Quien no ha tomado un licor digestivo o un pousse-café luego de un rico almuerzo o cena con la idea de dejar el aparato digestivo como nuevo, este pensamiento se basa en el supuesto poder del alcohol para estimular la secreción gástrica y, por tanto, favorecer la digestión, ahora bien, es un mito o una realidad.
Existen defensores de ambas partes, quienes no están de acuerdo aseguran que las bebidas de alto contenido alcohólico no son recomendables para después de comer, pues hacen más lenta la digestión y ayudan a la irritación de las mucosa gástrica, sin embargo las de bajo contenido como un vino espumante o uno dulce si producen la secreción gástrica necesaria para favorecer la digestión, es decir, no están en contra de ellas sino del tipo de bebidas que recomiendan tomar.
Ahora bien, la fe en las propiedades digestivas de los licores no es nueva, los aguardientes y licores nacen con fines terapéuticos, vinculados con el progreso del arte de destilar de los árabes, alcanzado en el siglo VIII, posteriormente, serían los monjes cristianos los que desarrollarían la elaboración de aguardientes y licores con fines medicinales. Para los estudiosos de las bebidas alcohólicas sus beneficios para la digestión vienen siendo demostrados desde el siglo V antes de Cristo.
Licores: los más conocidos
Alguno de los licores más conocidos y utilizados como digestivos son: Licor 43 a base de hierbas y frutas, el Benedictine elaborado con hierbas, los anisados como el Sambuca o el Ricard, los clásicos Cointreau, Grand Marnier, Amaretto o las cremas de café, whiskie o chocolate y el famoso Limoncello a base de limón.
Es común consumir otras bebidas alcohólicas cómo el coñac, la grappa, el armañac, un whisky de 21 años (o más), un ron de solera o de mucho tiempo de guarda en barrica, y en muchos casos acompañarlos con un buen tabaco.
Existe un destilado que además de poder ser tomado como un pousse-café también se bebe entre las comidas que es el Calvados, a este trago se le llama trou normand (hueco normando) y consiste en una copita que se toma entre los platos más abundantes o pesados de las grandes comidas o banquetes, hoy se puede sustituir por un sorbete (preferiblemente de una fruta cítrica) que puede venir acompañado de este licor.
El servicio de estos licores se realiza en pequeñas copas de cristal en forma de cono invertido, vasos tipo shot o en su defecto, vasos cortos agregándole hielo.
La denominación pousse-café también se le da a una técnica muy común utilizada por los bartenders para mezclar diferentes licores, para esto es importante conocer la densidad de los ingredientes, algo de física y mucha imaginación, con esto se podrán preparar cocteles llamativos y diferentes.
Ángel Durán
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