Me gusta tomar un cafecito en la mañana en lugares donde la gente concurre… lugares donde juego a leer qué hay detrás de la persona, adivinar por su ropa, sus gestos, la velocidad de sus pasos, cuál es la historia que la acompaña. Es una especie de ritual que me saca de mi propia película, la de ser una mujer que adora su maternidad -esa circunstancia que todo lo cambia- y que lucha por hacer espacio y alimentar a la emprendedora que siempre ha habitado en mí y a la empresaria que está naciendo.
¡Kyra Kipp adora ser también una MOMpreneur!
De todas las personas a mi alrededor, adoro identificar a las “MOMpreneurs”. Las veo a veces arregladas, otras, al menos intentándolo… siempre muy prácticas, con celular en mano, vigilantes a la llamada entrante (por si es una emergencia) expertas en pedir disculpas en medio de una reunión para atender al mensaje que aparece en whatsapp (quizás sea del colegio o de quien ayude a “echarle” un ojito a los niños) ).
Ella, la que me encuentro en el estacionamiento encerrada en el carro -que de pronto se vuelve la oficina- resolviendo un sinfín de asuntos. Ellas, las que pasan de ser amas de casa a contadoras, luego se pueden volver cocineras, mientras siguen pensando como si fueran directoras del equipo creativo de su propio negocio donde -en honor a la verdad- son “Todo en Uno”. Ellas, las de mi equipo, las mompreneurs, son las que más me gusta observar mientras me tomo el café matutino porque yo sé en carne propia la magia que están haciendo con su tiempo y todos los pensamientos que se están desarrollando a la vez mientras también se toman su café o pagan la cuenta, no sin antes acordarse de comprar un detallito de eso que tanto le gusta a su pareja o un “cariñito” para esa amiga que está enferma.
¡Me encanta saber que cada día que pasa son más las mamás que se atreven a volver al ruedo “laboral” siendo sus propios jefes, haciendo sus propias agendas y manejando sus propias expectativas! ¿Por qué? Porque ser mamá en estos tiempos implica estar muy presente (y de forma coherente, amorosa, respetuosa) y abonar en cada oportunidad que tengamos en esa semillita de ciudadano que tenemos por hijos, blindándolos a través de nuestra crianza con apego de todas las inseguridades, peligros y escollos del día a día.
Sin embargo, esto es solo posible primeramente, si las mujeres están en sintonía consigo mismas, inspiradas, orgullosas de lo que son y lo que hacen. Emprender desde la maternidad es una aventura, o mejor dicho, un deporte extremo, que te pone a tono con tu inteligencia emocional y por sobre todo, te conecta con lo que sueñas, dotándote de una energía infinita para hacerlos realidad. Es una invitación para hacer un viaje introspectivo, hondo desde donde nace el derecho de construir una nueva versión de la mujer y la mamá que eres a través de la emprendedora/empresaria que quieres ser.
Decía Anne Sweeney, co-presidenta de Walt Disney: “Define el éxito en tus propios términos, alcánzalos en tus propios términos, y vive una vida que te haga sentir orgullosa”. ¿Que es fácil? No siempre. ¿Que vale la pena? ¡100 por ciento!
Que la maternidad nos siga inspirando y que nuestro corazón no deje de gritar sus deseos… Que nuestras mentes jamás se queden tranquilas y que la valentía de “ser” lo que soñamos a partir de las madres que somos nos invada: así seremos cada vez más, las que con celulares y agenda en mano coincidamos -a veces algo apuradas- en ese cafecito sabroso de la mañana.
Mujer apasionada por el empoderamiento femenino en todas sus formas. Amante de la comunicación y sobre todo, las letras. Venezolana, mitad caraqueña/mitad margariteña. Abogada (UNIMET). Psicopedagoga (IUA). Esposa. Mamá de dos varones. Emprendedora con @YoSoyMOMpreneur y Empresaria con @AguaPerlaBeachwear y @Panamorarte. Fémina de Fe, inundada de optimismo y con doctorado en reinvención a través de un método infalible: insistir hasta lograrlo.
