A pesar de las políticas de inmigración o los vetos a los migrantes hispanos, éstos siguen dando la batalla impulsando las economías locales. Van más allá de las limitaciones y no se detienen ante el racismo, la exclusión y el clasismo arraigado en Estados Unidos.
No hay duda de que los mexicanos siguen danto la batalla aportando al éxito económico en Estados Unidos, muy a pesar de Donald Trump. Su fuerza de trabajo sigue siendo clave para el funcionamiento diario del país más poderoso –hasta ahora- del planeta, el que reporta mayor cifra de multimillonarios y desde donde se hacen las grandes fortunas.
Además de sufrir una marcada explotación y de contar con una fuerza laboral indocumentada, es precisamente esa población la que impulsa el empuje empresarial de los mexicanos en Estados Unidos. Su presencia en emprendimientos –negocios medianos y pequeños- son los que revitalizan comunidades, emplean a millones de personas y colaboran con el sector productivo de Estados Unidos. El toque español es evidente en muchas ciudades, como Nueva York donde ahora es común decir “bodega” en vez de “market”. Igual pasa con lavanderías, gasolineras y tintorerías, atendidas por sonrisas mexicanas. Y es que los inmigrantes prefieren dedicarse a atender negocios en los sectores de bienes y servicios con atención al consumidor final, según informe de la Sociedad de las Américas. En el área de comercios minoristas, industria de la hospitalidad y establecimientos de servicios, los inmigrantes constituyen 28% de los empresarios establecidos, pese a que sólo cuentan con 16% de la población de Estados Unidos.
También tienen mayor presencia demográfica en salones de manicura, licorerías y restaurantes, de los que poseen 38%. El informe recuerda estudios que han mostrado que, en comparación con los nacidos en Estados Unidos, los inmigrantes son entre 10 y 15% más propensos a crear sus propios negocios.
Según estudios, la clave del éxito del emprendimiento de los mexicanos en Estados Unidos es que llegan bajo un cierto patrón, pues migran siguiendo a familiares y se establecen en esas comunidades empleándose en negocios de familiares y amigos, aprendiendo de primera mano sobre el negocio.
Hispanas empresarias en ascenso
Tan sólo en Estados Unidos 6.4 millones de mujeres son propietarias de sus empresas y dan trabajo a 9.2 millones de personas, mientras en Europa, las mujeres empresarias dan empleo a 15 millones de personas, según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La Survey of Business Owners (SBO) revela que en la última década, las empresas encabezadas por mujeres hispanas y mexicanas han crecido a una tasa mayor que las de los hombres hispanos. Incluso los negocios emprendidos por estas mujeres han tenido tasas de crecimiento por arriba de la tasa de crecimiento de los negocios encabezados por mujeres en Estados Unidos.
Las empresas encabezadas por mujeres representaron el 28.7% de las empresas en Estados Unidos, de las cuales el 10.1% correspondió a empresas de mujeres hispanas y mexicanas. Es interesante observar que mientras la tasa media de crecimiento anual (TMCA) de las empresas en Estados Unidos fue de 2.0% y 3.4% durante las últimas décadas, la de empresas propiedad de mujeres ha venido creciendo a un ritmo un poco mayor y de manera sostenida con una tasa de crecimiento del 3.7%.
El Tepeyac, mexicanos en Nueva Jersey
Es innegable la contribución mexicana para la revitalización de Passaic, una comunidad en el estado de Nueva Jersey, que fue virtualmente abandonada por la industria cuando la economía de Estados Unidos viró hacia los servicios. La migración mexicana convirtió a Passaic en un centro distribuidor de productos mexicanos para toda la costa Este y el pueblo no lo olvida celebrando desfiles del 5 de Mayo y procesiones de la Pasión de Cristo en Semana Santa.
Griselda García, originaria de Izúcar de Matamoros, en Puebla, es junto con su padre la dueña de la tienda de abarrotes El Tepeyac, en el barrio de Harlem del Este. “Un gran porcentaje de dueños de negocios pequeños es en su gran mayoría de inmigrantes. Hoy por hoy no conozco a un gringo que me diga que abrirá un comercio”, reveló a la prensa: “En experiencia de 17 años como comerciante, los pequeños negocios son emprendidos de manera abrumadora por inmigrantes. En mi caso mi padre emigró primero y comenzó El Tepeyac. Luego, muchas familias mexicanas migrantes arriban a un negocio como punto de empleo central y a partir de ahí se multiplican en otros comercios. Su hermano, por ejemplo, tiene una carnicería también en Harlem del Este, igualmente llamada El Tepeyac”.
Y es la comida lo que les abre mercado, pues sus negocios se dedican a vender productos provenientes de Yecapixtla, muy usados por la cocina mexicana que es ampliamente superior a la estadounidense en su variedad, sabores y sofisticación: “Los gringos no quieren ya ir a sentarse a comer enchiladas, sino que las están aprendiendo a hacer. Y yo les digo cómo se cocina lo auténtico cuando vienen con sus listas en las manos y las recetas impresas de platillos complicados como cochinita pibil. Ya no se quedan en el guacamole y las salsas”, explicó García.
Migrantes con poder
Los inmigrantes de América Latina que viven en Estados Unidos contribuyeron con 86,000 millones de dólares (mdd) al fisco de este país en 2013, según un informe difundido en 2014 por el organismo civil Alianza para una Nueva Economía Estadounidense. Ese mismo documento reveló que el gasto después de impuestos de los hispanos en Estados Unidos en 2013 fue de 605,000 mdd. La conclusión del informe es que los hispanos están fortaleciendo a las comunidades estadounidenses, no sólo con su trabajo sino con su contribución fiscal y con su poder de consumo.
Otro estudio del mismo organismo concluyó además que contrario a lo que aseguran algunos oponentes a la migración en Estados Unidos, los inmigrantes no constituyen un gasto para el sistema de salud del país sino que le aportaron a éste 182,400 mdd de 1996 a 2011. El estudio concluyó que de no ser por las aportaciones de los inmigrantes, que en los hechos están subsidiando el fondo de salud para las personas de bajos ingresos, conocido como Medicare, este sistema sería prácticamente insolvente.
Las empresas de mexicanos se concentran fundamentalmente en dos estados California y Texas y hay cuatro estados en los que más de la mitad de las empresas de mexicanos son propiedad de mujeres: Hawaii, Massachusetts, Distrito de Columbia y Connecticut. Sin embargo, las mujeres no solo sobresalen en los negocios en Estados Unidos, en su propio país, México, el crecimiento de la tasa de empresas con “dueñas” ha crecido entre un 6 y 9% en los últimos años. De ahí que la importancia de las empresarias en México durante estos periodos no radica en su volumen, sino en el rápido crecimiento que han registrado en estos años, por lo que se concluye que las mujeres empresarias mexicanas, al igual que las mujeres hispanas en Estados Unidos, están accediendo a encabezar negocios como respuesta a las oportunidades para instalar pequeñas y medianas empresas en un ciclo ascendente de crecimiento.
Las mujeres se volvieron empresarias porque había la necesidad de incrementar los ingresos familiares. Cada vez más cuentan con un grado de escolaridad mucho mayor que el de los hombres, lo cual brinda la posibilidad de una mejor administración en los negocios. Las redes sociales que se establecen a partir de las escuelas, la iglesia y la propia familia han permitido que las mujeres logren mejores relaciones, no sólo a través de los clubes de migrantes (representados en su generalidad por hombres).
La mayoría de las empresarias hispanas concentran su actividad central en sectores de actividad como servicios de apoyo a los negocios y manejo de desechos y servicios de remediación, servicios de salud y asistencia social, transportes, correos y almacenamiento, restaurantes y hoteles y otros servicios, sobrepasando el promedio nacional con más del 8% comparado con el resto de mujeres dueñas de negocios en Estados Unidos.
Las empresas de mujeres hispanas por sector de actividad destacan también la participación de empresas en el sector comercio y servicios profesionales, científicos y técnicos. Es interesante observar que, en términos generales, las empresas propiedad de mujeres siguen la misma tendencia en términos de localización geográfica que el resto de las empresas en Estados Unidos, pero tienden a concentrarse aún más que en el caso del total nacional y a tener ritmos de crecimiento mayores.
Las empresas de mujeres de origen hispano —o latino— presentan, en general, características y comportamientos semejantes a los de las empresas de hispanos (localización geográfica y actividades económicas preponderantes) pero, al mismo tiempo, comparten otras características comunes a las del total de mujeres empresarias: mayor ritmo de crecimiento, mayor concentración de empresas o empleados en las actividades económicas preponderantes y mayor concentración en actividades tradicionalmente desempeñadas por mujeres, entre otras.
Evelyn Navas Abdulkadir
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