Londres: cinco días para conocerla (II parte) | La Nota Latina

Londres: cinco días para conocerla (II parte)

Les contaba que fuera de cualquier lista de las 10 mejores atracciones turísticas en Londres, quería conocer la célebre Torre de Londres, uno de los castillos de su majestad la reina que fue fundado a finales del año 1066 y cuya historia es fascinante, y el famoso cruce de Abbey Road, frente a Apple Records, el estudio de grabación de The Beatles y donde se tomó la emblemática foto de la carátula del disco del mismo nombre, el onceavo disco de los “Fab Four”, tomada en 1969.

Y efectivamente los conocí.

A la Torre de Londres decidimos llegar en barco; es un paseo corto saliendo por el Río Támesis en el Puente de Westminster. Aunque obviamente puedes ir por tierra también, ya sea en el “tube” (el metro), en bus o en taxi, lo bonito de ir por el río es que ves la ciudad desde otro ángulo. Pasas bajo el famoso Puente de Londres (el mismo de la canción de cuna, “London Bridge is falling down, falling down, falling down…”), por el Shakespeare Globe (un teatro reconstruido del teatro Isabelino asociado con uno de los escritores más famosos del mundo, William Shakespeare) y el icónico Tower Bridge. Me imaginaba la Torre de Londres como eso: una torre. Pero en realidad es un complejo de varias torres, cuyo nombre oficial es ‘Her Majesty’s Royal Palace and Fortress of the Tower of London’. Es aquí donde se albergan las Joyas de la Corona Real, y son las joyas más impresionantes que he visto en mi vida, junto al Hope Diamond que se encuentra en el Smithsonian Museum de Washington D.C..

La visita guiada del complejo es presidida por los llamados “beefeaters”, o ‘Yeoman Wardens’. Los beefeaters son un distinguido grupo de guardaespaldas de la Reina y no es nada fácil calificar para dicho rol. Los solicitantes deben haber servido al menos 22 años en las Fuerzas Armadas, tener medallas de buena conducta y haber llegado al rango de Oficial, entre otras muchas cualidades.

A la Torre trajeron a la Reina Ana Bolena cuando fue acusada de traición, y fue aquí donde fue decapitada por orden de su esposo Enrique VIII. Aquí se alberga una impresionante colección de armaduras de todos los reyes de Inglaterra, y hay una historia muy triste sobre dos principitos que vivieron en el complejo. “Los príncipes en la torre” se refiere al Rey Eduardo V y Ricardo, Duque de York. Los hermanos eran los únicos hijos de Eduardo IV de Inglaterra y Elizabeth Woodville, los sobrevivientes a la muerte de su padre en 1483. Cuando tenían 12 y 9 años, su tío y custodio, Ricardo, Duque de Gloucester los encerró en la Torre, supuestamente en preparación para la eventual coronación de Eduardo. Pero el malvado tío tomó el trono y los niños desaparecieron. Hay muchas teorías sobre la suerte de los principitos, pero se asume que fueron asesinados por su tío. Esto nunca se probó. En 1674, obreros trabajando en la Torre Blanca encontraron unos restos humanos, pequeños esqueletos, donde los príncipes estuvieron un tiempo. Ha sido aceptado que son los restos de los príncipes. Eventualmente, el Rey Carlos II mandó a enterrar los restos en la Abadía de Westminster, donde descansan otros muchos personajes de la realeza británica. Se dice que los fantasmas de los desdichados príncipes aún se sienten en la Torre de Londres. Recomiendo un día entero para recorrer todo el complejo, si lo quieres disfrutar bien.

Otro paso interesante que hicimos fue por el distrito de Whitechapel, un vibrante barrio multi-cultural, muy “hipster”, con buen arte callejero en sus coloridos murales, mercados de comida asiática, tiendas de novias con vistosos vestidos típicos indios, “beer gardens”, calles adoquinadas en algunas partes, localizado en el East End de la ciudad, favorito por muchos años de la clase trabajadora inmigrante londinense. Es un barrio con una mezcla de negocios y galerías, el antiguo y nuevo Londres en feliz comunión. Pero, ¿no les suena conocido el nombre? La realidad es que Whitechapel es mundialmente conocido por haber sido sede de los asesinatos de 5 trabajadoras sexuales a finales de la década de los 1880, a manos del más notorio asesino en serie de todos los tiempos: Jack el Destripador. Encontrarás diferentes tours para cualquier presupuesto, donde podrás seguir sus pasos y el de sus víctimas. Se dice que varias de ellas salieron de un “pub” antes de caer a manos de Jack, el Ten Bells. Allí terminamos nuestro recorrido por Whitechapel, antes de tomar un Uber de regreso a la elegancia y tranquilidad de Westminster.

Distrito de Whitechapel.

 

Otro barrio de clase trabajadora, multi-cultural y de muchísimo encanto es el barrio de Camden. Camden Town fue hogar de la talentosísima cantante Amy Winehouse, quien murió en su casa aquí en el 2011. Una estatua de la cantante fue develada en el 2014 en Stables Market, un mercado donde encontrarás comida de todas partes del mundo, cigarros cubanos, ropa de segunda mano, arte africano, waffles belgas… en fin, ¡de todo! Es un lugar ecléctico, colorido, congestionado pero encantador. Casi que el tiempo no nos da para ir a Camden, ¡pero qué bueno que sí llegamos! Sería uno de los lugares que recomendaría visitar si estás en Londres.

 

Busto de Amy Winehouse.

 

A Camden llegamos luego de realizar la esperada visita a Apple Records. Queda relativamente cerca, aunque en el distrito de Knightsbridge, uno mucho más tranquilo y elegante. Aquí fue que dije que me gustaría vivir -¡si viviera en Londres! Si eres fanático de The Beatles -discutiblemente el mejor grupo de rock de todos los tiempos (para mí, lo son, así lo pueden discutir con otros, ¡jajá!), pararte donde se pararon John, Paul, George y Ringo es una experiencia practicamente espiritual. Hicimos la típica foto cruzando Abbey Road (al igual que turistas de todo el planeta) y aunque no se puede visitar el estudio como tal (a menos que vayas de trabajo), sí visitamos el Studio Store. Me hubiera encantado hacer el viaje a Liverpool, que queda a unas 3 horas de Londres, para tener la experiencia completa, pero será en la próxima visita.

 

En mi último día en Londres, hice una visita a la Abadía de Westminster. Calcula un mínimo de 2 horas para ello; es una visita auto-guiada que haces con audífonos, a menos que reserves un guía privado. Westminster ha visto coronaciones de reyes y reinas, matrimonios reales, es cementerio de monarcas, de intelectuales y artistas, y su historia y arquitectura es sencillamente fascinante.

Londres no es barato; por ejemplo, la entrada a la Abadía es de $31, el Palacio de Buckingham también, la Torre de Londres, $35; todo eso va sumando. Pero como les decía, muchos de los mejores museos no cobran entrada. Hace muchos años, la primera vez que fui a Europa, me dieron un consejo: siempre ve pensando que vas a regresar; no trates de ver todo porque te vas a frustrar y vas a terminar viendo muchas cosas demasiado rápido y nada bien visto. Así la visité esta vez. Y estoy segura que regresaré. Dijo Walter Besant “He caminado las calles de Londres durante los últimos treinta años y encuentro algo nuevo cada día”.

FOTOS: María Eugenia Ginés.

 

 

María E. Ginés
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