Pete Molinas es un chico mexicano, bondadoso, honesto, pero ambicioso que ha heredado hectáreas de tierra inhóspita. En este desierto, la siembra de cualquier cosa parecía imposible. No obstante, cuatro años después, Pete había convertido su pedazo de desierto en un paraíso verde, fresco y abundante que engendrará la envidia de sus vecinos.
Al más puro estilo del old west, El desierto de Pete Molinas de Manuel Taboada, es un relato que demuestra que la literatura de aventuras recreadas en el “viejo oeste” puede seguir vigente, más aún, que puede ser desafiado. Conservando sus características originales como la inclusión de pistoleros, conflictos por la tierra entre mexicanos, indios y hacendados ganaderos blancos, El desierto de Pete Molinas, cuento del libro Popurrí (2019) se desplaza del canon tradicional y en sus episodios pone en entredicho que, dentro de las rivalidades y conflictos de la época, el hombre blanco es más afortunado e impone su ley; y por el contrario, en este cuento, son los indios tarahumaras, la mujer y el mexicano, quienes, haciendo gala de un profundo conocimiento de la naturaleza y la conciencia de sus limitaciones territoriales, logran dominar el desierto, la simpatía del pueblo y los corazones de los blancos y al final, de los lectores.
¿Una crítica inconsciente?
Sin decirlo, pero a todas contundente, esta narración alude a que los conflictos de Pete tienen un trasfondo racial; esto, está representado con la superioridad actitudinal de sus vecinos blancos Henrry, George y Jim quienes invaden las tierras de Pete porque tienen la “seguridad”, de que este las adquirió a base del robo y la mentira. Otro aspecto importante es que estos tres personajes mueren de hambre y sed a causa de la sequía, envidian y hacen imposible la vida del “Mex” como le llaman a Pete; circunstancias que son consecuencia de una ceguera, pues su supremacía racial obstruye para ellos mismos la sabiduría y armonía con que los tarahumaras han vivido siglos en el trozo de la sierra madre en el que todos habitan.
El desierto de Pete Molinas, nos invita a la reflexión sobre la armonía social, pues las tierras del protagonista, una cuenca desértica, se convierten en un pequeño edén en el que nacen tabaco, flores y sandías gracias a un factor que va más allá de las condiciones climáticas dadas, esto es: por la inclusión social, por la convivencia y la generosidad mutua que establecen los tarahumaras, quienes comparten con él la sabiduría ancestral sobre el manejo de las corrientes de agua, el uso de la luz solar y la sombra en la tierra.
El humor y la profundidad
Con el estilo ágil y delicioso que caracteriza a Manuel Taboada, El desierto de Pete Molinas aborda temas como la amistad, la lealtad, la honradez, la abundancia y sus opuestos, el racismo, la carencia, la envidia y la pobreza, sin olvidarse de la atmósfera desértica que nos hacen sentir el calor, la sed, el peligro y la emoción de correr a caballo y esquivar unos cuantos balazos.
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