con sidra mezclada con frutas.
En general, en América Latina se atiende la Misa de Gallo, la cena de Nochebuena el 24 de diciembre, con abundancia y variedad de platillos, postres y bebidas tradicionales. En muchos, la adopción de Santa Claus o Papá Noel también se ha hecho palpable. Ya desde principios de diciembre la música navideña domina con sus propios ritmos. Las iglesias del continente adornan muy especialmente sus altares con pesebres y casi todas reservan al Niño Jesús que hace su flamante aparición el 25 de diciembre. El 31 de diciembre todos celebran a las 12 de la medianoche con luces artificiales.
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