Miriam Herz, la escritora venezolana que se alzó con el primer lugar de la VIII edición del concurso «Cuéntale tu Cuento a La Nota Latina», confiesa que el amor por las letras y su pasión por la lectura se lo inculcó su mamá, quien era una ávida lectora. «Sacaba una historia de la forma de las nubes, de las montañas, de cualquier cosa, para entretenernos a mi hermana y a mí en largos viajes por carretera», confiesa.
Pero esos viajes por las carreteras venezolanos quedaron atesorados en su mente y corazón hasta que un día, en un encuentro fortuito con una compañera de colegio en Miami, la animó a que emprendieran juntas la aventura de escribir.
Entonces, con rigor y disciplina se inició en este oficio a principios del 2019, cuando por primera vez participó en un taller de escritura creativa y la adicción fue inmediata, tanto que la llevó a participar en el 2020 en el concurso “Cuéntale tu Cuento a La Nota Latina”, donde obtuvo el segundo lugar y también en Cuentomanía. «El compromiso del concurso te obliga a sentarte a reescribir y reescribir y reescribir, que es el reto mayor en este oficio», manifiesta.
–¿Existe un horario propicio para ponerte a escribir o cualquier momento del día es ideal?
–Al principio lo hacía cuando podía robarles tiempo a otras obligaciones, pero poco a poco las otras obligaciones son las que ahora acomodo alrededor de los tiempos para escribir. Soy una persona más bien diurna, pero el horario para escribir como que se escoge solo y a veces es de día y otras de noche.
–¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo y en donde lo haces usualmente?
–Desde hace poco tengo mi espacio dedicado con un escritorio, rodeada de libros, dibujos de mis nietos y objetos que me traen buenos recuerdos.
— ¿Con que te identificas más con el cuento, la novela o la poesía?
–Escribo cuentos y alguito de poesía. Mis lecturas hasta hace unos años eran fundamentalmente novelas. Hoy en día alterno novelas y cuentos cortos. He descubierto autores que siempre han estado ahí y yo ignorante de su existencia o su maestría. Lo que me queda de vida no me va alcanzar para la lista de pendientes por leer.
–¿Qué estás leyendo actualmente?
— Estoy leyendo Volver la vista atrás del autor colombiano Juan Gabriel Vásquez. Acaba de ganar el premio Bienal Mario Vargas Llosa.
–¿Cuáles son tus autores preferidos y a quienes recomendarías leer?
–Resulta muy difícil hacer una lista corta. Descubrí recientemente a Eshkol Nevo, un autor israelí que me ha parecido fantástico. Jumpa Lahiri, Chimamanda Ngozi Adichie, Rosa Montero, Min Jun Lee, Amor Towles. ¡Tantos!
–Un libro que te haya marcado, o gustado mucho, o al que cada tanto regresas.
–De los primeros libros que leí de adolescente y que me marcaron: Poemas de Andrés Ely Blanco (fue el primer libro que me compré con dinero ganado en un trabajito de vacaciones), Cómo matar a un ruiseñor de Harper Lee (parte de mi inspiración para estudiar Derecho). En el género de cuentos al que he llegado más arde, disfruto mucho Raymond Carver, Clarice Lispector, Julio Ramón Ribeyro. Y los infaltables Borges y Cortázar.
La nostalgia sabe a mango
La nostalgia sabe a mango, es el hermoso título del cuento que la llevó a convertirse en ganadora de nuestro concurso. Miriam, quien considera que para ella lo más importante es la familia, precisamente en este cuento le hacer honor a los recuerdos familiares tan presentes en su vida y son tan reales que nos permiten involucrarnos. «Una amiga y mentora tiene una hermosa mata en su casa y me regaló el primer mango que me comía en Miami desde mi llegada. El primer mordisco hizo la magia de abrir el baúl de los recuerdos infantiles de nuestra mata de mango en Caracas y no pude volver a cerrarlo».
–¿Que buscas transmitir con este cuento?
— Yo debo admitir que cuando escribo lo hago para mí, no por egoísmo, creo, sino porque me parece que los temas que abordo son tan personales que no serán de interés para otros, salvo quizás para mi familia y los cercanos que acompañaron la experiencia. Así que resulta maravilloso y honroso cuando otros se pueden identificar, conmover o gozar lo que cuento (y espero que también cómo lo cuento).
— ¿Qué significó para ti lograr el primer premio en nuestro concurso?
–Primero, una sorpresa. Y por supuesto, un gran honor y satisfacción.
— ¿Esperabas ganar?
— No esperaba ganar. Quedar entre los finalistas ya era ganar.
–¿Qué es lo más interesante de este concurso?
— La temática me encaja como anillo al dedo.
— ¿Cuál es tu apreciación sobre el mismo?
–Es un excelente concurso que cumple a cabalidad con su objetivo de promover la cultura, valores y gastronomía hispana. También me parecen muy interesantes las categorías especiales. Una oportunidad única para escritores hispanos. Ocurre en un periodo breve de tiempo la presentación del cuento y la selección de ganadores, eso me encanta. El hecho de que editen un libro con los cuentos finalistas es realmente especial, no solo por la satisfacción de ver publicada la obra de uno sino por conocer y aprender de lo que escriben otros “colegas”.
— ¿Qué significa para ti este concurso, tomando en cuenta que eres segunda finalista y ahora ganador?
–Este ha resultado ser mi concurso natural. Yo escribo de lo que se trata este concurso, así que por ese lado la tuve fácil. Haber logrado el segundo lugar en mi primera participación y ahora el primer premio resultó inesperado en ambas oportunidades. Me llena de orgullo y agradecimiento y me motiva para seguir escribiendo y aprendiendo el oficio.
–¿Qué posibilidades te abrió concurso en “Cuéntale tu Cuento a La Nota Latina?
A nivel personal, me reta a seguir escribiendo. Estoy segura que será una “medalla” que luciré con mucho orgullo y me abrirá puertas.
Su proyección con la escritura
Con la sinceridad que la caracteriza, Miriam admite que no se plantea un objetivo específico cuando escribe. «Lo primero es contar una historia que necesito contar y muchas veces no sé por qué vienen a la mente ciertos sucesos y otros quedan callados. Es como que necesito reconstruir las experiencias de la infancia y de tiempos pasados para darle sentido al presente. O quizás no quiero que se borren porque ya no estoy cerca de los lugares, la gente y los colores que me daban seguridad. Y resulta que al final las experiencia son universales y los lectores se pueden identificar con, por ejemplo, una mata de mango, aunque no la llamen mata ni coman mango».
–¿Cuál es tu recomendación para los jóvenes que se inician en el mundo de la literatura?
— No tengo autoridad para dar consejos, pero me permito compartir lo que me ha sido útil:
LEER. Leer todo lo que puedan y cuando identifiquen el género que los apasiona y al cual quieren dedicarse, pues hacer énfasis en esas lecturas. ESCRIBIR. Como dicen, para escribir hay que escribir. Escribir todos los dias, aunque sea un párrafo. Llevar un diario es un gran ejercicio. REESCRIBIR. Una y otra y otra vez. Y para ello creo importante estudiar el arte de la escritura y sus reglas, así sea para después romperlas, pero con conciencia.
Para Miriam el éxito es “encontrar satisfacción en lo que hago, ser coherente con mis valores . Y si me permiten ser ambiciosa: que cuando alguien se acuerde de mí, lo haga sonreír”.
Creo que con La nostalgia sabe a mango, lo logró. Me hizo sonreír y llorar porque me trasladó a mi niñez y quizás cuando ustedes lo lean sentirán lo mismo: En nuestra historia familiar siempre hay un árbol al que “le debemos solicito amor”.
Pueden leer en La Nota Latina/La NOta-Latina
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