María Moschiano, la mujer detrás de bastidores | La Nota Latina

María Moschiano, la mujer detrás de bastidores

“Lo bueno viene en frasco chiquito”, reza un popular refrán que se acomoda para describir a esta diseñadora de sólo 1,52 metros de estatura. María Moschiano ha sabido hacer de su esencia un gran perfume con olor a éxito en el competitivo mundo de la moda en Venezuela.

Su padre Luigi Moschiano, un sastre inmigrante italiano de oficio y profesión, luego de pisar suelo venezolano sucumbió ante los encantos de Livia, una recia llanera con quien lleva más de 60 años de unión y tiene cuatro hijos. Tres varones y una mujer, María —la menor— fue la musa y consentida de José Luis, su hermano más inmediato y el primero en desarrollar el talento familiar, también se hizo un nombre como diseñador hasta que falleció en plena juventud.

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Franmir Huek, esposo y compañero de la diseñadora.

María y José Luis eran muy unidos, más que hermanos, cómplices, a tal punto que ella adquirió de él sus secretos en el mundo de la moda. Luego de su partida, María los puso en práctica; fue José Luis su principal fuente de inspiración, heredó también “la calle” que le había hecho conocer previamente y tan necesaria para dar sus pininos a finales de los noventa.

Luego de graduarse como Licenciada en Administración de Empresas, ejerció en diferentes cargos gerenciales en la desaparecida Telcel BellSouth; paralelamente se rodeaba de grandes creadores, entre ellos el maestro Carlos Cruz-Diez y Antonio Galeandro, con quien aprendió el arte del dibujo y estrechó una gran amistad. Pero la casta y la pasión por la confección la llevaron a aventurarse a crear su firma Moschiano Couture en el año 2000. Inició con una propuesta de trajes de gala que impactó en el mercado y se ganó la aceptación de la prensa. Después se aventuró en el fascinante mundo de las novias; año tras año lanzó sus propias colecciones y en 2008 fue invitada a participar como crítico de moda en la reconocida pasarela Cibeles en España.

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María y su hijo Matthías.

Aprovechando su paso por la transnacional telefónica, a través de su ojo crítico y agudo se percató de las necesidades de la empresa en cuanto a imagen corporativa. Esto la llevó a crear el curso “Estilo de vida para Corporaciones”, que involucró a un nutrido grupo de reconocidos expertos; así avaló este concepto que durante años rondó por su cabeza y que desde entonces ha desarrollado con éxito en su faceta como empresaria.

Con el tiempo, Moschiano Couture se ha expandido hacia el segmento prêt-à-porter, al mercado masculino con la línea “Uomo”, que incluye sastrería y calzado hechos a la medida; además de complementar a las damas con calzado y una exclusiva gama de carteras, ambos con técnicas artesanales. Este 2017, la firma arrancó con buen pie estrenando Moschiano Decor: una propuesta de muebles sofisticada y vanguardista para el hogar.

Detrás de las cámaras

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Finalizando una exitosa presentación de su propuesta en la pasarela.

El día a día de María Moschiano es similar al de cualquier mujer de esta convulsionada era. Se levanta muy temprano, poco antes de las 6 de la mañana de lunes a viernes para preparar el desayuno familiar, alistar la lonchera para su hijo Matthias y llevarlo al colegio. Nada de esto suele suceder sin antes acicalarse para no perder la coquetería propia y esencial que caracteriza a las venezolanas; en caso de que el tiempo no sea suficiente, nunca faltará un semáforo donde parar y afinar los últimos retoques para lucir impecable durante la jornada.

A las nueve en punto se abren las puertas del atelier. Comienzan a llegar los proveedores, se atienden clientes, se afinan procesos administrativos, se confirman citas o se hacen arreglos hasta el mediodía, cuando debe salir nuevamente al colegio antes de que suene la campana indicando que su hijo finalizó las clases. Luego del almuerzo, la tarde sirve para hacer compras, atender entregas personalizadas en su taller, chequear el proceso de producción y, por qué no, el tiempo también da para compartir un café con alguna amiga o acudir a algún evento social. Al caer la noche, la diseñadora se despoja de su envestidura para convertirse en madre, esposa y ama de casa.

Pero allí no termina todo… Por alguna extraña razón para los artistas, los mejores momentos creativos suelen revelarse en la inmensidad de la noche. Un tanto noctámbula, una vez cumplida la tarea de dormir al incansable Matthias, comienza el proceso orgánico de la mujer emprendedora: organizar agenda, responder correos, pensar en el outfit de mañana y chequear las redes sociales. Mientras esto sucede, consigue esos escasos minutos de conciliación femenina para poder embadurnarse el rostro con alguna pócima mágica que le devuelva el brillo y frescura, tan necesarios para comenzar la faena al día siguiente.

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Junto a sus padres, Luigi y Livia.

El fin de semana lo dedica a la familia: no sólo la propia, también están sus padres y sus suegros. Hay que debatirse entre todos y para todos. Pero la prioridad la lleva el pequeñito de seis años que demanda por derecho atención y recreación, como cualquier niño de su edad. Cine, teatro, playa, domingo de piscina o piñatas se incluyen en esos momentos de esparcimiento; pero tampoco todo es “rosa”: también se cuelan los quehaceres domésticos para no caer en un colapso hogareño a mitad de la semana.

Más allá de la vanidad

Hay quienes todavía consideran el negocio de la moda como algo banal. Pero tras las tendencias, la ropa de temporada, los diseños y los colores hay toda una maquinaria que se ve beneficiada directa o indirectamente: ilustradores, costureras, bordadoras, patronistas y proveedores, quienes encuentran un sustento económico en cada puntada.

 

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RODEADA POR LOS MODELOS YUKENCY SAPUCKI, ALEX DURAN, ROSSANGEL GONZALEZ, LEWIS MORALES Y ELIAN HERRERA.

 

“La moda es consecuencia de los giros sociales del mundo y puede causar una revolución”, como la causada a principios de 1900 por la mítica Coco Chanel —de gran admiración para la venezolana— y quien liberó a la mujer del corsé con el uso del pantalón. Ese es sólo uno de los tantos logros que se le atribuyen en el mundo de la moda a la diseñadora francesa, tan menuda físicamente como María; fue además la primera mujer empoderada a través de su propio nombre en un negocio donde hasta entonces destacaban exclusivamente hombres.

Aparte de crear dos colecciones al año —como solía hacer Coco—, para Moschiano la moda implica un compromiso de carácter personal con la sociedad. Además de vestir a la delegación olímpica para los juegos de Londres en 2012, ese mismo año creó el uniforme oficial de los atletas paralímpicos. Sin duda, un reto que cualquier diseñador no estaría dispuesto a asumir, quizás por temor a quebrantar los mezquinos cánones estéticos. María se comprometió con orgullo, los vistió tomando en cuenta sus condiciones especiales, enalteciendo sus habilidades y elevando su autoestima.

Muchos diseñadores son celosos con sus técnicas y resguardan sus secretos de confección. Detrás de las puertas de Moschiano Couture, esos “secretos” son compartidos con noveles creadores; tras graduarse, muchos desconocen el funcionamiento administrativo de una firma de diseño o la ejecución del oficio. Esta capacitación también ha sido útil para modistas particulares que carecen de recursos o de los contactos necesarios para ingresar en la industria: María es la responsable de facilitarles esas herramientas junto con su personal. Al finalizar y de acuerdo con su desempeño, muchos han quedado trabajando directamente para la empresa o han sido recomendados con otros colegas.

Celebridades como Ruddy Rodríguez, Marjorie de Sousa, María Teresa Chacín, Daniela Kosán, Michelle Badillo, Ligia Petit y Ana Karina Manco; además de reinas de belleza como Dayana Mendoza, Alexandra Braun o Hannelly Quintero, sólo por citar algunas, han lucido las creaciones de Moschiano en alfombras rojas nacionales e internacionales. Pero esos mismos trajes también han vestido de ilusión a varias jovencitas provenientes de las clases sociales menos privilegiadas, quienes también sueñan en un día poder convertirse en reinas.

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EN LABOR SOCIAL VISTIENDO A LAS CANDIDATAS PARA REINA DE CARACAS.

 

En los últimos cuatro años, la Dirección de Cultura de la Alcaldía del Municipio Sucre y la Alcaldía Metropolitana de Caracas han formado a cientos de muchachas para serles útiles a sus comunidades. Se ha creado conciencia ciudadana a través de programas de inserción, valiéndose de la popularidad que arrastran los concursos de belleza, tan arraigados en la idiosincrasia de un país con récords Guinness en Miss Universo y Miss Mundo y donde desde niñas sus padres ya le vaticinan una corona y ellas crecen con ese anhelo.

María Moschiano ha sido pieza fundamental en estos programas, como mentora en asesoría de imagen y con consejos útiles para su vida personal y profesional. Muchas de estas chicas tienen que trabajar para poder costearse los estudios o colaborar con el sustento familiar, por lo que aquellas que quieren formar parte de una academia de modelaje les resulta un imposible; pero a través de estas iniciativas sociales ven cristalizado el sueño de estar sobre una pasarela luciendo un traje de diseñador. Y no sólo eso: muchas ya han desfilado profesionalmente para María y otros diseñadores, presentándose en el medio artístico gracias a esta experiencia y promoviendo valores y ejemplos a seguir en sus respectivos municipios.

Desde hace más de un año, la creadora venezolana forma parte de la Asociación Internacional de Mujeres Universitarias (VAAUW), que se encarga de reunir fondos a través de diferentes actividades y bazares. Lo recolectado se destina a diferentes jóvenes de escasos recursos para otorgarles matrículas en reconocidas universitarias privadas de Caracas, donde se ha beneficiado a más de un centenar de muchachos.

Sus desfiles y sus diseños han servido para recaudar fondos y colaborar con organizaciones sin fines de lucro como Senosalud y Senos Ayuda, ambas destinadas a fomentar el diagnóstico precoz del cáncer de mama, orientar al paciente y brindarle apoyo psico-oncológico. También es activista para la Fundación UnoBebé que impulsa la implementación del método madre canguro en Venezuela. Además de los aportes realizados por medio de su empresa, esta mujer de auténtico corazón altruista distribuye, de forma anónima, insumos médicos a diferentes organizaciones. En casa, le inculca a su hijo el valor de la igualdad y el compartir alimentos, ropa y juguetes con otros niños que lamentablemente no han corrido con la misma suerte de crecer dentro de un hogar convencional.

Fuera de sus límites

María Moschiano, la mujer detrás de bastidoresLa modista criolla ha sido elogiada por sus colegas españoles Ágatha Ruiz De La Prada y Custo Dalmau, distinciones que recibe con esa humildad que caracteriza a los grandes. En su incansable apetito de superación y diversificación se certificó como locutora profesional en la Universidad Central de Venezuela y a través de “Suena la Moda” ofrece en la radio valiosos consejos para la mujer de hoy.

Su mayor competencia es ella misma, por eso se reinventa cada día asumiendo con valentía los retos y las metas que se propone; siempre con el apoyo de sus aliados estratégicos y sus afectos. Entre estos últimos destacan sus padres y su esposo, Franmir Hueck, quien una vez casados no sólo apostó por el amor de la mujer, sino por el talento y visión de la empresaria. Sin dudarlo, se asoció a la firma como inversionista, reconociendo un modelo de negocio sustentable y próspero, previamente encaminado por María y con méritos propios, pero que ahora ambos han reforzado con una airosa expansión, sobre todo en un periodo de gran recesión económica.

La diseñadora asume la internacionalización de su marca dejando sentadas las bases de su producción en Venezuela, desde donde dio sus primeros pasos hacia Costa Rica. Ahora enfila a los mercados de Estados Unidos, empezando en el norte del estado de Florida, y próximamente con presencia en las caribeñas islas de Aruba y República Dominicana.

En las peores crisis la gente siempre aspira a lo bonito, razón por la cual Moschiano Couture dejó de ser una firma de moda para convertirse en una marca de diseño integral, con sentido y responsabilidad social, con la bonita etiqueta de producción nacional que reza orgullosamente “Hecho en Venezuela”.

@soyenzoesposito

 

Enzo Esposito
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