En las relaciones humanas el hecho de colocar límites permite que tengamos calidad en las mismas. Parte de la salud mental y emocional es saber nuestros propios límites, respetarlos y darlos a conocer a las personas con las cuales interactuamos. Cuando te conoces y te aceptas con respeto tendrás claro tus propios límites y los de los demás, de manera que es mucho más fácil el trato social. Sin embargo, no todas las personas están prestas para aceptar que todos tenemos límites y que es asertivo el expresar que queremos respeto ante ellos.
El componente emocional en el trato hacia los demás y la cercanía con los demás puede generar que se vulneren barreras personales y crear disgustos y malestares. Por ello la comunicación desde la autenticidad y honestidad de manera directa solventa estos posibles problemas de interrelación. La salud mental está íntimamente ligada a esta temática, en cuanto que muchas patologías mentales tienen como característica la incapacidad de poder tener consciencia de respeto a los límites de otros y a los códigos sociales básicos.
Existen muchas maneras de irrespetar esos códigos de interacción social básicos, tales como: exigir a otros mediante demandas exageradas, boicotear decisiones, ideas, valores, el culpabilizar, responsabilizar a otros y en lo físico el pasar límites de tocar, violar esa línea fina a lo ofensivo.
Tener la consciencia enfocada en que tu salud mental es tu responsabilidad y que tú puedes hacer cada día algo para tener bienestar es un paso importante para abrirte a la idea que poner límites no es ser egoísta, sino respetar espacios propios y de otros. Haz que pasen cosas buenas y hasta la próxima entrega.
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