El seudónimo de Miami es la Ciudad del Sol y, como su nombre lo indica, abraza al visitante como lo hace el mar en época de tormentas tropicales, con emociones extremas que nos inducen a regresar una y otra vez. El atractivo de Miami no solo son sus playas, ni la fiesta; sus bondades van más allá de los espacios color pastel y de palmeras esmeraldas de la zona Art Deco. Su crecimiento agigantado y sin precedentes la embellece, tornándola en una metrópoli interesante para el desarrollo del comercio y de las inversiones en los Estados Unidos.
Este lugar de clima subtropical y de cobijo tibio para los jubilados es una ciudad vibrante, de gustos exquisitos y en cierta forma exagerados, que se adapta a todos los idiomas y todas las culturas. Cuando la visito me siento cómoda, es por eso que una vez o dos al año busco una excusa y me quedo disfrutando de su gente, de sus restaurantes y de sus noches de clima suave y de luces que como luciérnagas se adueñan de la atmósfera.
Siempre he dicho que Miami tiene un encanto propio que no lo tienen otras ciudades y eso se lo atribuyo a muchos factores, empezando por su acceso al mar y a sus tentadoras playas, a sus coloridos murales en Wynwood, donde el exquisito arte callejero se eleva sobre las paredes hasta juntarse con el cielo azul y plácido iluminado por el sol. Su historia de renacimiento arquitectónico, sus museos y galerías donde convergen el arte contemporáneo y el diseño, junto con su cultura cubana y haitiana lo hace un destino irresistible.
Mi aventura en Miami con sabor a mojitos, empezó a las 8 de la noche, acompañada de mi amiga Julieta. En su auto antiguo convertible nos dirigimos al restaurante Harry’s Havana donde el servicio amable y su menú espectacular que consta de opciones muy al estilo cubano como las mariquitas olé hechas con chorizo, la yuca frita y las croquetas, pasando por los tostones guayaberos hasta llegar a la sección de mariscos con deliciosas opciones de pescado tanto frito como a la parrilla unida a una conversación entre anécdotas, risas y confesiones, me dejaron deseando que la noche no tuviese fin. Si decide visitar este local situado en Coral Gables, le recomiendo hacer reservación; es muy concurrido. Si usted no se decide por esta recomendación, entonces puede ir a Sushi Kong, si se antoja de pizza, a Crust o a Xixon Spanish, un restaurante de estilo español con deliciosas tapas y con la mejor selección de vino español que he podido encontrar en esta área de Miami. Le sugiero no perderse aquí, el helado de turrón.
Como se los he mencionado en ocasiones anteriores, el comer y el viajar son otras de mis pasiones así que no puedo dejar de mencionar que almorzar en Barzola, un restaurante ecuatoriano en la NW 7th st me hizo el día. Su deliciosa cazuela mixta, los yapingachos y la fritada, el jugo de naranjilla o lulo, como se conoce en Colombia y una refrescante cerveza club nos dejaron satisfechos tanto a mis acompañantes como a mí.
Puedes continuar tu recorrido por Miami si organizas tu tiempo con antelación, hay que recordar que es una ciudad muy activa y por dicho motivo en horas pico el tráfico es bastante pesado. Existen actividades de un día o dos, como hasta de una semana, se facilita la trasportación tanto en bus como en coche alquilado y en tren. Los tours alrededor de la ciudad y fuera de ella como a los Everglades National Park, son de costo razonable y las opciones de compra son muy diversas.
Recomiendo el barrio de la Calle 8 en el corazón de la Pequeña Habana, muy popular y conocido por sus coloridos gallos en cada esquina, pero también visitar Coral Gables, ya que es uno de los barrios más hermosos y antiguos, con arboledas exuberantes e influencia mediterránea. Si vienes por pocos días es el lugar más apropiado para hospedarte ya que está muy cerca del centro de la ciudad. Existe un lugar encantador que recibe a miles de turistas y es uno de mis lugares favoritos: es el Venetian Pool, rodeado de palmeras, tumbonas y jardinería bien cuidada es un lugar apto para leer o hacer un picnic. Asimismo, no dejes de visitar la edificación más icónica de Coral Gables: el Hotel Biltmore, que fue frecuentado por celebridades en su época dorada de los años 20, tanto europeas como hollywoodenses; por su historia sobre el asesinato de T. “Fatty” Walsh, un gánster neoyorquino que fue vinculado al narcotráfico y luego asesinado en una disputa de juego, pero sobre todo porque el hotel sigue siendo uno de los lugares más elegantes para disfrutar de un espectacular brunch acompañado de champagne todos los domingos.
Visitar Miami es como ir a la Meca: ¡forzosamente lo tienes que hacer aunque sea una vez en tu vida!
- Isabel Allende: “Jamás dejo una historia sin publicar” - enero 28, 2020
- Charlotte: Fiestas decembrinas con sabor latino - enero 2, 2020
- Nueva York: diversa y delirante - noviembre 2, 2019