Se trata de viñedos infinitos y emprendimientos familiares en uno de los más prestigiosos territorios de producción vinícola de California.
Más de 400 bodegas producen en el suelo fértil de Napa Valley, en la Bay Area de California, de las cuales el 95% son emprendimientos familiares. Es la mayor región de producción de vino de Estados Unidos y una de las más importantes a nivel global. Aunque el vino no lo es todo en este paraíso gourmet donde abundan los buenos restaurantes y la cultura, es su atractivo principal, y más de 3 millones de personas arriban cada año para una experiencia inolvidable.
“El vino consuela a los tristes, rejuvenece a los viejos, inspira a los jóvenes y alivia a los deprimidos del peso de sus preocupaciones”, escribía Lord Byron. Y si de inspirar se trata, Napa Valley es la musa que todo lo puede curar, con el profundo verde de sus viñedos, el rojo y amarillo de sus hojas en los efímeros meses de otoño, su espectacular clima que parece transportar al viajero al Mediterráneo, y sus cielos azules, que se llenan de globos aerostáticos de colores que recorren la región desde el horizonte.
Sus bodegas son legendarias, pero hay algunas que sobresalen por encima del resto, debido a sus fascinantes historias y al esfuerzo y emprendimiento de las familias a su cargo, que día a día aportan su pasión para crear vinos únicos en el mundo.
Nickel & Nickel: histórica y moderna
Nickel & Nickel se encuentra en Oakville, Napa Valley, y cubre una superficie de casi 17 hectáreas. Se accede por la Ruta 29 y fue originalmente creada como una finca a principios de 1880. Hoy es una bodega que reúne la mayor tecnología disponible en producción de vino, mientras que mantiene intacta su estructura original. La John C. Sullenger House es una elegante casa de campo que había sido abandonada y descuidada durante más de 20 años. Fue restaurada en el 2002 y hoy ofrece un cálido recibimiento para los visitantes que arriban al lugar.
Otro de los grandes atractivos es el Gleason Barn, que fue construido cerca del 1770 en New Hampshire y fue transportado hasta esta bodega para su restauración. Pero debajo de la finca es donde se encuentra el verdadero tesoro de Nickel & Nickel. A través de una escalera ubicada en una tradicional dependencia construida en piedra se accede a una cava subterránea de casi 3 mil m2. Y es tan fabulosa y dramática como uno se puede imaginar. Justo debajo de los edificios donde se realiza la fermentación, aquí el vino es trasladado de los tanques a las barricas de roble francés.
Desde 1997, esta bodega se focalizó principalmente en la producción de Cabernet Sauvignon, aunque también destaca una colección de vinos Chardonnay, Merlot y Syrah. Por supuesto, todos son “Single Vineyard”, es decir, vinos elaborados a partir de uvas que provienen de un único viñedo, lo que aporta una característica gustativa sobresaliente y una identidad marcada.
Schramsberg, la preferida de la Casa Blanca
Los fundadores de Schramsberg son Jack y Jamie Davies, una pareja que en 1965 decidió restaurar una bodega venida abajo y su mansión victoriana del siglo XIX. La propiedad había estado abandonada por años, pero los Davies la revivieron luego de un arduo trabajo. Su objetivo era producir vino, pero no cualquier tipo, sino un espumante. Un año más tarde nacería el 1965 Blanc de Blancs, el primero que utilizó el Chardonnay para la realización de espumante en Estados Unidos.
Schramsberg se especializa en la producción de los más sofisticados espumantes artesanales de California. Los vinos tête de cuvée son vendidos luego de un período de envejecimiento en botella de siete a ocho años. Gran parte del proceso de realización de estos espumantes es artesanal, a mano, preservando la gran tradición de este arte.
Un dato curioso es que esta bodega es una de las favoritas de la Casa Blanca, y la bebida elegida para muchas de las soirées realizadas en la residencia presidencial de Estados Unidos para ocasiones de lujo.
Fuente: infobae.com
