Cada día es más que una gran hazaña, un momento solemne; lo imperfecto puede pasar a ser lo perfecto, todo está explícito y no lo está.
Luz a través de la ventana
Dentro de lo pequeño del día,
dentro de este teatro de color anaranjado,
abierto al océano, firme la retina,
las nubes no traen escrituras de advertencia.
Todo transparente,
Ningún muro aprisionando y hundiendo
el pulmón rescatando aire.
Se afanan las pestañas y las pupilas.
Digo: Si pudiera tomar todo esto y mantenerlo por un segundo,
a la luz, de lo que está hecho.
Imagina: si pudiéramos
estar juntos en el ojo de lo incierto, pero juntos.
Nada que persiga y arrebate,
Aunque la sangre brote y se derrame.
Significa que una vez más podemos disfrutar
episodios de la Casa de Papel sin tener que recitar
de memoria la totalidad del diálogo de
las escenas diferentes.
Esperemos. Busquemos lo que está más cerca,
sin que el cuello desate una indiferencia.
No es gran cosa. Nunca caminando hacia atrás,
nuestras cámaras ancladas en un punto clamoroso:
esta piedra, este tronco, esta célula,
esta noticia extraña, este fuego…
Caminemos sin chaleco, el aire está tibio,
raspando nuestros dedos, disfrutemos los duraznos.
Tenemos mil ojos.
No se trata que nos gusten las cosas perfectas.
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