Desde muy temprana edad todos los seres humanos mostramos una fuerte necesidad de ejercitar nuestra libertad. Desde la ropa que queremos vestir, las meriendas o comidas que nos gustan, y por supuesto, disfrutar de las actividades que son de nuestro interés. En cualquiera de estos escenarios queda claramente establecido que cuando hablamos de libertad es sinónimo de elección de preferencia.
La libertad se define como el poder o derecho de actuar, hablar y cambiar como uno quiera, sin obstáculos ni restricciones. No obstante, muchos tienden a confundir erróneamente la libertad con libertinaje, excesos y falta de control.
En la sociedad moderna existen leyes que prohíben ciertos tipos de comportamiento. Las personas no pueden actuar como quieren sin amenaza de consecuencias, pero aun así, lo hacen. Hablan en contra de otros, publican comentarios insensibles y lanzan ataques verbales. La búsqueda de gratificación inmediata y la indisponibilidad emocional se han convertido en la tendencia de una época en la que las personas prefieren estar en sus teléfonos móviles en lugar de disfrutar con toda su atención el momento presente. Mientras más conectados, más desconectados; mientras más libres, más presos.
La libertad es algo poderoso, pero irónicamente implica grandes responsabilidades.
Cuando contraemos el vínculo matrimonial, o aceptamos una oferta de trabajo o una beca educativa, debemos entregar una parte de nuestra libertad a normas y reglamentos. No podemos comprar un vehículo o una casa sin renunciar a una parte de nuestra libertad conjuntamente con el compromiso adquirido. A veces nos sentimos agobiados por las facturas, obligaciones laborales, contratos legales y, por supuesto, responsabilidades parentales y para con nuestros hijos. Muchas veces se nos olvida que todas estas cosas las hemos aceptado llevar voluntariamente y fueron elegidas precisamente desde nuestra libertad.
Es justo en este punto de la vida en que la libertad pareciera convertirse en una lejana ilusión, un estado imaginario al cual llegar y todo será diferente; idea que alimentamos nosotros mismos para consolar nuestro corazón mientras seguimos adelante.
El mejor lugar para empezar a recuperar nuestra libertad es cambiando nuestro proceso de pensamiento. Necesitamos dejar de tener una percepción de “ganar o perder”, y comenzar a reconocer los aspectos propios de la vida con sus hermosos regalos y responsabilidades adherentes. Atrevernos a llevar a cabo los cambios que entendemos necesitamos e ir haciendo ajustes para con los diversos resultados que vamos teniendo para con nuestras elecciones.
Tu nueva libertad comienza en tu mente y se expande con tus elecciones conscientes: reconociendo lo que es importante para ti, lo que te funciona y lo que no, y permitiéndote vivir tus propias experiencias, capitalizando tus aprendizajes.
Estés donde estés en la vida, es importante que constantemente definas metas y objetivos que te den entusiasmo e ilusión por lograr. Mantén la visión clara de hacer cosas que te acerquen a dichas metas y evita cosas que te alejen de ellas.
A medida que empieces a progresar, encontrarás algo que no sabías que tenías: la potestad de elegir y de cambiar tus elecciones. Tu sensación de libertad y poder aumentará diariamente. Algunos días pueden parecer más monótonos que otros. Pero a medida que continúes logrando las pequeñas cosas que te llevan a tus metas y objetivos, más evidente será tu libertad. Se trata de ti en control de tu vida.
Eres libre. Libre de elegir tus acciones, tus palabras, tus actitudes y tus respuestas ante cualquier situación que se te presente. Ante algo que descubres no te funciona más, sencillamente ejercitas tu poder de decidir qué camino tomar.
Como ves, tener una visión clara de como deseas ser y manejarte es como contar con un GPS para llegar a donde te diriges. Equipado con esto, podrás hacer un constante ejercicio de tu libertad sin límites para lograr la calidad de vida que deseas para ti. La libertad será lo que tú quieras que sea. Pero nunca confundas libertad con exoneración de consecuencias. Todas tus decisiones y acciones conllevan un resultado y eso es ineludible. Elige con consciencia y disfruta de tu libertad y todo lo que la misma trae consigo.
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